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Sucumbe el gobierno universitario I Opinión I Absalón Méndez

Ha perdido el control de todo. En la actualidad, ni siquiera, ha logrado tomar una decisión sobre el retorno o no a la presencialidad en la actividad académica y bajo cuáles condiciones.

Absalón Méndez Cegarra

La luna de miel entre el gobierno de Hugo Chávez y el sector universitario nacional duró muy poco, a pesar del respaldo que dio la UCV o, miembros de ella, para ser más precisos, a la intentona golpista y posterior triunfo electoral de Chávez.

El primer gabinete ejecutivo de Chávez fue una especie de Consejo Nacional de Universidades.   Por el gobierno chavista desfilaron distinguidos y muy conocidos profesores universitarios. Poco a poco estos colaboradores del chavismo fueron desapareciendo de escena sustituidos por el verdadero factor de poder: las FAN

El mundo universitario del momento, con su histórico olor izquierdista y revolucionario, se dejó embelesar por el domador de serpientes, sin lograr entender lo que Chávez traía en sus alforjas para las Universidades, en especial, para las denominadas autónomas. En un primer momento, mediante terceras personas y el uso de la violencia, se les trató de tomar por asalto.  Luego, se edulcoró el discurso con algunas realizaciones importantes: entrega del Jardín Botánico a la UCV y la emisión de deuda pública para pagar pasivos laborales de vieja data. Finalmente, entró en vigor  la aplicación del plan de destrucción del sector universitario mediante, entre otras, las acciones siguientes:   calificar de sector privilegiado al profesorado universitario para negar su protección social (Constituyente de la Seguridad Social); creación de nuevas universidades;  intervención de universidades; desaplicación de las Normas de Homologación; ataques sistemáticos a las universidades, curiosamente,  por parte de profesores universitarios en funciones de gobierno (los ministros Moncada y Ramírez); Ley Orgánica de Educación;   pretensiones de asaltar para eliminar los Fondos de Jubilaciones y Pensiones del Personal de las Universidades Nacionales;   creación del paralelismo sindical para desconocer la auténtica representación gremial del profesorado universitario (la FAPUV);  intervención del aparato de justicia para impedir la renovación de autoridades universitarias mediante elecciones libres;   imposición de autoridades universitarias;  aplicación de la Normativa Laboral para lograr una Convención Colectiva Única del Sector universitario y, dejar, así, sin efecto, la contratación colectiva interna;  la centralización en la OPSU de programas sociales llevados a cabo por la institucionalidad previsional propia del sector universitario, con lo cual se ha dejado sin protección y seguridad social al profesorado universitario; abandono total de las instalaciones universitarias dejadas a merced de la delincuencia común y no común; y, últimamente,  la entrega,   hecha sin remilgos, de la administración universitaria, incluyendo nómina de pago,  por  las autoridades universitarias  al gobierno nacional, así, como el control del campus universitario,  en el caso de la UCV.

Todo este plan macabro de destrucción deliberada de la vida universitaria se ha desarrollado sin prisa, pero, sin pausa; y, para su logro, se ha mimetizado a autoridades universitarias y a la comunidad universitaria. A las primeras, a cambio de permanecer indefinidamente en el gobierno universitario; y, a la comunidad universitaria, con la fantasía de la participación protagónica en el gobierno universitario.

Los resultados de este plan anti universitario están a la vista. Una universidad nacional, que, a duras penas sobrevive, gracias a la permanencia y actividad de un pequeño grupo de profesores ordinarios y jubilados y un puñado de consecuentes empleados universitarios. Todo lo demás, brilla por su ausencia. 

El cogobierno universitario es una ficción. No existe. La universidad luce ingobernable. Sucumbe el gobierno universitario, Ha perdido el control de todo. En la actualidad, ni siquiera, ha logrado tomar una decisión sobre el retorno o no a la presencialidad en la actividad académica y bajo cuáles condiciones. Todo es un dejar pasar y dejar hacer. Cada Facultad, Escuela o Dependencia Universitaria, hace lo que le viene en gana. Profesores, empleados y obreros acuden al cumplimiento de sus obligaciones si quieren y lo desean y cuando estiman hacerlo. Nadie se siente impelido a hacerlo. Anarquía total.   Se dan casos, en los que un empleado, por ejemplo, dice a su jefe inmediato, que no se incorporará a su trabajo porque le pagan muy poco; pero, sigue cobrando, como si nada, lo poco que le pagan, mientras tanto se desempeña en otras actividades dentro y fuera del país.

El cogobierno, sí puede llamarse tal, ha perdido legalidad y legitimidad completa. La permanencia interina en el ejercicio de los cargos de dirección universitarias les ha hecho perder la legitimidad de origen. Hoy, lucen como autoridades impuestas, sujetas a los dictados del gobierno nacional, además, sometidas a un protectorado, al estilo de los protectores que nombra el gobierno nacional en las entidades federales en las que el gobernador no es afecto al PSUV.

Hechos como el ocurrido en acto de graduación recientemente celebrado en la ilustre USB, se ha digerido solo por las redes sociales, sin ningún pronunciamiento oficial y categórico de las Universidades hermanas. Nadie puede lanzar la primera piedra. Todo es silencio cómplice.

Extemporáneamente y fuera de foco, en momentos que el gobierno ha decidido, por fin, interesarse por una nueva Ley de Universidades, las autoridades universitarias de la UCV asoman un Proyecto de Reglamento Electoral Provisional, acotado totalmente a lo preceptuado en el artículo 34.3 de la Ley Orgánica de Educación y a lo sentenciado por la Sala Electoral y Constitucional del TSJ. Resulta ridículo y un sinsentido el haber esperado 11, 12 o 13 años para salir ahora con una reglamentación que le fue ordenada elaborar a la UCV y a las demás universidades del país, por la Sala Electoral, en el año 2011. El gobierno universitario sucumbe definitivamente en un escenario de total y absoluta pasividad. Todos los aires corren a favor del gobierno nacional y sus propósitos anti universitarios

@abslonmendez1

EL AUTOR es abogado y licenciado en trabajo social. Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. MSc en Administración Privada, doctor en Ciencias Sociales. Ha participado en la redacción de la Ley Orgánica del Sistema de los Seguros Sociales, Ley de Vivienda y Hábitat, Ley del Régimen Prestacional de Salud, Ley del Régimen Prestacional de Empleo, entre otras.

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