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El referendo no es para la defensa del Esequibo, sino para su entrega I Opinión I Edwin Sambrano Vidal

Un referendo consultivo no tiene carácter imperativo o vinculante, de modo que, lo que surja de allí, no es obligatorio para el régimen de facto.

Edwin Sambrano Vidal

Tal como se ha presentado por quienes detentan el poder absoluto en Venezuela, el referendo no es para la defensa del Esequibo, sino para su entrega.

Lo que debemos hacer es desvelar ante el país y la comunidad internacional la indolencia, el entreguismo y las falacias del régimen de facto y de su antecesor, ante este tema de importancia nacional e histórica relativo a la soberanía del territorio de la República Bolivariana de Venezuela.

El referendo es una maniobra para justificar su entrega, además de un instrumento para obstruir el camino hacia la alternabilidad en la dirección del país, camino que ha sido respaldado por la expresión cívica y democrática del pueblo venezolano en la Elección Primaria.

 Una maniobra de doble filo

En beneficio de los intereses nacionales, hay que amplificar el mensaje sobre el entreguismo y la maniobra del régimen para quedarse en el poder con golpes bajos a la democracia.

Un referendo consultivo no tiene carácter imperativo o vinculante, de modo que, lo que surja de allí, no es obligatorio para el régimen de facto.

 La tarea política democrática es debilitar su poder absoluto para que no siga causando perjuicios a la nación venezolana. Por ello hay que denunciar sus malos actos y promover una conciencia nacional consolidada sobre el fraude, la corruptela y el entreguismo que representan el régimen y sus cómplices.

Las academias, las universidades, los institutos de altos estudios y de investigación y muchas otras entidades deberían elevar pliegos que denuncien al régimen de facto y le exijan que realice lo que en beneficio de la reclamación y del país, debe hacerse mientras esté ocupando las funciones de Poder Ejecutivo.

Esas expresiones se convertirán, si se hacen masiva y continuamente, en opiniones calificadas para la conciencia nacional que desplazarán  todas las maniobras del régimen sobre el caso y tomaremos control efectivo de ese territorio arribando a un acuerdo con Guyana conforme a nuestros intereses y en respeto a la soberanía territorial de Venezuela.

Rocío San Miguel, entre otros, ha planteado claramente algunas iniciativas interesantes para que el régimen no siga desvariando.

 El voto es libre y voluntario

Los que quieran ir a votar, que vayan…

Los que decidan participar en el referendo deben hacerlo en resguardo de los intereses del país, ejerciendo con libertad y, especialmente con responsabilidad, su voto. Sin entregar un cheque en blanco al régimen. Pueden votar si o no, a una o a varias preguntas, también pueden no marcar nada o anular el voto. Todo ello está dentro de la libertad de conciencia y no constituye delito ni falta.

Los que participen como miembros de mesa deben apegarse a la Constitución y ejercer sus derechos frente a la posible intimidación, presión o imposición de militares o agentes políticos de oficialismo.

El debate no está allí. Lo que quiere provocar el régimen de facto es una trifulca entre sí y no, para trivializar el debate y dividir a la población. Ese no es el problema porque, finalmente, el régimen fabricará un resultado a su conveniencia (un ejemplo de esta fabricación es la noticia que han rodado sobre la inverosímil inscripción de más de 540.000 organizaciones a favor del referendo [???])>

Eso es, obviamente, falso.

Lo que sí no puede dejar de hacerse es la denuncia contundente y sostenida sobre la traición política a la nación y al pueblo ejecutada por el régimen de facto actual y el chavismo en el caso del Esequibo.

 Además, no debe perderse el foco de que lo principal es el cambio de gobierno en 2024.

Esta labor de conciencia ciudadana, es particularmente importante en el seno de la FANB, de la burocracia estatal y de las bases del régimen de facto. Allí debe hacerse el examen de las posiciones reales de los gobiernos más recientes ante el diferendo sobre el Esequibo y las necesarias acciones para reforzar, en la teoría y en la práctica, la condición de ese territorio como parte del territorio venezolano.

Hay que abrir los ojos ante tanta mentira e hipocresía y la confusión pública que causan. Esa conciencia colectiva es lo que mejorará nuestra posición frente a los intereses de cualquier gobierno en Guyana y ante los intereses crematísticos de los capitales guyaneses y transnacionales.

