Hacer que Maduro se vaya o echarlo si se niega es tarea inaplazable porque la gente no aguanta más. Estamos hasta aquí
Jesús Antonio Petit da Costa
Seguir demorando las acciones para salir de Maduro es un crimen imperdonable contra el pueblo venezolano. Hay que ponerlas en marcha ya, antes de que nos hundamos en el colapso total que se nos acerca cada día: sin comida, sin medicinas, sin electricidad, sin agua, sin seguridad y sobre todo sin esperanza.
Porque no habrá esperanza hasta que se haya ido el único estorbo para la salvación nacional que es Maduro. Apartarlo es cuestión de supervivencia, de vida o muerte para todos. No hay más tiempo que perder. Debemos actuar ya.
Lo primero que debería hacerse es exigirle imperativamente a Maduro la renuncia inmediata. No pedirla, sino exigirla. Le corresponde a la AN hacerlo. Pero sin demorarlo más. Basta de anuncios.
Hágalo o no la AN, convirtamos (nosotros, el pueblo) la exigencia en imposición practicando un revocatorio de calle, porque sin calle Maduro no se va. Con el pueblo en las calles de todas las ciudades y aldeas, enarbolando la consigna: Fuera Maduro, se irá sin ninguna duda. No lo salvará nadie.
Si acaso Maduro demorase en renunciar, la AN debería proceder a declarar su falta absoluta por estar incurso en “abandono del cargo”. Pero no por los hechos que algunos han expuesto, difíciles de encajar en el concepto de abandono, sino por un hecho público y notorio comunicacional, para usar la jerga del TSJ, el que Maduro es un títere de Cuba, condición que heredó de su antecesor, quien cedió la soberanía nacional a Cuba, y al ser un títere de Cuba, por herencia ignominiosa que le dejó el difunto, ha abandonado el cargo de Presidente de Venezuela que estaba obligado a ejercer sin tutela ni subordinación a país, gobierno o gobernante extranjero.
¿Quién puede negar este hecho público y notorio comunicacional? Todo el mundo sabe que Maduro es títere de Cuba. Y que el verdadero jefe de gobierno de Venezuela es Raúl Castro, por lo cual Maduro ha seguido incurso en el abandono del cargo que hizo el difunto Chávez y lo ha sucedido continuando esta aberración política, calificada por analistas internacionales como el asombroso caso de un “vasallaje contra-natura” de un país más grande y poderoso sometido a un país pequeño y pobre de solemnidad.
Esto, sin duda, es el mayor agravio a la dignidad nacional, siendo agraviados todos los venezolanos, ya que este abandono del cargo nos ofende y humilla ante el mundo entero, sobre todo porque semeja más un caso de mariconería entre países que de vasallaje de uno a otro, algo nunca visto antes y que tal vez nunca más se vea, por lo menos debemos jurarnos que nunca más se verá en Venezuela.
Tres cuestiones fundamentales han de incluirse en la motivación de la declaratoria de “abandono del cargo” por Maduro:
1.- La cesión de la soberanía nacional a Cuba, lo cual constituye el caso extremo de abandono del cargo ya que sin independencia no hay República, la que sólo existe nominalmente, cuando ha sido degradada a protectorado cubano, llamado “VeneCuba” por Fidel Castro y despectivamente Cubazuela por nosotros. Este motivo basta para considerarlo incurso en el abandono del cargo, al mismo tiempo en traición a la patria. La declaración de abandono es privativa de la AN. El juicio por traición será competencia del nuevo TSJ.
2.- El control cubano de la seguridad del Estado organizado por el general cubano Ramiro Valdés: policía, identificación y extranjería, notarías, registros, puertos y aeropuertos, y ejército: el giro hacia el modelo cubano en la FAN llevado al extremo de institucionalizar el saludo militar cubano: “patria, socialismo o muerte.” Ello prueba que Maduro ejerce sólo nominalmente la función de Comandante en Jefe de la FAN, por lo cual está incurso en abandono.
3.- El control cubano de la administración pública nacional y de la economía organizado por Orlando Borrego enviado por Raúl Castro. El mismo Maduro confesó en 2014 que trajo a este señor cubano con este fin, lo que implica abandono del cargo por delegación de una atribución inherente al Administrador de la Hacienda Pública Nacional que ejerce nominalmente. Confirma el control cubano de la economía: a) El regalo de 100.000 barriles de petróleo diarios; b) La transferencia anual a Cuba de 14.000 millones de dólares con el pretexto de convenios secretos por ser perjudiciales al país y ofensivos a profesionales y técnicos venezolanos, a los cuales se injuria para ensalzar a piratas cubanos.
Por si fuera poco la nacionalidad de Maduro lo deslegitima. Entonces, ¿qué esperamos para salir de Maduro?
