La agenda entre Estados Unidos y Cuba por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas marcha aceleradamente
Augusto Figueroa
El reconocimiento del Vaticano al Estado Palestino, la entrevista del Papa Francisco con Raúl Castro de 50 minutos, considerada como un hecho excepcional. La instalación en Tel Aviv de un gobierno de extrema derecha y contrario a las posibilidades de paz en Medio Oriente, formado por Benjamín Netanyahu, son los acontecimientos que intentamos presentar en esta edición. Los representantes del gobierno cubano, encabezados por el canciller Bruno Rodríguez, y de la Iglesia católica cubana, con el cardenal Jaime Ortega, elaboraron el programa que Jorge Bergoglio realizará en la isla entre el 19 y el 22 de septiembre en su recorrido por las ciudades de La Habana, Holguín y Santiago. Esta segunda visita al hemisferio del Papa la concluirá en Estados Unidos (en la primera en junio lo hará a Ecuador, Bolivia y Paraguay).
La agenda entre Estados Unidos y Cuba por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas marcha aceleradamente. El 29 de mayo vencerá el término de 45 días que tiene el Congreso de haber recibido la certificación del presidente Barack Obama para suspender la acusación de terrorista contra La Habana. A partir de esta fecha el proceso de negociaciones para abrir las embajadas y nombrar los jefes de las misiones diplomáticas se espera sea rápido, según las previsiones que hacen los expertos en relaciones internacionales. Esto no quiere decir, advierte el presidente cubano que la normalización se ha producido. Hay temas que deben ser resueltos por Washington: el cese del bloqueo, devolver la Base Naval de Guantánamo y la no injerencia en los asuntos políticos internos. Este último asunto podría también ser exigido por la parte estadounidense. Respecto al fin del embargo el argumento Castro es que así como Obama pudo resolver el comienzo de las negociaciones para restablecer los vínculos diplomáticos puede actuar ejecutivamente y resolver la situación. Queda aún un largo camino por recorrer, sembrado de obstáculos. Sin embargo hay un gran optimismo en que este proceso continuará desenvolviéndose satisfactoriamente.
Geoff Thale de la ONG de derechos humanos Wola considera que no hay un modelo establecido adoptado en Cuba sino un proceso que va adoptando posiciones sobre la marcha. Esto ha sido característico de los líderes de la Sierra Maestra pero ya es urgente la renovación generacional. La misma naturaleza lo impone. Hay desgaste inevitable físico y mental. Pasan de 80 años y el relevo se ve en el horizonte. Raúl Castro se retirará en 2018 al cumplir su mandato. En 2016 habrá el Congreso del Partido Comunista. Hay planteamientos por una nueva ley electoral que refleje una apertura política en el país. Son los cambios que vendrán.
Yoanis Sánchez de la generación Y y opositora desde su página web señala la existencia de un doble discurso de Raúl Castro. Abierto y amplio con los gobiernos democráticos pero que en Cuba los medios oficiales no reflejan su discurso. En el caso de la entrevista con el Papa sus referencias respecto a la religión y su formación católica fueron desechadas y solo se publicó su agradecimiento a Francisco por su apoyo al diálogo entre Estados Unidos y la isla. La razón: no conviene al régimen tratar el tema. Es propio del autoritarismo que cercena la libertad de información.
No habrá marcha atrás
Es la opinión del embajador cubano en México, expresada en un foro realizado en la capital. Ni siquiera una victoria republicana en 2016 lo impedirá (El País). Eso cree, incluso en las llamadas reformas raulistas de la economía que son inevitables. La mayoría de los estadounidenses apoya el cese del embargo, según las encuestas. Peter Hakim de Diálogo Interamericano considera ridículo retroceder donde estábamos. Desde el 17 de diciembre de 2014 con el dialogo entre Raúl Castro y Obama hay una realidad incontrovertible los contactos entre los dos países se multiplican, independientemente de las negociaciones, aun por supuesto, se realizan porque los hechos confirman la necesidad inevitable restablecer la relación entre los dos países.
Un profesor de Economía de la Universidad de La Habana, Oscar Pérez Villanueva interpreta la decisión a que han llegado los cubanos. Producir, la palabra maldita en los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro-Diosdado Cabello, es causa alergia y una rabia irracional. Un ministro de Industria, el general Wilmer Benavides, duró un mes en el cargo por el uso del vocablo. Pero tras más de medio siglo de fracasos en el crecimiento, están claros que no hay otra manera de distribuir y mejorar la vida y el bienestar de la gente. Cuba necesita un crecimiento anual superior al cinco por ciento del PIB y una inversión de $2.500 millones cada año. La discusión si el modelo es chino o vietnamita carece de importancia. No importa que el ratón sea gris o blanco con tal que cace ratones. Desde que se inició la apertura en enero de este año no cesa de crecer el flujo de turistas. Una actividad de perlas para la isla. La movilidad social comienza a reflejarse. En 2008 pasaron por los hoteles 80.000 cubanos en 2014 fueron 878.000, once veces más. Productores agrícolas, medicamentos, inversionistas portuarios y empresas turísticas estadounidenses se movilizan para lograr posiciones en Cuba. El presidente francés Francois Hollande estuvo esta semana en la isla, acompañado de 30 empresarios y ocho ministros de su gabinete para iniciar al retorno de Europa. Todos estos pasos indican la confianza en el proceso de negociaciones entre Estados Unidos y Cuba. La posición común de la Unión Europea para su política contra la isla va a ceder. Esto no tardará mucho tiempo en producirse. Lo veremos.
La razón de todos estos movimientos está en que tanto Washington como sus aliados europeos han perdido espacio en la región en beneficio de China y Rusia. Justamente para los estadounidenses que consideraban a esta zona del mundo como propio. Tratan de recuperar una área geopolítica que es vital tanto para su política regional como internacional y, sobre todo, para su economía. Tampoco pierde Cuba ni América Latina y el Caribe con la normalización de relaciones y el cese de los enfrentamientos y una guerra fría hemisférica. Al contrario mucho ganará en la búsqueda de salir de la grave crisis, del estancamiento de la economía y la paralización social. Hoy revelan los expertos que hasta las mejores cartas de presentación que tenía: los servicios públicos de salud y educación han sufrido las consecuencias de un sistema que ha demostrado su fracaso en cada uno de los países donde existió en los últimos ochenta años. Los que sobreviven fue porque tras el fracaso establecieron grandes reformas, se abrieron a las inversiones y se han dedicado a producir.
Las contradicciones en este proceso de negociaciones entre la aceleración de las esperanzas de los cubanos por la solución del conjunto de temas que abordan los negociadores, acumulados en más de medio de siglo de enfrentamientos y los pasos en la realidad, registrados por la cubana Yoani Sánchez, no van a resolverse todos en lo inmediato. Habrá que recordar el encuentro entre Fidel Castro y el enviado por el mandatario John F. Kennedy, James Donovan en 1963, un año después de la crisis de los cohetes, cuando preguntó al líder revolucionario: “¿Sabe cómo hacen el amor los puercoespinos? Con mucho cuidado”. Así son estas negociaciones. Con mucho cuidado.