Un informe de la ONG Accsi detalla que entre mayo de 2013 y mayo de 2015 ocurrieron en el país 47 crímenes de odio por orientación sexual, identidad de género y expresión de género. Esta semana se registró uno más en Nueva Esparta
Patricia Marcano
Esta semana la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (Lgbti) sumó a su lista de violaciones de derechos humanos un nuevo caso, ocurrido en el estado Nueva Esparta. El cadáver de José Javier Briceño, también conocido como “Bonys”, fue hallado en su casa el martes en la tarde, en estado de descomposición, con 36 puñaladas.
Los vecinos avisaron a las autoridades que desde el apartamento de Briceño salía un olor desagradable. Funcionarios policiales entraron a la vivienda, hallaron un desorden típico de casos de robo y el cadáver de Briceño debajo de la cama. Allí murió.
“Fue un crimen brutal, con un ensañamiento terrible y que calificamos como un crimen de odio porque fue un episodio cruel, lleno de maldad, con signos de venganza y mucha saña. Eso es odio. 36 puñaladas no es cualquier cosa. El Cicpc maneja el móvil del robo, porque sustrajeron varias cosas de su casa, pero para nosotros está presente el odio. Él se refugió debajo de la cama, al parecer quiso protegerse pero le dieron puñaladas por todas partes, en los pies, en la cabeza. Esa es la información que manejamos. Su familia está consternada”, relató Jhonatan Rodríguez, presidente de la ONG Stop VIH, quien conocía a la víctima.
Briceño se desempeñaba como estilista profesional (labor por la cual era reconocido en la isla) y años atrás trabajó como activista defensor de los derechos humanos de la población Lgbti, de las personas vulnerables y luchó por la no violencia contra la mujer, recordó Rodríguez
El asesinato de “Bonys” se sumará a la estadística de crímenes de odio por orientación sexual, identidad de género y expresión de género que desde hace dos años la organización Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi) se ha encargado de recopilar, y cuyos datos más recientes fueron divulgados en un informe hace pocas semanas.
Entre mayo de 2013 y mayo de 2015 se registraron 47 crímenes de odio en Venezuela. La información fue obtenida por Accsi tras la revisión de las noticias publicadas en 58 fuentes de información (medios de comunicación y reportes de asociaciones civiles), por lo que esos 47 crímenes, que se traducen en -por lo menos- dos casos al mes, pudieran ser muchos más.
“Enfermos de homofobia”
Alberto Nieves, director ejecutivo de Accsi, dice no tener duda de que los crímenes de odio hacia las personas Lgbti y la homofobia han aumentado en el país, y que las cifras que presentaron son discretas, pues no todos los crímenes son denunciados, no todas las historias llegan a los medios de comunicación ni a las organizaciones defensoras de derechos humanos.
Comenta que una de las cosas que les llamó la atención mientras hacían el informe fue el ensañamiento con el que están actuando los agresores.
“De todos los crímenes de odio que hemos visto, este caso de Javier Briceño es demasiado. Hasta ahora ninguno había tenido 36 puñaladas, los casos extremos que habíamos registrado hablaban de 18 o 20 puñaladas”.
Por ello el representante de Accsi, y uno de los autores del informe, asegura que “estamos en una sociedad enferma de homofobia y transfobia. Me entristece decirlo, pero es así”.
Su aseveración se sustenta en el asesinato de Briceño pero también en los datos que publicaron en el informe. Los 47 casos recopilados en esos dos años fueron desglosados en dos tipos de crímenes: 29 fueron asesinatos y 18 fueron agresiones.
65% de los asesinatos tuvieron como víctima a una persona transexual y 62% del total eran jóvenes con edades entre 20 y 35 años. Zulia, ocupa el primer lugar entre los estados del país con mayor número de asesinatos de personas de la comunidad Lgbti, seguido por Distrito Capital, Miranda y Aragua.
La mayoría de los cuerpos presentaron impactos de bala (44,8%), otros tenían signos de apuñalamiento (10%), golpes con piedras y brutales golpizas. Una de las 29 víctimas fue degollada.
“Igual que en años anteriores, los asesinatos evidencian odio, desprecio y altos niveles de saña de los ejecutores contra ciudadanos con orientación sexual, identidad de género y expresión de género distinta a la heterosexual”, acota el informe.
Otro de los datos, no menos importante, está referido a la impunidad. Los medios solo reseñaron la resolución de uno de los 29 asesinatos (la identificación y sentencia a los responsables), por lo que se desconoce el estatus de las investigaciones del resto de los crímenes.
“Hablamos de 98% de impunidad en los crímenes de odio. No escapa de la realidad del país, en este caso no se conocen culpables, no se conocen sentencias. Los agresores se sienten libres de matar, de agredir, y no hay nada que los pare. El silencio de las instituciones públicas es impresionante”, asegura Nieves.
Si bien el Cicpc inició las investigaciones del asesinato de Briceño y está tras la pista de tres jóvenes presuntamente implicados en este hecho (los vieron salir del apartamento de la víctima el domingo, cargando varias bolsas, según los medios regionales), Rodríguez solicita a las autoridades que actúen con celeridad en la identificación y captura de los responsables, para que no entre en la espiral de la impunidad.
