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«El general Cordero Lara (PSUV) debe ser juzgado por la Masacre de Cantaura”

“El cumplimiento de una orden superior no es excusa para la violación de los derechos humanos, ni exime de responsabilidad a quien la ejecuta», advierte Rafael Venegas, exdirigente del partido Bandera Roja.

Con motivo de cumplirse 39 años de la Masacre de Cantaura, ocurrida el día 4 de octubre de 1982, reproducimos la entrevista realizada por el periodista Carlos Díaz, en enero de 2011 al exdirigente de Bandera Roja, Rafael Vanegas, sobre la participación del entonces capitán de la aviación Róger Cordero Lara, excomandante general de la Aviación, exdiputado a la Asamblea Nacional y dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Como se sabe, Cordero fue el autor del bombardeo aéreo que produjo la muerte de varios jóvenes venezolanos, crimen que aún permanece impune. Los defensores de los derechos humanos, confían que los autores de la masacre terminarán siendo castigados, así sea al final de sus días, «porque la violación de los derechos humanos, de acuerdo a la legislación venezolana, no prescribe».

Carlos Díaz

     Rafael Venegas, ex militante de Bandera Roja (BR), se encontraba preso en el Cuartel San Carlos cuando sucedió la masacre de Cantaura, en el estado Anzoátegui. Como se recordará, en el hecho fueron abatidos veintitrés venezolanos, hombres y mujeres incorporados al frente guerrillero “Américo Silva”.

     En esa operación militar, llevada a cabo el 4 de octubre de 1982, durante el período presidencial de Luis Herrera Campins, participaron la Fuerza Aérea Venezolana, Guardia Nacional, el Ejército y la Disip.

     Se utilizaron cuatro aviones bronco que descargaron diecisiete bombas sobre el campamento. Participaron mil quinientos efectivos quienes tenían la orden de asesinar a todos los miembros de la columna rebelde.

     En ese momento, otros cuadros de BR estaban presos en el Cuartel San Carlos, entre ellos, Gabriel Puerta, Pedro Veliz, Carlos Betancourt y también Venegas.

“Nunca fui militante directo de la lucha armada, pertenecí al aparato político del partido. Sin embargo, participé en la reconstrucción del frente guerrillero que fue desmantelado a consecuencia de esa operación”, afirma Venegas, hoy en día secretario de Vanguardia Popular, en entrevista en la redacción de La Razón.

¿Cuáles fueron las causas de la masacre de Cantaura?

– Creo que hay dos explicaciones. La primera es que la sociedad venezolana estaba en un momento de crisis y se consideró que el accionar militar (o lucha armada) podía ser un catalizar para el proceso de luchas sociales que comenzaba a dibujarse. Los acontecimientos de Cantaura, y a pesar de los esfuerzos del gobierno de Luis Herrera de esquivar la crisis, y apenas unos meses después se produce el Viernes Negro, puso al desnudo una situación que ya se había visualizado en los análisis de BR. Se había alertado sobre la profundización de la crisis, aumento de la conflictividad social, e incremento de la política represiva contra los movimientos populares.

     – En ese marco de crisis, las posibilidades que el movimiento revolucionario y los movimientos populares hicieran simbiosis, resultaba una amenaza para el estatus quo de la época, y el gobierno quería cortar esa posibilidad. También quería impedir que la fuerza guerrillera se alimentara de ese contexto de conflicto social que comenzaba a expandirse por el país. Cantaura fue la culminación del desarrollo de esa política represiva que tuvo precedentes tales la detención de dirigentes nacionales y el comité clandestino de Caracas, de BR, el 9 de abril de 1982.

     Explica Venegas que a partir de allí se desata una campaña represiva sin tregua. “En seis meses fueron encarcelados ciento ochenta y nueve cuadros. El corolario de todos estos hechos fue, precisamente, Cantaura que resultó un éxito militar del gobierno porque logró desmantelar las estructuras clandestinas de BR”, afirma.

CON TIROS DE GRACIA

Señala, además, el entrevistado que Cantaura fue una masacre que constituye una clara violación de los derechos humanos. “Si este acontecimiento fuese estudiado en términos de guerra queda claro que también se violaron los acuerdos de Ginebra porque fue una operación de aniquilamiento por la forma como se ejecutó. Hubo bombardeos masivos sobre los campamentos que produjo un repliegue de la fuerza guerrillera que luego chocó con dos anillos que se formaron para emboscar. El primero fue un cerco táctico, bastante estrecho, y uno segundo que sirvió para atacar a quienes lograran romper con el primero. Por tanto, la operación se diseñó para el aniquilamiento y ello constituye una violación de los acuerdos de Ginebra, de la Constitución nacional y de los derechos humanos”.

– ¿Todos los guerrilleros fallecieron en el bombardeo?, ¿hubo heridos en la operación?

– La mayoría de los cadáveres evidencian que los combatientes fueron capturados vivos y luego rematados con tiros de gracia. De los veintitrés compañeros que murieron, dieciocho cadáveres presentan tiros de gracia en la cabeza. Allí se ejecutó un crimen masivo. Se emplearon a dos mil efectivos para reducir a medio centenar de personas. Fue una operación que contrastó totalmente con el comportamiento ético de aquella guerrilla.

     – ¿Quiénes fueron los autores materiales e intelectuales?

     – Obviamente la ejecución de una operación de esa magnitud no puede hacerse sin el consentimiento del Presidente de la República, (en este caso de) Luis Herrera Campins. Su ministro de Relaciones Interiores,

 Luciano Valero; ministro de Defensa, (Luis) Narváez Churión, quien después se vio involucrado en una investigación por actos de corrupción y terminó huyendo del país; los directores de la Disip y el DIM en esa época; Henry López Sisco, jefe de operaciones de la Disip; el general Murga Cabrices, quien era el comandante del batallón de cazadores; obviamente, son los responsables intelectuales y materiales de la ejecución de esta operación.

     – ¿Cuál fue la participación del general Roger Cordero Lara, hoy en día diputado del Psuv en la Asamblea Nacional, en la masacre de Cantaura?

     – Bueno, entre ellos, se ha hecho tristemente célebre, en tiempos recientes, para entonces capitán Roger Cordero Lara, cuya carrera militar fue coronada en la era chavista  con el grado de general de división, comandante de la Fuerza Aérea y ahora flamante diputado del Psuv en la AN aún cuando se conoce que fue piloto de un avión bronco que participó en el bombardeo de Cantaura. Vale decir que en la gestión de José Vicente Rangel como Vicepresidente de la República, se ordenó abrir una investigación. Hubo una primera exigencia de acceso a los expedientes, por ejemplo, la organización Provea insistió que los documentos debían ser desclasificados en los casos de Cantaura y El Amparo para que, entonces, se hiciese posible una investigación seria, sin manipulaciones políticas y que llevara al establecimiento de responsabilidades en este crimen de lesa humanidad. Finalmente, hubo acceso a los expedientes pero no interés del gobierno.

“NO HAY VOLUNTAD POLÍTICA”

¿Se podrá investigar y sancionar al diputado Roger Cordero Lara a pesar de su filiación política con el Psuv?, ¿el hecho de ser diputado oficialista impedirá una investigación a fondo?

– El gobierno e instituciones como la Fiscalía y el TSJ deberían actuar como en el caso de “Mazuco”. Por ejemplo, el Psuv debería promover el allanamiento de la inmunidad parlamentaria de Cordero Lara y ponerlo a la orden de los tribunales para que sea investigado y juzgado por su responsabilidad en los hechos de Cantaura. Su participación está suficientemente documentada en el plan de operaciones ejecutado, está claro cuántas fueron las unidades que se movilizaron, quiénes eran los jefes, quiénes piloteaban los aviones. Todo está documentado en los expedientes, los cuales, no por casualidad, fueron manejados con mucho celo por Jesse Chacón.

     – Este ha sido, precisamente, el comportamiento del gobierno, su uso demagógico de estos hechos, no ha tenido disposición para llevar este caso hasta sus últimas consecuencias y ha sido porque algunos de sus funcionarios, o factores vinculados al régimen de Hugo Chávez, salen salpicados. Este es, por ejemplo, el caso de El Amparo, cuya investigación no ha sido posible porque, por ejemplo, Ramón Rodríguez Chacín sale envuelto.

     – ¿Es factible que quede impune la masacre de Cantaura?

