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Estamos ante un Estado quebrado I Opinión I Oscar Battaglini

Los recursos, fueron desviados por la dictadura para hacer demagogia clientelar (populista) y para practicar el peculado que se generó abundantemente alrededor de la figura de Chávez

.Oscar Battaglini

La venta de acciones de las empresas del Estado puestas en venta por la dictadura, confirma lo que se ha venido diciendo acerca de que estamos ante un Estado quebrado económica y financieramente, es decir, un Estado que carece casi absolutamente de la capacidad económica y financiera para echar a andar de nuevo en condiciones aceptables, o para mantener en funcionamiento el aparato productivo bajo su control.

Atrás quedaron definitivamente los afanes estatizadores y el millón de millones de dólares recaudados por la dictadura durante la bonanza petrolera de los años 2003-2010- y 2010-2014, recursos que bien administrados y utilizados para hacer eficientes y auto sostenibles las empresas que ahora se subastan, hubiesen contribuido significativamente a crearle una buena base de sustentación al proceso productivo industrial del país. No se hizo esto, pero esos recursos, fueron desviados por la dictadura: 1-para hacer demagogia clientelar (populista) entre los sectores sociales más pobres de la sociedad venezolana a través de las “misiones”, y de los “consejos comunales”; actividad que fuera demagógicamente calificada en su momento como “inversión social” (inversión clientelar); para repartir dinero a diestra y siniestra en América Latina y el Caribe, con la finalidad de crear un liderazgo de cartón y procurarse adhesiones y apoyos en el proceso de creación de Unasur, el ALBA, y también en la ONU y la OEA; para practicar el peculado que se generó abundantemente alrededor de la figura de Chávez, es decir, todos aquellos que se movían en los círculos más íntimos del “comandante”, y que de manera ostensible apunta a la persona del “tuerto” Andrade y la “enfermera” de Chávez, presos en los Estados Unidos por exhibir escandalosas fortunas que no han podido justificar lícitamente, y que, a todas luces es el resultado de haber prestado sus nombres como testaferros. En ese plano de los enriquecidos groseramente por obra y gracia de la generosidad del comandante, estarían Rafael Ramírez, hombre de su más absoluta confianza, y algunos otros (con y sin uniforme) que aun hoy aparecen dando declaraciones justificando el estado de cosas y profiriendo el socorrido discurso de “la patria”, “Bolívar”, “el antiimperialismo”, “las sanciones”, etc, y que todo el mundo sabe que eran unos pobres de solemnidad antes de llegar al poder “el socialismo del siglo XXI”, y hoy no pueden disimular el signo evidente de una riqueza inexplicable.

..la solución de la problemática económica existente, comienza por la superación del conflicto político en desarrollo»

El que ese haya sido el destino que se le dio a esos cuantiosos recursos, es lo que, en definitiva explica, por un lado, el inmenso déficit por el que ha atravesado el Estado en el curso de los últimos años, y por otro, la crónica desinversión a la que han estado sometidas las empresas bajo su control económico y administrativo, particularmente la petrolera, las Industrias básicas de Guayana, las del sector servicios, agua, electricidad, telefonía, gas, etc, que ha tenido como consecuencia que el proceso de obsolescencia por desidia, las haya reducido a su mínima capacidad productiva o anulado casi completamente su capacidad, como ocurre actualmente con el complejo industrial minero de Guayana.

…la dictadura sigue adelante con sus planes privatizadores, en abierta contradicción con lo que ha venido afirmando en su discurso político-ideológico»

Eso mismo, dicho de otra manera, significa que lo que la dictadura madurista está ofertando o poniendo en venta, son empresas insolventes o quebradas, y que muy poco o ningún interés pueden despertar en estos momentos al capital nacional o internacional.

La pregunta que uno se hace a este respecto es: ¿quién va a invertir sus capitales en empresas insolventes o quebradas, y que además lo que ofrecen es un 5 o 10% de sus acciones, factor que le seguiría dando el control de las mismas al Estado causante de su debacle.

Si a esa situación se le adiciona: 1- el efecto o las consecuencias que podrían acarrearle al capital extranjero esa asociación económica con la dictadura las sanciones que pesan sobre ella; la inseguridad jurídica característica del régimen dictatorial, que ha hecho que ningún capital privado nacional o extranjero esté cubierto de ser objeto de una medida de expropiación; 3- el hecho de que los trabajadores de algunas de las empresas que ofertan parte de su paquete accionario (por ejemplo Sidor) son propietarios de un buen número de ellas, entonces se comprende lo impracticable que resulta la negociación propuesta por la dictadura madurista.

Pero todavía hay más y no menos importante; nos referimos a la extrema anormalidad político- institucional existente en el país. Esta situación, se comprende perfectamente, es a todas luces la razón básica que impide u obstruye la posibilidad de que en nuestro país pueda darse de nuevo un proceso de reactivación de la inversión en una proporción significativa, y una recuperación y crecimiento del ciclo económico nacional en condiciones normales.

…es muy poco o nada lo que Maduro tiene que ofrecerle a los trabajadores y al pueblo venezolano»

Esto es lo que se ha querido decir cuando se afirma que la solución de la problemática económica existente, comienza por la superación del conflicto político en desarrollo. He aquí la importancia que en estos momentos adquieren las diligencias que se vienen desarrollando en torno a la posibilidad de que se reanuden las negociaciones políticas en Méjico entre el gobierno y la oposición articulada en la Plataforma Unitaria.

Es de esperarse que en esta oportunidad de ese nuevo encuentro gobierno-oposición, surjan los acuerdos políticos que abran camino para la superación de la crisis global que mantiene paralizado al país y que afecta gravemente la vida de todos los venezolanos.

Mientras tanto la dictadura sigue adelante con el desarrollo de sus planes privatizadores, en una clara y abierta contradicción con lo que ha venido afirmando en su discurso político-ideológico. Pero, como ya se ha dicho, en esta oportunidad tampoco sus afanes privatizadores serán coronados con el éxito.

En esto –sin duda algún,a- se repetirá lo ya ocurrido con el petro, los diecisiete motores económicos, la “Venezuela potencia” y los dos millones de barriles de petróleo que, según el discurso oficial, se estarían produciendo para finales del año en curso. Lo que sí se conseguirá -con toda seguridad- con esos afanes de última hora, es poner más en evidencia lo farsesco de la cháchara pseudo socialista de la cual el chávezmadurismo ha venido haciendo gala por más de dos décadas.

Se pondrá de manifiesto, sobre todo, de parte de Maduro y su entorno palaciego, la total ausencia de apego a desarrollar desde el poder una acción política orientada a poner al servicio del país y de los trabajadores los bienes económicos de la República y de la sociedad en su conjunto. Por eso, frente a la bancarrota por la que atraviesa la economía venezolana y que ha sido provocada por ellos mismos desde el poder, antes que apelar al concurso de los trabajadores y del pueblo venezolano en general, para afrontar esa situación, acude en auxilio del capital en procura de apoyo con ese propósito. Después de esa jugada es muy poco o nada lo que Maduro tiene que ofrecerle a los trabajadores y al pueblo venezolano.

EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.

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