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El Caribe, Carpentier y «El siglo de las luces» I Opinión I Julián Rivas

Alejo Carpentier relata como británicos y portugueses conspiraron contra la Cayena francesa que dirigía Jean-Baptiste Víctor Hugues. Merecía el Nobel de Literatura por su investigación histórica.

Julián Rivas

Un vídeo sobre la cuestión Esequibo me lleva a hacer algunas consideraciones sobre el tema. Ese vídeo lo difundió hace meses la televisión rusa y sigue rodando. Dos aspectos obligan a hacer precisiones, una vez más. Que nunca hubo Gran Colombia sino República de Colombia. Y que la entrada de Inglaterra en lo que hoy es Guyana se concretó con el Congreso de Viena de 1814, restaurador y legitimador de las acciones de los viejos imperios de Europa y la emergencia de Estados Unidos.

La República de Colombia, nunca Gran Colombia, por favor, surgió a partir del Congreso de Cúcuta en 1821.

Poco después de la separación de Venezuela y Quito, en 1830, Rafael Urdaneta dio un golpe de Estado. Duró unos meses como jefe de gobierno de Colombia. Ya era tarde. En dos o tres años, tras dos gobiernos relativamente cortos, de Alcántara Herrán, prócer militar, y Márquez regresó Santander.

La misma Colombia por un tiempo dejó de llamarse Colombia. Volvió la a Nueva Granada. Fue avanzado el siglo diecinueve cuando vuelve el nombre de Colombia a Bogotá.

En parte de allí viene el equívoco. Los primeros en difundirlo son los historiadores. Increíble.

Al menos hasta 1819 en Bogotá dominaba el nombre de Virreinato de Nueva Granada. Desde 1811 los intentos de independencia adoptaron Provincias Unidas de Nueva Granada. Tras la Batalla de Boyacá y la transición desde 1819 a 1821 fue madurando la idea de República de Colombia en los términos en que lo estableció el Congreso de Cúcuta.

Por cierto, Colombia como idea se concretó en Güiria en 1813, con el Estado de Oriente. No hay un solo documento oficial de la Colombia bolivariana que diga Gran Colombia. Por Dios, ya está bueno. Al pan pan y al vino vino.

EL SIGLO DE LAS LUCES

La decisión de Reino Unido de apoderarse de territorio hasta entonces holandés al este del Esequibo se adoptó en 1814 en el Congreso de Viena, tras maniobras conjuntas entre británicos y portugueses contra la Cayena francesa que dirigía Jean-Baptiste Víctor Hugues. Fue una operación geopolítica en todo el norte del río Amazonas.

Reino Unido le cobró a Holanda su alianza con Francia. La República Bátava o la monarquía cercana a Napoleón fueron episodios en que Países Bajos fue un Estado satélite de la Francia revolucionaria. Ahí comienza el atraco británico, y también explica el silencio histórico de Brasil, que incluye el caso Pirara

Los invito a que lean El Siglo de las luces, famosa novela histórica de Alejo Carpentier, dónde está la figura de Jean-BaptisteVíctor Hugues. Este fue un integrante del Directorio de la Revolución Francesa que expulsó a los ingleses de varias islas francesas y primero estableció su base de operaciones en Guadalupe. España era aliada de Francia contra Inglaterra y Portugal y los capitanes corsarios de Jean-Baptiste Víctor Hugues recorrieron el oriente venezolano.

Si bien no sale en el relato de Carpentier, uno de los más destacados capitanes corsarios de Guadalupe fue Juan Bautista Bideau. Eso está bien documentado. Incluso estuvo en la guerra contra Estados Unidos en la que el comandante francés fue Jean-Baptiste Víctor Hugues.

El Siglo de las luces es un excelente aporte de Alejo Carpentier. No le dieron el Nobel de Literatura, pero lo mereció. Por supuesto que esta investigación histórica es limitada y hubo aspectos y detalles que no entraron. Siempre recuerdo las clases de literatura que tuve con Adriano González León. Se deleitaba explicando la riqueza literaria de El Siglo de las luces, particularmente en el Caribe. Es difícil entrarle, el comienzo es duro, pero luego que entren en la novela, no la abandonarán, nos decía Adriano, ya en fase de retiro como profesor de la UCV.

En efecto, es interesante conocer la llegada de la guillotina a América. La trajo Jean-Baptiste Víctor Hugues. Además de instrumento de muerte fue motivo de curiosidad. Rodaron cabezas inglesas y de delincuentes, malas conductas y en el recorrido por los pueblos de Guadalupe, cuando no había cabeza que cortar, entonces se metía un vástago de plátano. La curiosidad de la gente la hacía un espectáculo.

Repito, el Caribe es Venezuela y debemos recuperarlo.

Acabemos el colonialismo. Y hagamos del Caribe lo que es, mar venezolano. Los siglos avanzan y Venezuela siempre estará aquí.

El oriente venezolano es muy Caribe. Desde el Amazonas y el Orinoco salieron los indígenas Caribes. Por allí nos ha llegado mucho de lo que es nuestra historia. Buena o mala. Colon, Diego de Ordaz, Antonio de Barrio, Emparan, Isnardi, Bideau. Chacachacare, Pablo Morillo. Las ideas nuevas que recorrían el mundo.  Así será Y cierto es que el sol de Venezuela nace en el Esequibo. Ciertamente.

EL AUTOR es periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela, escritor, conferencista, analista político y experto en temas internacionales. Nació en la población de Irapa, estado Sucre, Venezuela.

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