Entre el 1º de junio y el 16 de septiembre han ocurrido al menos cuatro asesinatos más que responden al patrón de un crimen de odio, con personas Lgbti como víctimas. Nieves recuerda tres en Zulia y este de Nueva Esparta, que si bien no es el primer crimen de odio que se produce en la isla, sí es el más cruel, aclaró Rodríguez.
Desde el Estado
En el caso de las agresiones, que van desde el tipo verbal con la instigación al odio, la agresión escrita, amenazas de muerte y robo, abuso de poder y detención arbitraria, los datos son menos precisos con respecto a la orientación sexual de las víctimas y sus edades.
De las 18 agresiones registradas entre mayo de 2013 y mayo de 2015, la mayoría (44,4%) ocurrió en la vía pública.
El resto tuvo un escenario variopinto: vía Twitter (16,7%), en el discurso del Presidente de la República (11,1%), declaración en programa de radio (11,1%), en la Asamblea Nacional (5,6%), en el canal del Estado (5,6%) y en declaraciones en programas de televisión (5,6 %). Aragua, Distrito Capital y Miranda fueron las entidades con más reportes de casos.
Los funcionarios policiales encabezan la lista de agresores a las personas Lgbti. “Es así porque son los que están en la calle. Pero también los principales agresores son diputados, ministros, funcionarios públicos y hasta el Presidente, que utilizan las bondades que les da el poder y los medios de comunicación para agredir a la población”, señala Nieves,
De hecho, el informe precisa que si se agrupa a los responsables de la mayoría de estos hechos se obtiene que 66,7% de los agresores son altos representantes del Estado.
Por ello, una de las observaciones del informe sentencia que en Venezuela existe una “homofobia de Estado” porque esta “ha sido utilizada desde el poder del Estado para disminuir, excluir y hasta anular a determinadas personas y/o adversarios, mediante insinuaciones y señalamientos directos de la homosexualidad, a la suposición de serlo, a través de juicios morales o machistas justo en escenarios públicos”.
“Que se eleven los crímenes de odio por orientación sexual, identidad de género y expresión de género no es de extrañar, porque no hay ningún tipo de amparo. La población Lgbti está desatendida”, agrega el director ejecutivo de Accsi.
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En la ausencia de leyes, políticas, programas y servicios que protejan de la discriminación y la violencia a la población Lgbti, y que garanticen sus derechos civiles y políticos, así como por la “invisibilidad” de las personas de esta comunidad en documentos oficiales y en las cifras sobre los crímenes de odio por la orientación sexual, identidad de género y expresión de género.
Además en el informe reclaman que entre mayo de 2013 y mayo de 2015 ninguna autoridad del país, desde el Presidente de la República, presidente de la Asamblea Nacional, Fiscalía General y Defensoría del Pueblo, se ha pronunciado públicamente en contra de los crímenes de odio.
Sobre esto último, el director ejecutivo de Accsi recuerda que meses después, en el examen realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) al Estado venezolano en materia de derechos humanos, en junio de este año, por primera vez los representantes del país dieron datos sobre delitos cometidos hacia la población Lgbti.
Isis Ochoa, junto a la fiscal Luisa Ortega Díaz y otros funcionarios, informó que en el actual período de la Defensoría del Pueblo 43% de todas las denuncias recibidas corresponden a delitos contra la comunidad “sexogénerodiversa”, y que por ello hay 23 expedientes abiertos.
Sin embargo, después de realizarse dicho examen ninguna institución ha dado detalles sobre esas denuncias, la cantidad de crímenes de odio que manejan, el estatus de las averiguaciones ni lo que se está haciendo para evitarlos.
Es por ello que el presidente de Stop VIH asegura que “actos atroces como el de Bonys ratifican la necesidad que hay en el país de activar mecanismos eficientes de educación, que se promuevan campañas que impulsen la tolerancia, el respeto, indistintamente de la orientación sexual, orientación política, identidad de género, religión o raza. Que las autoridades nacionales apoyen la creación de políticas públicas, las apliquen 100% y se garantice el derecho a la vida”.
Al final, dice Alberto Nieves, no atender la discriminación, violencia, crímenes de odio, e impunidad relacionados a la orientación sexual, identidad y expresión de género termina incidiendo en el aumento de nuevas infecciones del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y dificulta el acceso a la prevención, atención y tratamiento del virus.
El prejuicio en 139 casos
Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi) ha realizado dos informes sobre crímenes de odio en Venezuela. Aunque en el último obtuvieron la cifra de 47 hechos en dos años, entre mayo de 2013 y mayo de 2015, en el primer estudio que presentaron lograron buscar en años más atrás y hallaron datos desde 2009.
Así, desde hace seis años (hasta mayo de 2015), los crímenes de odio en Venezuela suman los 139 casos (72 asesinatos y 67 agresiones), o al menos esas han sido las historias reflejadas en medios impresos y que han podido obtener -en principio- tras revisiones hemerográficas.
Para determinar cuáles hechos responden a crímenes de odio contra personas Lgbti, parten de la definición dada por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (Ilga, por sus siglas en inglés):
«Es todo aquel delito o intento de delito motivado por prejuicio hacia y contra la víctima por razón de color, sexo, orientación sexual, género, identidad de género, origen étnico, estatus civil, nacimiento, impedimento físico o mental, condición social, religión, edad, creencias religiosas o políticas”.
Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: patricia@larazon.net
