Una de las luchas de mayor prioridad hoy, es la vigencia de las convenciones colectivas como expresión del derecho a la negociación colectiva.
Edwin Sambrano Vidal
El Primero de Mayo,fecha emblemática que fue instaurada como «Día de Solidaridad Internacional de los Trabajadores» y conmemora, no un evento singular sino, un proceso de lucha sostenida y organizada por la jornada de 8 horas, la libertad de organización independiente, de negociación colectiva y otras reivindicaciones y derechos esenciales. Eran los días de finales de abril y principios de mayo de 1886, sucedían, una tras otra, las movilizaciones, al igual que en todos los meses de ese año. Ya el 1 de marzo una gigantesca huelga de más de 320.000 trabajadores había sacudido a la sociedad norteamericana. Los días de marzo y abril fueron de preparativos para buscar un desenlace y lograr el objetivo. En ese contexto se convocó una huelga general para iniciar el 1 de mayo bajo la orden de que «A partir de ese día, ningún obrero debe trabajar más de 8 horas por día. 8 horas de reposo y 8 horas de recreación». La jornada establecida y normalmente ejecutada era entre 10 y 18 horas diarias, aunque ya se había logrado reducir la jornada entre 8 y 10 horas en varias grandes empresas, consorcios y estados. Pero la gran mayoría trabajaba, de 14 a 16 horas. La huelga del 1 de Mayo incorporó a más de 190.000 trabajadores. La sola amenaza de la huelga había logrado que 150.000 trabajadores se beneficiarán por medidas patronales de reducción de la jornada. Continuaron las movilizaciones con mítines y concentraciones el día 2.
El 3, entre 7 y 8 mil trabajadores se concentraron a las puertas de la empresa McCormick Harvester Works, gran productora de maquinarias agrícolas, notable por las arbitrariedades que cometía contra sus trabajadores, rebaja de sueldos, suspensiones sin pago, despidos a los afiliados a sindicatos, agresiones con esquiroles, guardias privados y policías que obedecían sus órdenes y lockout (cierre) con despido de miles de trabajadores que fueron sustituidos por esquiroles quienes enfrentan a los trabajadores reunidos bajo la protección de la policía que abre fuego asesinando a 6 obreros e hiriendo a más de 50, todos obreros. De inmediato se convoca a un mitin de protesta para el 4 de mayo en la plaza Haymarket de Chicago, capital del Estado industrial de Illinois, la segunda ciudad en importancia económica y población de los EEUU. Concurren 15.000 personas pacíficamente bajo el llamado a la calma sin provocar choques con la policía, una lluvia dispersa a parte de los asistentes y aparece un nutrido grupo de agentes y se concentran frente a la tribuna, en ese instante explota una bomba entre los dos grupos de policías y uno cae muerto, de inmediato los policías, abren fuego contra la multitud disparando al azar provocando varios muertos y numerosos heridos. Esa es lo que se conoce como «la masacre de Chicago». Por estos hechos son apresados y juzgados los ocho dirigentes más destacados, de los cuales siete son condenados a la horca y cuatro ahorcados, mientras uno se suicidó, a los tres restantes se les aplicó penas largas de prisión y seis años más tarde fueron indultados. Son los llamados «Mártires de Chicago». El acta de indulto dice:
«Todos eran inocentes y el castigo que recibieron había sido el resultado de la sicosis y de una flagrante violación de las normas jurídicas».
La conquista de los objetivos siempre es el resultado de la lucha consecuente y organizada.
Las jornadas de mayo de 1886 no conquistan de inmediato los objetivos de los trabajadores, pero dan un impulso definitivo para que se hayan conquistado tanto la jornada de ocho horas como la libertad sindical, el derecho de negociación colectiva y otras reivindicaciones en el curso de ese mismo año. Son un hito en el esfuerzo, la voluntad y talento de los asalariados para alcanzarlos, mediante la lucha sistemática, organizando y convocando el entusiasmo y la unión de los trabajadores.
La rueda de la historia no se detiene y las luchas colectivas basadas en las tendencias naturales del desarrollo social, siempre conducen a los cambios que se proponen aunque pueda haber variación en formas y tiempo. Años después se valoraron esas heroicas jornadas y el Primero de Mayo se estableció cómo «Día de Solidaridad Internacional de los Trabajadores» a escala mundial.
En la Venezuela de 2023, 137 años después, ¿hay algo que celebrar este día?
