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El Acuerdo de Caracas, la falsa oposición y la nueva etapa

Con la firma del acuerdo suscrito con los “alacranes” el 28 de febrero de 2024 y el desconocimiento del Acuerdo de Barbados, el régimen chavista ha resuelto eliminar literalmente, a los opositores judicializados quitándoles sus tarjetas y su capacidad para postular candidatos en el futuro

Humberto González Briceño

            Estos 25 años de chavismo han transcurrido en un predecible ciclo vicioso de negociaciones-elecciones-negociaciones. La dinámica inspirada en la vieja lógica de la zanahoria y el garrote más o menos funciona así: El chavismo le aprieta el cuello a sus opositores cooperantes, pero sin dejarlos ahogar hasta que ellos renovan su lealtad con el sistema. Luego viene un periodo de distensión y zanahorias cuando se les otorgan cargos y se emprenden nuevas negociaciones bajo la promesa reciclada que esta vez será diferente y ahora sí habrá elecciones competitivas.

            Este había sido el modus vivendi de esa cohabitación política entre el régimen chavista y su falsa oposición colaboracionista hasta el momento en que el chavismo resuelve que no está satisfecho con esa oposición sino que quiere otra que sea incluso más servil y genuflexa.

            Es este giro lo que lleva al chavismo a emprender un proceso de tomar el control “legalmente” de las franquicias de los partidos opositores. Incluso en los mejores momentos de las negociaciones de México ya el Tribunal Supremo de Justicia había intervenido a la casi totalidad de los partidos que en ese momento estaban negociando con el régimen.

            Hoy la mayoría de los partidos de la PU/MUD están inhabilitados para postular menos Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales. Los partidos más emblemáticos de la falsa oposición tales como Acción Democrática, Voluntad Popular, y Primero Justicia tienen directivas designadas por el TSJ chavista lo que ha significado una partición de hecho de la falsa oposición entre “judicializados” (despojados de la franquicia) y “alacranes” (los nuevos dueños de la franquicia).

            Sin embargo, la falsa oposición del ala judicializada (PU/MUD), con la incorporación de María Corina Machado luego de la Primaria, se ha aferrado a las negociaciones de México y al llamado Acuerdo de Barbados como un clavo ardiente. Ese proceso de negociaciones fue justificado como un esfuerzo para lograr condiciones y garantías para unas elecciones competitivas. En su desarrollo el chavismo logró que liberaran a los narcosobrinos, que Estados Unidos levantara las sanciones y además devolviera sano y salvo al “diplomático” Alex Saab. A cambio el chavismo no cumplió nada de lo ofrecido. Por el contrario, le arrebató el derecho a la PU/MUD de postular su candidato y confirmó la confiscación judicial de los partidos negociadores. 

            ¿Hacia dónde va todo esto? El chavismo está urgido en pasar cuanto antes la página de lo electoral para atender graves crisis internas que se están desarrollando en su sector militar. El desmantelamiento de la industria y el comercio impactarán la capacidad del régimen para acceder a recursos que paguen por los servicios a sus militares y una eventual derrota militar con Guyana podría terminar por implosionar a un régimen que sin apoyo popular sólo se sostiene por las armas.

            Para la nueva etapa, que demanda de sus propios operadores lealtad absoluta, el chavismo necesita liquidar cualquier sospecha de rebelión interna e igualmente requiere de una falsa oposición más colaboracionista y entreguista que la anterior.

            Con la firma del llamado Acuerdo de Caracas, suscrito por los opositores “alacranes” el 28 de febrero de 2024, y el desconocimiento del Acuerdo de Barbados el régimen chavista ha resuelto eliminar literalmente, a los opositores judicializados quitándoles sus tarjetas y su capacidad para postular candidatos en el futuro. Esto no cambiará para las elecciones regionales del próximo año y define el inicio de una etapa para el chavismo con una nueva falsa oposición más a su medida.

            Ya Jorge Rodríguez y Nicolás Maduro lo declararon sin el mayor rubor: El Acuerdo de Caracas sustituye al de Barbados. Lo que quisieron decir es que el sector de la falsa oposición con el cual venían negociando ya no será reconocido como tal.

            Además ¿para qué negociar con ellos si el chavismo puede negociar directamente con los Estados Unidos? 

@humbertotweets

El autor es abogado y analista político con maestría en Negociación y Conflicto
California State University

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