El sistema presidencial ha facilitado en Venezuela la conversión del gobernante en dictador o tirano, como lo demuestra nuestra historia
Jesús Antonio Petit Da Costa
1.-Los libertadores de Venezuela cometieron un error comprensible en la escogencia del sistema político. Escogieron el sistema presidencial, al principio (1811) por imitar a Estados Unidos pero luego por ser el que se ajustaba a la vocación caudillista que afloró en ellos con la guerra de independencia, cuando se uniformaron de militares.
2.- El sistema presidencial ha facilitado en Venezuela la conversión del gobernante en dictador o tirano, como lo demuestra nuestra historia. Le ha bastado con adecuar la Constitución a su ambición de perpetuarse en el poder. El primer paso lo da con la reelección inmediata. Y luego da el paso definitivo a la tiranía con la reelección indefinida, con lo cual pasa a ser el “tirano constitucional”, la contradicción absoluta.
3.- La Constitución de 1961 había regresado a la fórmula de la Constitución de 1830: la reelección diferida, pasados 10 años. Fue fatal para la democracia, como lo había sido para la República recién creada porque entonces terminó provocando la Guerra Federal. En la etapa 1959-1999 lo fue porque impidió la renovación del liderazgo. Castró a los partidos políticos mayoritarios. Los dejó sin una generación de relevo que enfrentara a Chávez e impidiera lo que vino.
4.- En su momento Uslar Pietri y Escovar Salom propusieron la fórmula mexicana de la no-reelección absoluta para impedir que el sistema presidencial degenerara otra vez en tiranías. La fórmula es: el que haya sido presidente no puede serlo nunca más. Pasa a retiro de la política. No fue aceptada por AD y Copei para desgracia del país.
5.- En 1999 no había reelección inmediata, pero Chávez pudo establecerla contando con el apoyo de los gobernadores y alcaldes, en su mayoría de oposición, los únicos que podían ser reelectos conforme a la ley que regulaba su elección. El inmenso error de la elección inmediata de los gobernadores y de los alcaldes, que nos regresó al funesto “continuismo”, le abrió la puerta a Chávez para dar el primer paso hacia la tiranía.
6.- Ya en su segundo período Chávez propuso la reelección indefinida. Le fue rechazada por el pueblo. Entonces la hizo extensiva a los gobernadores y alcaldes, resultando aprobada con el apoyo entusiasta de éstos que se decían de oposición. Son, pues, los gobernadores y alcaldes de oposición responsables de la consagración constitucional de la tiranía de Chávez y Maduro, porque antepusieron sus intereses y ambiciones personales y negocios al bienestar general.
7.- Replantear la “no-reelección absoluta” al estilo mexicano no es ya la solución, porque nos exponemos a lo hecho por las Cortes Constitucionales de Honduras, Bolivia y Nicaragua que, para complacer a los tiranos, han declarado “inconstitucional” la “no-reelección absoluta” porque supuestamente cercena el derecho del pueblo a elegir. Nunca faltan magistrados cabrones.
8.- La solución es declarar el fracaso del sistema presidencial, por ser fuente de la tiranía en Venezuela, sustituyéndolo por el sistema parlamentario como el que existe en la Unión Europea desde hace 75 años, el cual forma parte del Estado de Bienestar.
Estableceremos, pues, el Sistema Parlamentario, adaptado a nuestra realidad, como sistema político de la República del Bienestar, sustituyendo al sistema presidencial que solo nos ha traído tiranías y, por si fuera poco, la desgracia terrible que padecemos con esta narco-tiranía castro-comunista.
EL AUTOR es abogado y magistrado jubilado. Profesor en la Universidad Central de Venezuela 1966-1996 en derecho mercantil y derecho laboral. Exprocurador general de la República. Expresidente de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela