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Edmundo González Urrutia y el Golpe de Abril de 2002 (“El Carmonazo”)

En defensa de la democracia venezolana”, fue el título del artículo publicado por el actual candidato presidencial de la oposición venezolana, Edmundo González Urrutia, entonces embajador en Argentina, el 20 de abril de 2002 en el diario La Nación, de Buenos Aires.

Por considerarlo de interés para nuestros lectores, presentamos a continuación el artículo publicado el día 20 de abril de 2002 por el diplomático Edmundo González Urrutia, entonces embajador de Venezuela en Argentina, fijando su posición personal y la del gobierno del Presidente Hugo Chávez, sobre el golpe de Estado del 11 y 12 de abril de 2002, encabezado por el empresario Pedro Carmona Estanga.

En defensa de la democracia venezolana

Edmundo González Urrutia

20 de abril de 2002


La actitud de categórico rechazo demostrada desde el primer momento por el presidente Eduardo Duhalde en relación con el fallido golpe de Estado ocurrido en Venezuela el día 12 coloca a nuestro país en una posición de honda y sentida gratitud. Tras las palabras expresadas por el primer mandatario argentino se advierte una emocionada defensa de los valores democráticos, la cual se vio acompañada por la contundente declaración del canciller Carlos Ruckauf al señalar en este contexto que «o se retrocede treinta años o se sigue caminando hacia el futuro». Más recientemente, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó una resolución en repudio de la frustrada asonada.

Todas estas manifestaciones tuvieron su extensión en el marco de la XVI Cumbre de Jefes de Estado del Grupo de Río, donde, al definir lo acontecido en Venezuela, el presidente argentino insistió en que el intento de golpe, lejos de tratarse de una impresión, era, a su juicio, una constatación del hecho de que «los golpes de Estado no favorecen a nadie ni a nada», y sostuvo que «quienes realizaban los golpes y, a veces, un sector importante de la población quieren encontrar en gobiernos militares una solución, pero siempre han venido a agravar los problemas».

Ciertamente, al generar lo acontecido en Venezuela una inmediata preocupación regional, el Grupo de Río, reunido en Costa Rica y actuando como instancia de consulta y concertación política, se pronunció a favor de una convocatoria urgente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Al mismo tiempo, solicitó a su secretario general, el ex presidente colombiano César Gaviria, que se dispusiera a tomar contacto directo con el país a través de una visita in situ , a fin de ayudar a establecer los hechos que condujeron a la ruptura del orden constitucional e iniciar una gestión diplomática de buenos oficios que ayudara a restaurar el orden institucional.

La misión del secretario Gaviria, que se realizó los días 16 y 17 a través de una amplia rueda de consultas con los más variados sectores de la vida nacional venezolana (entre otros, Poder Ejecutivo, Asamblea Nacional, medios de comunicación, Iglesia y organizaciones no gubernamentales) tendrá como conclusión práctica el informe que habrá de presentar el propio Gaviria ante la Asamblea de Cancilleres de este foro hemisférico, con el propósito de formular sugerencias o recomendaciones que se estimen necesarias para tratar de evitar que tales episodios se repitan.

La prontitud con que ha tenido lugar la normalización de la situación en Venezuela tras la reinstauración del presidente Hugo Chávez hizo innecesario aplicar las disposiciones contenidas en la Carta Democrática aprobada el pasado mes de septiembre en Lima. Su ejecución, de haberse llegado al caso, habría significado poner a prueba por primera vez un efectivo mecanismo de salvaguarda del sistema democrático, que se habría traducido en sanciones efectivas que condujeran al aislamiento internacional de nuestro país, con las graves consecuencias que eso habría supuesto.

Acerca de esta eficaz actuación de la OEA, y nuevamente en relación específica con la Argentina, vale suscribir la oportuna intervención de su representante permanente ante dicho organismo, el embajador Rodolfo Gil, que no vaciló en calificar los sucesos de Venezuela como expresión de un proceder totalmente no previsto por la legalidad.

Por último, conviene poner de manifiesto el agradecimiento de mi país no sólo por las declaraciones de repudio al fracasado golpe de Estado que nos han transmitido diversos sectores de la sociedad argentina, sino también los gestos concretos de solidaridad tras la restauración del orden constitucional. Solidaridad que se reflejó en las expresiones de movimientos e individualidades que, sin agotarse en una breve lista como la que a continuación se señala, nos transmitieron el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el escritor Mempo Giardinelli, las Madres de Plaza de Mayo, la Juventud Radical, la Juventud Peronista Universitaria, el Congreso Anfictiónico Bolivariano, la Sociedad Bolivariana, los partidos que conforman el Polo Social y el Movimiento Izquierda Unida, por citar algunos. Expresión aparte merece la realización de un foro en la Universidad de Buenos Aires promovido por la Revista Crítica , en el que se decidió constituir un Movimiento de Solidaridad con Venezuela.

Buenos Aires, 20 de abril de 2002

El autor es embajador de Venezuela en la República Argentina.

https://www.lanacion.com.ar/opinion/en-defensa-de-la-democracia-venezolana-nid390018

En el año 1998, el Presidente Rafael Caldera designó al internacionalista y diplomático de carrera, Edmundo González Urrutia, actual candidato presidencial de la oposición, como embajador de Venezuela en Argentina, posición en la que fue ratificado por el Presidente Hugo Chávez. Durante su gestión en Argentina, que duró hasta mediados de 2002, promovió el ingreso de Venezuela en Mercosur.