“El Islam está siendo utilizado como el judaísmo en Israel con fines absolutamente políticos, porque se trata de problemas eminentemente políticos”, destaca el abogado e internacionalista Raimundo Kabchi
Edgardo Agüero S.
A juicio del abogado e internacionalista de origen libanés Raimundo Kabchi desde principios del siglo pasado, Occidente se interesó por la región del Medio Oriente por muchas razones, geopolíticas y económicas principalmente. “Entonces descubrió al Islam como el vehículo a través del cual puede lograr sus objetivos”, manifiesta mientras explica que “por una parte la energía y por la otra la creación de un área de influencia estratégica en la región con la presencia expansionista de Israel, y en tercer lugar, los intereses económicos, políticos y militares que llevan a Occidente, encabezado por los Estados Unidos, a establecer una hegemonía a través de lo que hoy se denomina Estado Islámico”
Pocos conocen el origen y la complejidad del conflicto en el Medio Oriente ¿Qué intereses se mueven detrás de todo esto? ¿Por qué Siria? ¿Qué papel juegan la OTAN, Arabia Saudita, Turquía y Qatar en este conflicto?
En la Primera Guerra Mundial, Inglaterra utilizó al sharif de la Meca en su lucha contra el Imperio Otomano, y luego durante la Segunda Guerra, muchos soldados de los países árabes tuvieron una importante participación. Durante la Guerra Fría, los países de la OTAN, utilizaron al Islam y a nivel de gobierno de los países árabes, entonces se creó frente a este auge del nacionalismo a lo largo y ancho del mundo árabe, donde se independizaron países subyugados por las potencias Europeas, y con la presencia de un adalid de la talla histórica de Gamal Abdel Nasser, y partidos que hicieron historia como el Partido Socialista Árabe, el Frente de Liberación Argelina (FLA), la Organización de Liberación Palestina (OLP). Frente a este auge del unionismo y el panarabismo árabe, Occidente, representado por los países de la OTAN, utilizó al Islam y creó lo que se ha denominado el Pacto lslámico que vino a sustituir al pacto de Bagdad luego del 14 de julio de 1958, cuando surge la revolución iraquí en contra de la monarquía del depuesto rey Faisal II. Aparecen entonces dos elementos determinantes: el petróleo, que hace aún más apetecible estos territorios y, a través de una resolución de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947, la creación del Estado de Israel el día 14 de mayo de 1948.
Tenemos por una parte la energía y por la otra la creación de un área de influencia estratégica en la región con la presencia expansionista de Israel, y en tercer lugar, los intereses económicos, políticos y militares que llevan a Occidente, encabezado por los Estados Unidos a establecer una hegemonía a través de lo que hoy se denomina Estado Islámico (EI), que por cierto, ni es Estado, ni es islámico.
¿Qué busca exactamente los Estados Unidos en la región?
Los Estados Unidos, en su papel hegemónico, persigue apartar a Europa de Rusia, para lo cual ha venido sistemáticamente creando conflictos en los países que conformaron la antigua Yugoeslavia, en Afganistán, Georgia, Ucrania, Irak, Libia, Siria, etc. Si uno se fija bien, en ese corredor que va desde las costas occidentales del norte de África hasta el extremo oriental, es decir hasta el Himalaya, pasando por Irak y por Siria, vemos cómo los Estados Unidos ha procurado en función de una estrategia militar, constituir un espacio geográfico y un área de influencia capaz de bloquear a China y Rusia. Este es el leit motiv de la presencia de ese terrorismo que se enmarca dentro de los propósitos estratégicos de los Estados Unidos.
¿Cuál es el origen del Estado Islámico? ¿Cómo surge y quién lo financia?