     – No confío en las investigaciones del gobierno porque no observo la voluntad política necesaria para llevarlas adelante. Y el ejemplo más claro se observa en su comportamiento con el caso de Cordero Lara. Una vez que se supo de su postulación como diputado de la AN, las organizaciones de derechos humanos informaron públicamente y al Psuv sobre ello y les sugirieron que no cometieran esa tontería y facilitaran las investigaciones. No lo hicieron y eso refleja que no hay voluntad política.

     – El diputado Cordero Lara ha afirmado que cumplía órdenes superiores

     – Bueno, la respuesta ha sido el cinismo de altos funcionarios como Elías Jaua quien dijo que Cordero Lara (el día del bombardeo sobre Cantaura) estaba cumpliendo órdenes. Y esto es una manera de justificar cuando las leyes dicen que el cumplimiento de una orden superior no es excusa para la violación de los derechos humanos, ni exime de responsabilidad a quien la ejecuta. Sin embargo, pienso que a la final la verdad resplandecerá.

     – ¿Por qué Vanguardia Popular publicó un documento donde acusaban al ex gobernador y ex ministro y hoy diputado del Psuv, Luis Reyes Reyes, de proteger a quienes han sido acusados de estas masacres?, ¿cuál era la base para realizar esta afirmación?

     – Cordero Lara fue subalterno de Reyes Reyes en la Fuerza Aérea, además en el Consejo Legislativo del estado Lara uno de los diputados del Psuv, también está vinculado a esos hechos. Reyes Reyes es el jefe del chavismo en el estado Lara. Es decir, Cordero Lara no es el único militante del Psuv que aparece vinculado en la ejecución de aquella operación. El gobierno no ha tenido voluntad política para adelantar estas investigaciones.

LÓPEZ SISCO

     – Sin embargo, no sólo hay involucrados en el lado oficialista; por ejemplo, Henry López Sisco fue asesor de seguridad en la Gobernación del estado Zulia cuando Manuel Rosales era gobernador, ¿qué opina al respecto?

     – Cuando se habla de una investigación imparcial no se pueden procesar a unos sí y a otros no, este es, precisamente, el comportamiento del gobierno. López Sisco tiene un largo historial de represión, una lista larga antes de Cantaura y posiblemente larga después de Cantaura. De hecho, también está involucrado en las masacres de El Amparo y Yumare. Él tiene que responder ante la justicia por estos hechos. Que después haya sido asesor de seguridad de la Gobernación del estado Zulia es algo que compromete a ese gobierno regional.

     – El ex guerrillero Humberto Vargas Medina, quien perteneció al frente “José Leonardo Chirinos” en el occidente del país y publicó un libro titulado “Remembranzas de un guerrillero de los años sesenta”, dijo en una entrevista con La Razón que Gabriel Puerta, su ex compañero de partido en Bandera Roja, andaba hoy en día con los “verdugos de Cantaura”, refiriéndose quizás a Acción Democrática y Copei y a quienes hacen vida en la Mesa de la Unidad Democrática, ¿coincide usted con esta apreciación?

— A Gabriel le toca asumir las responsabilidades de lo bueno y malo que haya sucedido en este período. A pesar de las diferencias entre ambos, reconozco que él ha asumido sus responsabilidades. Pero, ese planteamiento que me haces creo que es parte de todo el maniqueísmo que se hace en el país, de colocar las cosas entre buenos y malos, entre blanco y negro

     Rafael Venegas comenzó su militancia en la juventud del MIR en 1971. Fue líder estudiantil en el Liceo “Rafael Urdaneta” en Caracas, en donde fue dos veces presidente del centro de estudiantes. Antes de graduarse de bachiller se suma a la militancia de Bandera Roja y comenzó a desarrollar trabajo voluntario y social en los barrios de la ciudad. Las circunstancias lo obligaron a recluirse en la clandestinidad. Lo hacen presos en diversos años, en 1978, y en 1982.

     Es licenciado en letras, egresado de la Universidad Central de Venezuela, cuenta con un posgrado de estudios literarios. Entre los amigos de militancia que recuerda con más afecto están Armando Díaz, “él fue mi referente principal, fue mi tutor más importante, se preocupó siempre por una educación integral y que esta incluyera más valores”, afirma.