La expresión de identidad entre Venezuela y el Caribe tiene en Juan Bautista Bideau un bastión
Julián Rivas
Es de justicia reivindicar a Pedro Camejo y llevarlo al Panteón Nacional. Pero hagamos precisiones: ya hay un negro de la independencia allí, desde 1896, Juan José Rondón. También está allí, José Laurencio Silva, mulato nacido en Tinaco, que combatió en la independencia y en la naciente republica. Siempre recuerdan que llegó a general y estuvo casado con una sobrina de Simón Bolívar.
Igualmente es destacable la gesta de Leonardo Infante, cuya muerte fue una de las causas para la disolución de Colombia. Y en efecto, mucho más galones que Pedro Camejo tuvieron Rondón, Silva e Infante. Eso leo por ahí, y queda decir que es verdad.
Pero el negro de más trascendencia en la independencia de Venezuela fue Juan Bautista Bideau. Lo repetimos: reivindicamos a Bideau no solo en lo individual sino como líder de una gesta que todavía tiene eco en la memoria de los orientales y en todo el Caribe. Incluso, mas allá.
Hubo otros negros, sobre todo en Oriente, donde centenares de llegados del Caribe fueron reclutados por Bideau para construir la nueva república. Bideau muere al frente del Batallón de Negros de Güiria en defensa de la Casa Fuerte de Barcelona en 1817. Un año antes había salvado a Bolívar de morir en Ocumare de la Costa, un pueblo que es ahora capital del Municipio Costa de Oro cuando no hay oro. ¿Por qué no Bideau?
En el ejército de Mariño y Bideau se formó Antonio José de Sucre y otros próceres orientales que llegaron hasta el sur del continente. Bideau es universal, planteó el derecho al refugio a la luz de los principios de la ilustración. Fue el primero en liberar esclavos en Venezuela, en 1815. Fundó la armada. Paremos. No busque a Dios por los rincones, que no lo va a conseguir. Hay que hacer revolución en la historia, sobre todo desmarcarla del centralismo caraqueño.
En la historia de 500 años de lo que hoy es Venezuela (por decir un punto de partida), la expresión de identidad entre Venezuela y el Caribe tiene en Bideau un bastión. Este capitán corsario, de los jacobinos negros, fue amigo de Dessalines y los fundadores de Haití, también de Miranda.
Debemos reivindicar a Bideau, nacido en la isla de Santa Lucía, uno de los padres de patria venezolano, no solamente porque es verdad sino también para callarle la boca a quienes pretenden presentarnos como un pueblo extraño al Mar Caribe. Particularmente en estos día, cuando uno ve que factores poderosos en el mundo global tratan de presentar a Guyana como la débil y a Venezuela como agresora cuando reivindica sus derechos de reclamación del Territorio Esequibo. A los venezolanos nos asiste la verdad histórica. Inglaterra robó a Venezuela y es menester que se haga justicia.
Qué buena manera de callarle la boca al actual presidente de Guyana, David Granger, que decirle: investiga. Quien no ha investigado no tiene derecho a hablar, como diría Mao.
Vean la mala fe del presidente de Guyana: “Le hemos dicho (a Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas) que la controversia ha ido más allá y ha contaminado a todo el Caribe Oriental; se ha ‘regionalizado’”. Granger habló con Ban en la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) esta semana en Barbados. No podrá el presidente de Guayana. El Acuerdo de Ginebra nos asiste jurídicamente. Pero que no diga que no tenemos hermandad con los pueblos del Caribe. Si eso es viejo. Leamos algo de la época de la independencia, de parte de Mariño y Bideau, proclamas dirigidas al pueblo del Caribe.
“Extranjeros, amigos de la independencia.. Quien mejor que vosotros conoce la franqueza de los americanos… Os llamamos para comerciar con vosotros y para que nos ayudéis en una causa tan justa. Os ofrecemos tierra gratis y un domicilio que asegurar el bienestar de vuestros nietos. Extranjeros, ¿qué hacéis? ¿No volaréis a uniros a nosotros, a los hombres que os quieren como hermanos y que os conjugan para que vengáis bajo sus banderas? Venid, extranjeros, al cuartel general lo más pronto posible a compartir nuestra gloria y persuadíos de que seremos invencibles”. Cuartel General de la reunión de Güiria, 19 de enero de 1813. Año primero del restablecimiento de la independencia de Colombia. Santiago Mariño, Juan Bautista Bideau. Por ahora, dejemos esto así.
Vargas Llosa enamorado
Para Jean Paul Sarte, el amor es conflicto, desangramiento, y es eterno hasta que se termina.
Bueno, se ha enamorado el gran gurú burgués, Mario Vargas llosa. Encontró el amor a los 79 años. Hasta se va a divorciar de Patty, un cisma en el clan familiar. Dicen que algunos escritores escriben novelas en las que se proyectan. El peruano-español está como el periodista miope y Jurema, en la Guerra del Fin del Mundo: logran la paz en la guerra. Canudos era un infierno bélico, combate contra el anticristo. Vargas Llosa sigue en batalla contra el comunismo y por la libertad de Leopoldo López. Esto sí es vaina.
Leamos: La revista «¡Hola!» trae en su portada las imágenes del romántico viaje de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa a Lisboa. La revista ha entrado a la divertida fiesta en la que bailaron juntos por primera vez. Además, él ha explicado: “Nuestra relación va muy bien”.
Isabel Preysler tiene historia pareja. Tras un matrimonio con Julio Iglesias, se hizo acreedora del marquesado de Griñón, tras casarse con Carlos Falcó y Fernández de Córdoba. Luego se caso y enviudó de esos raros ministros de economía socialista que da España, Miguel Boyer. Con añejo origen nobiliario español- austro-húngaro, la Preysler es como esos Bentley Continental o Rolls Royce que tienen 500 mil kilómetros de marcha.
¡Mario Vargas Llosa muy enamorado de la socialité filipina, la reina del papel couche! , dicen escandalizados los periodistas faranduleros y también los hijos del adalid del anticomunismo, defensor del demócrata Ledezma. Hay que meterle coco al asunto.
Emanuel Berl fue un escritor que dedicó mucho de su tiempo a analizar el amor, como contribución a una crítica de la sociedad burguesa. Primero que todo, Vargas Llosa es un burgués en todo el sentido de la palabra. Según Berl, el burgués defiende una riqueza abstracta, su privilegio jurídico. Y si un viejo con plata se enamora, cantan por ahí que los viejos están mandando. Si es un limpio, es un viejo verde. Increíble, ¿no?
En “Muerte de la moral burguesa”, Berl sostiene que el burgués apoya sus reivindicaciones sobre los títulos adquiridos. Qué curioso, este autor señala que todo estaría en la longevidad. Ahora habría que decir que también en el viagra. Igualmente Berl agrega que el burgués invoca sin cesar la cultura. “Pero sabe que triunfa el film americano”. Así es Vargas Llosa. A mí siempre me gusta leerlo. Recomiendo “Conversación en la Catedral”.
Párate tamarindo que llegó tu azúcar. El individualismo burgués, es común en la señora Preysler y Vargas Llosa. El afán de ser notorios, así sea defendiendo a un facho como Leopoldo López. La Tintoti, mujer de López, ya sale en las páginas rosas que inundan el pensamiento español. “Como sabe que no puede justificarse por la cultura, campo de batalla y de ningún modo tierra de reconciliación, el burgués procura justificarse por la vedette. Tal vez ella sea la que caracteriza mejor la democracia burguesa en el espacio”, dice Berl.
Bueno, que vivan los novios. Vitico Castillo canta asegurando que viejo con real siempre es muchacho.