Con la presencia soviética en Afganistán en los años ochenta del siglo pasado, Occidente utilizó a unas bandas asalariadas, comandadas por el legendario Osama Bin Laden. Entonces fueron creados los movimientos llamados Muyahidines, cuya denominación suponía que eran defensores del Islam en contra de la embestida soviética. Así fueron creadas sistemáticamente alrededor de tres mil organizaciones que cambiaban de nombre hasta llegar al Estado Islámico (EI), que como dije, no es Estado, ni es Islámico. No obedece a la definición de Estado propiamente dicho. No tiene una presencia determinada y un asentamiento definitivo en la tierra, carece de una población en tanto que no es una comunidad social organizada soberana e independiente, con territorio y órganos de gobierno, así como tampoco disfruta del reconocimiento internacional. En segundo término porque su comportamiento, tanto en la teoría como la práctica, es diametralmente opuesto a todo lo que significa el Islam, y por último podemos señalar que sus víctimas, en un 95% han sido musulmanes, en su mayoría pertenecientes a la secta sunita, a la cual ellos dicen defender. En cuanto al financiamiento, lo lleva a cabo los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Turquía, Arabia Saudita y otros países aliados. Hay una matriz de opinión totalmente falsa que sostiene que el financiamiento proviene a través de la captura que hizo Daesh, acrónimo árabe de ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria, en sus siglas inglesas) de algunos campos petrolíferos en Siria y en Irak, pero lo que proviene de estos campos, en términos de cantidad de barriles, es absolutamente insignificante, y luego el precio con que lo colocaron en el mercado (de 15 a 17 dólares). Sumas absolutamente ridículas frente a un gasto gigantesco, al que los entendidos se refieren en términos de centenares de millones de dólares que se estarían gastando en esta guerra criminal que emplea –según se calcula- hasta 280 mil efectivos mercenarios, pertenecientes a cien estados que reciben su paga, su logística y sus armamentos, pero es necesario aclarar que más que mercenarios son terroristas.
“No hay un terrorismo bueno y un terrorismo malo”
¿Entonces, es posible hablar en este caso de mercenarios del terrorismo internacional con financiamiento de estados coaligados?
Absolutamente, es un terrorismo de Estado cuya mampara es precisamente el EI, porque cuando vemos que todos los terroristas han pasado por Turquía, que le suministra armamento, que han sido apoyados por Jordania, que han sido atendidos en los hospitales de Israel, que han sido financiados por Arabia Saudita, y donde todos los países de la OTAN les han proporcionado el apoyo logístico necesario, la ayuda militar y financiera, el apoyo mediático tanto en lo diplomático como en lo político, entonces estamos hablando claramente de terrorismo de Estado internacional, y como dice el presidente de Siria Bashar Al Assad, en lo que coincide con su homólogo Putin: “si el terrorismo es internacional, la respuesta tiene que ser internacional”. Debe existir un mancomunado de voluntades para enfrentar a Daesh, pero que sea una lucha verdadera, no una lucha ficticia como la que aparentemente adelanta los Estados Unidos.
¿Considera usted que la intervención de Rusia es determinante en la solución del conflicto? ¿Por qué?
No solamente es determinante, sino que hay que decir que esta participación es la única que cuenta con la aprobación, la anuencia y el apoyo del gobierno y del pueblo sirio. Esta participación rusa está enmarcada dentro de una resolución antiterrorista tomada por el Consejo de Seguridad, por lo tanto es la única que cuenta con el aval que consagran los principios del derecho internacional. Hay algo adicional a esto, la decisión firme, sincera, honesta de parte del presidente ruso, de que esta sea una verdadera lucha y no la lucha ficticia que adelantaron los países de Occidente, con los Estados Unidos a la cabeza, que en más de un año no hicieron absolutamente nada para controlar el poderío de Daesh, sino todo o contrario, armarlos, darle cobertura y apoyo en las tribunas internacionales.
Tengo la impresión de que bajo el concepto de “fundamentalismo religioso” se ha pretendido cobijar algunos movimientos extremistas supuestamente islámicos que lo que hacen es perjudicar la imagen del Islam en el mundo, ¿es esto así?
Hay un esfuerzo gigantesco y mancomunado entre los medios de comunicación internacionales que comulgan con los propósitos del imperialismo, del sionismo, y de la reacción árabe, de presentar el problema como si se tratara de un problema religioso ¿Entonces deberíamos considerar que los países de la OTAN son cristianos y quienes están al otro lado de la contienda son los musulmanes? ¿Dónde dejan a Turquía, que es miembro de la OTAN? ¿Dónde dejan a Arabia Saudita que está financiando esta invasión? ¿Cómo es que estos países coaligados tienen buenas relaciones con estos países que también son musulmanes? El Islam está siendo utilizado como el judaísmo en Israel con fines absolutamente políticos, porque se trata de problemas eminentemente políticos.
