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El interinato de Guaidó saquea los fondos de la ayuda humanitaria I Opinión I Humberto González Briceño

Son miles de millones de dólares que han podido ser usados para articular la salida del chavismo del poder.

Humberto González Briceño

Venezuela cayó en manos del chavismo en buena medida por la bancarrota moral de la clase política gobernante hasta 1999 en la democracia o Estado de partidos. Se trata de una clase política que no sólo se ha empeñado tercamente en la estrategia equivocada frente al chavismo sino que además ha sobrevivido con sus prácticas inmorales a través de nuevos dirigentes vendidos como los nuevos salvadores de la patria. Sin embargo, en la primera oportunidad que se les presentó para manejar la cosa pública hicieron igual o peor que el chavismo en veinte años.

El experimento de un supuesto gobierno interino que se levantaría como una opción de gobierno frente al Estado realmente existente que opera en Venezuela y dirige la macolla de Nicolás Maduro ha sido una de las estafas políticas más grandes que se conozca en la historia de Venezuela. La idea sonaba tan seductora que levantó la esperanza de millones de venezolanos que vieron en ella la oportunidad de articular un eje de lucha real contra el Estado chavista. Aunque detrás de la maniobra estaban los operadores políticos de la falsa oposición, la MUD, el G4 y los ambiciosos jóvenes de Voluntad Popular y Leopoldo López, la gente parecía estar dispuesta a darle una nueva oportunidad a quienes blandían el slogan de moda: «cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres».

Sin embargo, el gobierno interino de Juan Guaidó se convirtió en una gigantesca operación para saquear los fondos de la ayuda humanitaria internacional y los activos de Venezuela congelados en el exterior. Países como los Estados Unidos, Canadá y España no solo aportaron gigantescas cantidades de dinero al gobierno interino de Juan Guaidó sino que además le permitieron a sus operadores manejar a su antojo los activos en el exterior sin estar sujetos a control ni rendición de cuentas a ninguna instancia dentro o fuera de Venezuela. El gobierno interino comenzó a operar como un verdadero cartel de corrupción para beneficiar a los operadores y clientelas de los partidos de la falsa oposición, en especial a los de Voluntad Popular partido de Leopoldo López y al cual obedece Juan Guaidó.

Con la mayor desvergüenza se conformaron redes de asesores, operadores y embajadores con salarios en dólares basados en los niveles de Norteamérica con fondos obtenidos de la ayuda humanitaria internacional y el flujo de caja de los activos en el exterior. Así como el chavismo ha saqueado los recursos públicos en Venezuela, la falsa oposición a través del interinato de Juan Guaidó ha hecho exactamente lo mismo. No hay forma de justificar un tipo de corrupción y condenar la otra. Ambas prácticas inmorales son las que han arrastrado a Venezuela al borde de su destrucción y deben ser rechazadas sin contemplación.

Unos de los subterfugios usados por el hamponato interino de Juan Guaidó y sus defensores es que la USAID norteamericana nunca le entregó directamente dineros a Juan Guaidó o representantes del interinato. Como evidencia irrefutable el informe del gobierno interino anexa una declaración de un funcionario norteamericano para despejar las dudas. En realidad es un tecnicismo que intenta disimular las colosales dimensiones del saqueo. Es cierto que la USAID no entregó directamente dineros al interinato de Guaidó, lo hizo a través de terceros o de interpuestas personas que previa aprobación de Carlos Vecchio ficha clave de Leopoldo López, fueron receptoras de esos fondos.

En un informe elaborado por Zacarías Foster de la Embajada Ciudadana de Venezuela se demuestra cómo previa aprobación de Carlos Vecchio cientos de organizaciones no gubernamentales recibieron millones de dólares para financiar supuestos programas de ayuda social pero que fueron a parar a los bolsillos de los operadores del interinato de Guaidó y la falsa oposición. Casi todas estas organizaciones fueron registradas en los Estados Unidos después del 2019 con el propósito de recibir esos fondos y son dirigidas por operadores vinculados a los partidos de la falsa oposición, en especial de Voluntad Popular.

Hasta la fecha el interinato de Juan Guaidó ha controlado la asignación de más de 1000 millones de dólares. En un caricaturesco informe Guaidó justificaba el gasto de esos dineros en bonos, ayudas sociales y la sospechosa categoría “defensa de la democracia”. La obscuridad en la gestión de esos recursos y la renuencia a rendir cuentas en forma apropiada por parte del interinato hace suponer que esos dineros fueron malversados para transferir recursos a los partidos políticos de la falsa oposición y a los operadores del interinato a través de organizaciones no gubernamentales fantasma creadas con ese único propósito.

Ahora que la falsa oposición está embalada a participar en el fraude electoral del 2023 ya sabemos el origen de los recursos de las costosas campañas que trataran de convencer a los desprevenidos sobre las bondades de ir a votar. La falsa oposición prefiere que se hable de sus primarias y no del destino final de esos recursos otorgados al interinato por agencias internacionales para ayudar a los venezolanos. Son miles de millones de dólares que han podido ser usados para articular la salida del chavismo del poder pero que solo servirán para pagar por el exilio dorado de personajes tales como Carlos Vecchio y Leopoldo López quienes jamás podrán explicar cómo hacen para vivir cómodamente en el exterior sin un trabajo conocido.

@humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con especialización en Negociación y Conflicto en California State University.

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