Desde la perspectiva de la acción y la presencia, en beneficio de los trabajadores por parte del régimen de facto que se ha entronizado en los poderes públicos del país y que se sostiene mediante la amenaza del uso de la fuerza policial y militar, nada tenemos que celebrar y si, que denunciar, rechazar y luchar.
Desde la perspectiva de los trabajadores, hay mucho que celebrar, aunque la lucha no ha obtenido aún los objetivos planteados.
CELEBRAMOS:
- Que mantenemos disposición y coraje de lucha.
- Que este año ha continuado el despertar de los trabajadores del sector público acompañando y estimulando a los trabajadores que luchan desde hace años en defensa de los derechos laborales conquistados en beneficio de todos los ciudadanos de hoy y de mañana.
- Que se han realizado casi 3000 movilizaciones en los primeros 3 meses del año 2023, cantidad que se acerca a triplicar el promedio durante todo el año 2022.
- Que se han incorporado los trabajadores de la administración pública, muchos de ellos simpatizantes del chavismo, otros ya se identifican como ex-chavistas o disidentes, quienes se mantenían sometidos al mando dictatorial del régimen de facto, desplegaron una firme y sincera lucha por sus derechos y por el buen funcionamiento de la administración al servicio de los ciudadanos.
- Que el enfrentamiento contra el instructivo ONAPRE se empalma con la lucha contra el secuestro del salario por parte del tristemente célebre Memorando 2792 del Ministro del Trabajo, Eduardo Piñate, hoy gobernador del Estado Apure,
¿CUÁLES SON LAS LUCHAS PRESENTES?
Las luchas de mayor prioridad hoy, son:
1.- Por la composición y monto del salario, que debe ser elevado al menos para cubrir la canasta alimentaria.
2.- Por el respeto a las escalas salariales.
3.- Por la vigencia de las convenciones colectivas como expresión del derecho a la negociación colectiva y como normativa que compendia mejores condiciones de trabajo, fruto de las conquistas pasadas y de las aspiraciones presentes.
Tales luchas se unen con las siguientes:
4.- El justo y airado reclamo por la libertad sindical.
5.- El respeto al derecho a la reunión y manifestación pública.
6.- El respeto a la estabilidad en el puesto de trabajo.
7.- El respeto a la dignidad de los trabajadores.
8.- Respeto a la libertad de expresión y pensamiento.
9.- La reincorporación de miles de trabajadores desincorporados, despedidos y jubilados forzadamente.
10.- Por el pago de las deudas laborales acumuladas.
11.- Por el mejoramiento, la inversión y mantenimiento de los sitios de trabajo del sector público, adecuándolos para prestar un verdadero servicio de calidad en satisfacción de las necesidades y requerimientos de los ciudadanos, en los centros de estudio, en los entes administrativos, institutos autónomos, corporaciones regionales, empresas del estado.
Todo eso es digno de celebrarse, porque representa un cuadro de situación distinto del que teníamos por esta misma fecha en el año 2022, en cuanto a la conciencia y la voluntad general de los asalariados. Esto es un enorme avance.
Acompañando a lo anterior, observamos el surgimiento de otros movimientos laborales organizados, la aparición de numerosos nuevos líderes; su adiestramiento y fogueo en la lucha social y laboral, la expansión de la participación y de los grupos organizados en todo el país, así como el notable avance en la unificación de un programa de luchas, que implica claridad de objetivos, y una dirección más concertada entre los diferentes sectores laborales.
RETOS Y DESAFÍOS
Hay avances en nuestra lucha que nos permitirán afrontar mejor nuestra responsabilidad social porque junto con los avances que podemos celebrar, también existen retos y desafíos, algunos antiguos y otros propios del nuevo cuadro social y de organización existente, sobre todo porque el régimen de facto continúa su agresión contra los trabajadores.
Sobre estos últimos nos referiremos en otro artículo.
@edwinsambranov
El autor es abogado laboralista, ex diputado a la Asamblea Nacional, integrante del Secretariado Regional del Frente Amplio Venezuela Libre del Estado Bolívar, directivo de varias organizaciones civiles y laborales, asesor del Movimiento de Trabajadores Unidad en la Coincidencia, coordinador de la organización ciudadana Unidad y Cambio, director de la Casa del Trabajador de Guayana y directivo de la coalición Lazos Guayana.