¿Cómo se explica el afán de los Estados Unidos por implantar una democracia en Siria, habiendo establecido alianzas con países como Arabia Saudita donde no existen ni libertades políticas ni derechos humanos?
Los Estados Unidos no está en la búsqueda de implantar una democracia genuina en esos países. No es ese el interés que lo mueve y una buena muestra es nuestra realidad histórica en América Latina, que en 200 años de Independencia no ha conocido una época de grandes democracias, de estabilidad política o respeto absoluto por los derechos humanos, de una vida democrática genuina fundamentada en el respeto a sus constituciones. ¿Qué hace los Estados Unidos en el mundo sino promover la inestabilidad, inducir guerras y confrontaciones? Afortunadamente para nuestros países no hay bombardeo, destrucción y asesinatos como en el Oriente Medio.
“¿Ha habido algún minuto de silencio por los muertos sirios? Para ellos son noticias sin importancia”
Es un hecho que Israel y sus aliados han logrado imponer mediáticamente la denominación de “terroristas” a los movimientos nacionales de resistencia como Hamás o Hezbollá. ¿Cree usted que hay manipulación en el caso de las agencias internacionales de noticias?
El único Estado que ha sido creado a través de actos de terrorismo y actos de desconocimiento a los derechos humanos, a los derechos fundamentales de los pueblos, es precisamente el Estado de Israel. Es el sionismo internacional que se caracteriza por ser exclusivista y excluyente, que es racista per se, y representa por sí mismo un terrorismo. Cuando ellos llaman terroristas a los movimientos de resistencia que reivindican la soberanía y la independencia de sus países, están insultando al intelecto de la opinión pública internacional.
Con la operación “Plomo fundido”, que Israel dirigió contra Palestina, que produjo 1400 muertos y más de 5.000 heridos en 20 días no se hizo tanta alharaca mediática. Muy pocos países se solidarizaron con el dolor del pueblo palestino, ¿no le parece que hay un gran cinismo en todo esto?
24 horas antes de los criminales atentados acaecidos en París, hubo una masacre terrorista en contra de la población civil en un suburbio de Beirut. Unos días antes, un avión ruso cargado de pasajeros absolutamente inocentes fue derribado por la explosión de una bomba colocada en el compartimiento de carga. A diario, lo acontecido en París, ocurre en Bagdad y en cualquier ciudad de Irak, ocurre en cualquier ciudad de Afganistán o de Libia. Decenas de jóvenes palestinos son asesinados a mansalva diariamente, sin embargo no hay quien derrame una sola lágrima por estos muertos. ¿Hubo algún comunicado de apoyo al pueblo de Palestina por estas víctimas? ¿Ha habido algún minuto de silencio por los muertos sirios? Para ellos son noticias sin importancia. Pero no solo son culpables los países que promueven estos actos terroristas, los grandes medios internacionales de noticias también. El terrorismo es terrorismo no importa quién lo realiza, no importa quiénes son sus víctimas, pero debemos denunciarlo al mundo entero. No hay un terrorismo bueno y un terrorismo malo, no hay una víctima que merecía morir y otra que no lo merecía.
Usted ha dicho que en los países del Medio Oriente existen dos corrientes antagónicas enfrentadas en el terreno político, una pro occidental y otra nacionalista, ¿cierto?
No le llama la atención que en pos de una presunta democracia, a quienes se masacra es a los pueblos laicos cuyos gobiernos no asientan sus teorías en ninguna doctrina religiosa. Sin embargo otros países de la región en su mayoría musulmanes están al margen de lo que allí ocurre. Porque el afán de Occidente no es la instauración de supuestos regímenes democráticos, sino garantizarse mediante la fuerza, la riqueza que encierra una zona que contiene el 70% de las reservas internacionales de petróleo y el 40% de las reservas gasíferas. Los países no productores involucrados en estas guerras son países de tránsito, poseedores de los oleoductos y gasoductos, claves para el traslado de esta riqueza.