No es la participación o no en el referendo lo que califica la condición de defensor o no de la integridad territorial, sino los actos de entrega, su irresponsabilidad y ligereza ante una parte del territorio nacional, su inacción y las erradas posiciones y conductas que han tenido los gobiernos chavistas y el régimen de facto actual.

 ¿Qué es lo importante?

La atención a los esequibanos, el poblamiento de la frontera, el fortalecimiento de las poblaciones fronterizas, la realización de solicitudes ante la ONU y sus organismos para frenar los actos de exploración y explotación en la zona en disputa y para lograr reuniones para tomar decisiones conjuntas.

También importan, negativamente, la sumisión a los intereses geopolíticos de Cuba, la comandita con los gobiernos guyaneses por afinidad ideológica denegando las posiciones de soberanía venezolana en ese territorio…

Sobre eso, entre otras medidas, hay que actuar ya.

Es allí donde hay que centrar el foco.

No en el acto fugaz de votar.

Del mismo modo que, en los actos electorales del 2017, 2018 y 2020, el régimen puede apelar a fabricar un resultado con el cual quieran hacer valer la ficción de una defensa del territorio Esequibo en beneficio de sus propios intereses grupales o de la coalición internacional que tienen con gobiernos extranjeros.

Han actuado con apresuramiento para impedir que la población y los sectores organizados política, social y académicamente puedan participar ejerciendo plenamente los derechos en este tipo de actos. Por eso derrochan cientos de millones de dólares en una campaña de manipulación para un referendo consultivo en el cual no les interesa lo que la gente opine, sino imponer una opinión para generar la ficción de que fue la opinión libre del pueblo.

¿Qué debe hacer la oposición constitucional y democrática?

1.- Sostener, pública y en voz alta, una inequívoca defensa del Esequibo como parte del territorio venezolano. Proponer una auténtica consulta nacional a las universidades, centros de investigación y de altos estudios, las Academias, Colegios de Abogados, Organizaciones oficiales y civiles relacionadas con  el tema territorial, histórico y de seguridad nacional para que emitan las recomendaciones más adecuadas a la defensa del territorio Esequibo y a la búsqueda de una solución definitiva  del diferendo con Guyana,  tanto en la Corte Internacional de Justicia como en la ONU y en la esfera diplomática y de las relaciones bilaterales.

2.- Mantener una estricta vigilancia sobre el proceso refrendario de consulta para orientar a los venezolanos que quieran participar y señalar las violaciones a los principios que dicen la materia de expresión libre de la voluntad de los ciudadanos.

3.- Ejercer la crítica y la denuncia de la manipulación, la intimidación y la distorsión que realice el régimen de facto en su pretensión de desviar el sentido de la consulta hacia la obstrucción de los derechos políticos de los ciudadanos y especialmente en cuanto a malograr el proceso electoral presidencial.

4.- Mantener la iniciativa en sus asuntos cruciales. Estos son el impulso de las luchas sociales, todas las luchas de las diferentes áreas, la preparación de los contingentes de ciudadanos para las elecciones del 2024 y para la lucha política democrática, la defensa de la constitución y de las leyes populares, la exigencia de libertad total de los presos políticos, civiles y militares; las denuncias y seguimiento de los procesos de defensa de los derechos políticos y, también, de acusación de los jerarcas del régimen por corrupción y violación de los DDHH, las presiones en diferentes niveles y ámbitos para que, ante todo, la cúpula del régimen cumpla con sus obligaciones constitucionales con los ciudadanos venezolanos.

5.- Realizar la denuncia masiva en los sectores populares de las inconsecuencias, la indolencia y la corrupción, la represión y la ineptitud que caracterizan la conducta del régimen de facto con mortales consecuencias para los sectores más vulnerables, la producción, los servicios, la infraestructura, la seguridad social y pública y los niveles de vida.

6.- Además debe hacerse la resistencia y defensa ante las acciones que intente el régimen, para seguir entronizado en el poder violando las previsiones políticas de la Constitución.

 ¡El Esequibo es nuestro!

EL AUTOR es abogado egresado de la UCAB. Ex diputado al Congreso de la República. Integrante del Secretariado del Frente Amplio Venezuela Libre en el Estado Bolívar. Directivo de la coalición de organizaciones ciudadanas “Lazos Guayana”. Coordinador General de la organización social “Unidad y Cambio”. Asesor del Movimiento de Trabajadores, “Unidad en la Coincidencia”. Fundador de la Asociación Civil “Casa del Trabajador”.

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