El cambio político iniciado el 6D ha provocado reacomodos en lo interior de la Fuerza Armada
Humberto González Briceño
I. Se resquebraja la unión cívico-militar. El modelo de co-gobierno cívico-militar inaugurado por Hugo Chávez llega a su fin. La inmensa mayoría de oficiales y generales activos han sido promovidos con base a su lealtad al proyecto político del Psuv. No debe extrañar la influencia y el control que ejercen el gobierno y el partido de las Fanb. Sin embargo, el cambio político iniciado el 6D ha provocado reacomodos en lo interior de la Fuerza Armada. Oficiales que juraron en forma entusiasta su lealtad a la causa política de la revolución están ahora reevaluando su papel como aliados de un proyecto político que fenece. Ese viraje no será fácil por la intrincada madeja de conexiones y favores que se ocultan en esa inexpugnable caja negra del mundo miliar. Pero el pragmatismo aconseja a los militares profesionales que los tiempos de revolución han pasado y es la hora del retorno a la constitucionalidad y la legalidad.
II. Arcano lenguaje militar. La clave del mensaje del ministro de la Defensa Vladimir Padrino López el 6D no está en lo que dijo, sino en cómo y cuándo lo dijo. En horas de tensión que vivió Venezuela cerca de la medianoche del 6D y ante la incertidumbre de lo que podría ser la reacción del gobierno frente a un resultado adverso, el ministro de la Defensa aseguraba que el momento era de calma y reconocía el civismo de los venezolanos. Ese mensaje de “calma y civismo” llamando a “esperar por los resultados que anunciara el CNE” flanqueado por otros altos oficiales contrastó con la retorica aun beligerante de los voceros del gobierno a esa hora. De esa inusual manera la Fuerza Armada le comunicaba al país su inédita neutralidad en futuras confrontaciones políticas.
III. El “Rollback” de Padrino López. Se trata del mismo militar que en su discurso del 5 de julio de 2014 ante la Asamblea Nacional arengaba “¡Independencia y revolución! ¡Independencia y Patria Socialista! ¡Chávez Vive!” El mismo que ha sido instrumental para partidizar las Fuerzas Armadas en favor del régimen. Pero a la luz del cambio político iniciado el 6D se impone un proceso de reversión. Padrino López es una pieza clave del gobierno en el mundo militar pero también es la voz de miles de oficiales profesionales que temen por su futuro y no están dispuestos a ser parte de la confrontación política. La transición política que pide el país ya comenzó en el mundo militar. La despartidización de las FANB será muy lenta y complicada.
IV. El regreso a los cuarteles. Nicolás Maduro anunció el regreso de oficiales militares prestados a la administración pública a sus puestos de comando. Esto se puede interpretar como una forma de “re-equilibrar” grupos de poder en el interior de las FANB” re-incorporando oficiales más comprometidos con el gobierno. La neutralidad en estos tiempos se puede interpretar como un apoyo al enemigo. De lo que no hay duda es que en los militares profesionales ya no hay interés en ser parte de la llamada unión cívico-militar.
V. Relaciones de poder. ¿Cómo serán las relaciones entre las FANB y la nueva Asamblea Nacional? Hasta ahora el gobierno y el PSUV se han negado establecer un mínimo de comunicación para acordar aspectos básicos y necesarios de funcionamiento del gobierno. En una actitud soberbia -¿suicida?- el gobierno promete desacatar las decisiones de la Asamblea. En este choque de poderes el gobierno usará al Tribunal Supremo de Justicia para barnizar la inconstitucionalidad. ¿Asumirán las FANB el mismo comportamiento? ¿O asumirán más bien una posición de árbitro político? La primera semana de Enero 2016 lo dirá.