La obra de César Uribe Piedrahita no aparece en la historia de la novela venezolana, porque su autor es «extranjero» y se reserva, entonces la condición peculiar de novela apátrida.
Gustavo Luis Carrera I LETRAS AL MARGEN
A toda obra literaria se le adjudica una nacionalidad, una pertenencia coincidente con el país de origen del autor. Pero, las dificultades comienzan al respecto, cuando el autor se «internacionaliza» (adquiere otra ciudadanía, o se convierte en «habitante del mundo»). O cuando el tema es decididamente referido a un asunto lejano del territorio propio del emisor. En todo caso, no se descarta la posibilidad de una difícil ubicación nacional de una obra específica. Tal acontece con «Mancha de aceite». Veamos.
UBICACIÓN HISTÓRICA Y TEMÁTICA. En 1935 aparece en Bogotá «Mancha de aceite» (Editorial Renacimiento, 138 p.). Una novela de César Uribe Piedrahita, médico y escritor. El libro, en sí, es una ficción novelada, a partir de una experiencia personal del autor. En efecto, se basa en la realidad vivida por el novelista en su pasantía, como médico, en los niveles medios de la explotación petrolera en los Estados Zulia y Falcón. Así, desde el punto de vista temático es una obra centrada, totalmente, en el ambiente de las compañías petroleras extranjeras en el ámbito venezolano. La acción se sitúa en la época del gran boom que produjo el reventón del pozo Los Barrosos No, 2 (1922), del campo zuliano Las Rosas, y en años cercanos a este acontecimiento; hecho que se difundió en la prensa internacional, situando a Venezuela como un gran polo de atracción para el desarrollo de la industria petrolífera. La novela es una extraordinaria visión reveladora de las trampas de las compañías, con la complicidad de las autoridades del país, en un despojo de los ricos yacimientos de oro negro; mientras los trabajadores son explotados, discriminados, y ya envejecidos, absolutamente abandonados Es decir, que se trata de una vigorosa y original denuncia de una repudiable situación abusiva.
AUTOR RECONOCIDO. «Mancha de aceite» se publicó en su condición de obra de un escritor colombiano altamente valorado. De hecho, César Uribe Piedrahita (1897-1951) se distinguió en su condición de médico investigador y docente, desempeñando elevadas funciones públicas en este campo profesional. Como escritor, antes de la aparición del libro que nos ocupa, ya Uribe Piedrahita había publicado la novela «Toá» (1933), notable relato de la vida de los caucheros y los indígenas en la zona selvática amazónica colombiana. Así, de hecho, «Mancha de aceite» aparece como obra de un autor destacado, igualmente con apreciada obra ensayística. Todo ello hace que se trate de un escritor en plenitud; no muy favorecido por la crítica ocasional; pero, tenido en valía por analistas de mayor profundidad, en la dimensión de la narrativa de su país.
LIBRO APÁTRIDA. Ahora bien, ocurre que nos referimos a una obra que no halla ubicación plena en las historias de la novela en ambos países. En Colombia se le ve como una narración «extravagante», que se refiere, de manera absoluta, a realidades de otro país; y por ello es mencionada con reticencias. De otra parte, no aparece en la historia de la novela venezolana, porque su autor es «extranjero». Y se reserva, entonces, para «Mancha de aceite», la condición peculiar de novela apátrida. Todo esto suena absurdo; y habría que discutir si un libro tiene la nacionalidad de su autor o la pertenencia que le concede su tema. Y ello sin entrar a considerar los valores literarios de la obra, su significación histórica en el desarrollo regional del género y su condición precursora en el nivel del asunto narrado. Es decir, que el prejuicio toma el lugar de la valoración equilibrada.
TRASCENDENCIA. En cualquier caso, aparte de su significación innovadora en la evolución de la novela colombiana, «Mancha de aceite» tiene un extraordinario valor en la dimensión de la novela venezolana del petróleo. Sencillamente, es la primera novela dedicada, de manera íntegra, al tema de la explotación petrolera en Venezuela. (Un año después, en 1936, aparecerá «Mene», novela de Ramón Díaz Sánchez, la primera novela petrolera de autor venezolano, que ya había sido escrita en 1935). Uribe Piedrahita, en su vigorosa y particularmente bien documentada narración, a partir de experiencias de primera mano, realiza una crónica de los campos petroleros, de la discriminación racial y económica de los trabajadores, de la expoliación cumplida por compañías extranjeras -inglesas, holandesas y sobre todo norteamericanas-, las cuales, con la servil complicidad del gobierno de la época, de las autoridades locales, y de abogados y jueces venales, saquean a un país. El personaje representativo del médico (reflejo del autor) contratado por la compañía petrolera expone, con énfasis, la denuncia que vibra en toda la novela: «Precisamente porque los hombres se mueren en los pantanos buscando petróleo. Porque las compañías hacen alarde de beneficiar a los nativos e imponen un sistema de sobornos que cubre desde los altos personajes del gobierno hasta los más infelices servidores públicos. Por toda esa trama sorda que sospechamos. Porque usan a los hombres como simples cartuchos de tiro al blanco y desechan el cascarón. Porque han hecho de este pueblo y de todos los que tienen el infortunio de poseer petróleo, unos pueblos esclavos…Por eso siento rencor y despecho». La dramática situación laboral provoca reclamos y protestas de los trabajadores. Al final, un simbólico fuego devora «la mancha de aceite». (En libro nuestro sobre la novela venezolana del petróleo analizamos esta obra, destacando su extraordinaria significación histórica como un hito en el desarrollo del tema).
VÁLVULA: «La tendencia a hacer coincidir la nacionalidad de un libro con la de su autor, puede conducir a considerar una obra sin identidad de origen. Esta perspectiva ha llevado a hacer de la novela «Mancha de aceite», del escritor colombiano César Uribe Piedrahita, una narración de ubicación nacional dudosa. Pero, en la práctica, en la dimensión histórica, se trata nada menos que de la primera novela propiamente dicha sobre el tema de la explotación petrolera en Venezuela. Así la hemos destacado ampliamente, y lo ratificamos en esta oportunidad».
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