Familiares de los presos políticos denuncian el funcionamaiento de un centro de torturas en la cárcel de El Rodeo. Señalan arbitrariedades en el régimen de visitas, las cuales son a través de un vidrio, sin contacto físico; duran apenas 15 minutos y son grabadas,» lo cual vulnera el derecho a la privacidad».
Hernán Lugo-Galicia
Débiles, flacos, enfermos y torturados, así ven los pocos familiares a los presos políticos en Venezuela que tienen acceso a las sedes del Sebin, DGCIM y cárceles comunes; mientras el resto pasa días y meses sin poder abrazarlos, debido a las limitaciones impuestas hasta a los abogados para que ingresen a las cárceles.
El llanto de las madres, hermanas, esposas e hijas de los presos políticos se ha oído durante este mes en Caracas y el reclamo es el mismo de 2021, 2022 y 2023: “¡Que respeten los derechos humanos!”; han exclamado; sólo que, esta vez, denuncian que el gobierno traslada desde la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) hacia las cárceles comunes de El Rodeo I y Yare, bajo engaño, a sus familiares. En estos sitios están delincuentes de alta peligrosidad, lo que les hace temen por sus vidas.
El Foro Penal y otras organizaciones registran entre 286 y 319 personas privadas de libertad por motivos políticos. Desde 2014, se han producido 15,700 detenciones arbitrarias por razones políticas; y entre 2023 y 2024, se han procesado a 269 personas. 10 presos políticos han muerto en los últimos siete años.
En mayo de 2023, el gobierno emitió un decreto para trasladar a los detenidos sin notificación a tribunales, abogados defensores y familiares de los detenidos. A la
Cárcel de San Francisco de Yare (Miranda) se llevaron a presas políticas; al
Internado Judicial Rodeo II (Miranda), el director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela, Eudis Girott, y cinco presos comunes; y al
Internado Judicial Rodeo III: presos políticos y comunes.
Tortura y desnutrición
El 24 de abril, los familiares exigieron a las autoridades que garanticen el cumplimiento de los derechos humanos en los centros de detención del país y denunciaron la creación de un «nuevo centro de tortura en Venezuela, El Rodeo I”.
“Hay un nuevo centro de tortura” en Venezuela”, afirmó Andreína Baduel, hija de Raúl Isaías Baduel, exministro de Defensa de Hugo Chávez, y quien murió bajo custodia del Estado. Alertó sobre la situación de su hermano Josnar Adolfo Baduel y de los presos políticos recluidos en la cárcel de El Rodeo I.
A principios de abril, Andreína denunció el traslado irregular de su hermano, bajo engaño, a un supuesto traslado médico, sin orden de un tribunal y sin informar a la familia: “Mi dilema es que operen a mí a hermano o que no lo operen. No sé qué es peor. Si no lo operan, sigue empeorando su condición. Si lo operan, pueden hacerle lo mismo que le hicieron a mi papá, que lo indujeron a la muerte”..
Miliany Castillo, hermana del preso político Oswaldo Castillo, denunció: “A los presos se les suministra poca alimentación y han perdido notablemente peso. Están incomunicados y aislados. Las visitas son a través de un vidrio, sin contacto físico; duran apenas 15 minutos y son grabadas, lo cual vulnera el derecho a la privacidad de los visitantes. Las visitas pueden ser interrumpidas por los funcionarios si tanto el prisionero como el familiar expresan algo que les resulte incómodo. Bajo estas condiciones de presión, muchos presos prefieren no revelar a sus familiares los maltratos y vejaciones a los que son sometidos”.
Luego de la expulsión de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, 45 prisioneros políticos, fueron pasados del DGCIM-Boleíta Norte y en el Centro de Procesados, Penados y Anexo Femenino del Área Metropolitana de Caracas I de Máxima Seguridad, ubicado en El Helicoide, al Centro Penitenciario Rodeo I, en el estado Miranda, bajo engaño, supuestamente para un chequeo médico, y sin previo aviso a sus familiares.
Los presos políticos están en condiciones infrahumanas: “Es un recinto del horror”, alertan, ya que son sometidos a maltratos y condiciones indignas, encierro en celdas de dimensiones mínimas (2 x 2), bajo altas temperaturas, sin más que una colchoneta y una letrina.
Los funcionarios aplican prácticas intimidatorias a los familiares a quienes le ordenan desnudarse para ser requisados y luego ser conducidos encapuchados hasta el lugar de la visita, de manera que los familiares no puedan observar las condiciones del recinto penitenciario.
La hermana de Henrybeth Rivas cuestionó: “si yo, como familiar, debo ingresar al centro con los ojos vendados, ¿qué puedo pensar sobre lo que sucede allá dentro?”
La presión diplomática de países y organismos internacionales ha servido para demandarle a Maduro el respeto a los derechos humanos y a elecciones libres y justas.
Organizaciones, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han documentado abusos y violaciones de derechos humanos en Venezuela. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) objetó el traslado irregular de presos políticos a cárceles comunes.
@HLGNapita
El autor es escritor y periodista venezolano, actualmente exiliado en Estados Unidos.