«No es el Gobierno el que está siendo acusado», manifestó Rousseff, sobre el escándalo de Petrobras
EFE
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó hoy en Helsinki que su Gobierno «no está involucrado en ningún escándalo de corrupción» y defendió los ajustes económicos diseñados para impulsar el crecimiento de la economía brasileña.
Rousseff hizo estas declaraciones en una rueda de prensa junto al presidente finlandés, Sauli Niinistö, con quien mantuvo una reunión dentro de la gira que esta realizando a los países nórdicos y que ayer la llevó a Suecia.
La presidenta no quiso comentar las últimas palabras del presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, sobre la presunta implicación del Gobierno en los escándalos de corrupción y en el caso Petrobras.
Preguntada por la preocupación que puede haber en el exterior ante la crisis política y económica brasileña, señaló que «el objetivo de la oposición puede ser hacer inviable la acción del Gobierno», pero garantizó que no lo logrará por muchas iniciativas que presente para promover su destitución.
Reconoció que para la buena marcha de la economía es necesaria la estabilidad política, pero se mostró convencida de que las medidas aprobadas por su Gobierno para garantizar la estabilidad financiera y macroeconómica darán sus frutos y Brasil superará la crisis.