Es el colmo que, siendo ambos deliberantes, ninguno haya deliberado hasta ahora sobre la legitimidad de Maduro y su instalación en el poder por Cuba
Jesús Antonio Petit Da Costa
Tenemos dos parlamentos: el Parlamento Civil y el Parlamento Militar. Hasta ahora sólo teníamos uno, porque la política estaba reservada a los civiles. La FAN era apolítica y no-deliberante. Pero el general Padrino nos ha hecho conocer la novísima doctrina constitucional del Alto Mando Militar, cuya autoría atribuye a su Comandante Supremo y Eterno: ahora la FANB es política y deliberante. Al deliberar sobre política el cuerpo de oficiales se constituye en Parlamento Militar.
Correspondía al Parlamento Civil, apenas instalado, examinar la legitimidad de Maduro como Presidente de la República, debiendo pronunciarse sobre tres circunstancias que la determinan:
1.- ¿Cumple Maduro con el requisito de la nacionalidad exigido por la Constitución: ser venezolano por nacimiento y no tener doble nacionalidad? Si no lo cumple carece de legitimidad para desempeñar el cargo y la AN debía declararlo así. La AN debió entonces, apenas instalada, exigirle a Maduro la presentación del certificado previsto en la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía, junto con los documentos que lo sustentarían: su partida de nacimiento y las de sus padres, que ha venido ocultando a pesar del requerimiento público.
2.- ¿Se ajustó a la Constitución la sucesión presidencial de Chávez a Maduro? Si está viciada de inconstitucionalidad Maduro carece de legitimidad. La AN debió, apenas instalada, revisar sus archivos para constatar si allí está el acta de defunción de Chávez, única prueba legal que puede servir de fundamento a la declaración de falta absoluta del Presidente de la República por fallecimiento. Si no está en los archivos de la AN, ha debido exigirle a Maduro que la presente, junto con el certificado médico a que obliga la Ley de Registro Civil, advirtiéndole que su ocultamiento lo hace sospechoso de un delito. Es inaceptable que se ignore todavía, por falta de prueba legal, dónde, cuándo y de qué murió Chávez, desde qué fecha estuvo inconsciente, quiénes fueron los médicos tratantes. Era deber de la AN averiguarlo para determinar si Maduro es doblemente ilegítimo: por su nacionalidad y por estar viciada de inconstitucionalidad la sucesión presidencial de 2012/2013.
3.- ¿Fue por un complot de Cuba que llegó Maduro a la presidencia? Concatenando el misterio de la nacionalidad con el misterio de la muerte de Chávez, surgen hechos que hacen sospechar un complot cubano. Maduro fue formado políticamente en Cuba, donde estuvo con un grupo de jóvenes comunistas colombianos. Cuando lo hicieron ficha suya, los cubanos supieron de su nacionalidad colombiana, cuando menos por filiación materna. Influyeron seguramente para su inexplicable ascenso a Canciller, desde donde entabló un idilio diplomático con la Canciller Holguín de Colombia. Después supimos el motivo: Cuba movía los contactos secretos entre la FARC y el Gobierno de Santos.
Cuando se iniciaron formalmente las conversaciones entre ambas partes, Cuba convenció a un Chávez moribundo para que nombrara Vicepresidente a Maduro (10-10-12), ficha suya y cuyo vínculo nacional con Colombia conocían los cubanos. Enseguida se hicieron públicas las conversaciones de paz, que se trasladaron a La Habana (06-11-12). Una jugada perfecta de la monarquía comunista cubana, después de la cual se precipitó la supuesta muerte de Chávez (supuesta por la inexistencia de la prueba legal) en medio de un silencio celosamente guardado por los Castro desde diciembre 2012 hasta marzo 2013. Todo indica un complot cubano. Una Venezuela dominada por Cuba, gobernada por el títere Maduro de nacionalidad colombiana, es el trampolín ideal para ponerle la mano al vecino país resucitando una Gran Colombia, pero como fortaleza comunista del Foro de Sao Paulo sin presidente venezolano: un colombiano de las FARC allá y otro subordinado aquí. La Gran-Colombia comunista sería la obra culminante de los ancianos Castro. Chávez estorbaba para este plan, porque lo habría querido para sí. Y a un estorbo se le aparta. Basta ahogarlo con una almohada.
Todo encaja, aunque parece novela. Lo menos que debió haber hecho el Parlamento Civil era investigar, comenzando por la revisión de sus archivos. Y habiendo indicios, que los hay, desmontar el complot cubano declarando el abandono del cargo por Maduro al ser títere de Cuba y su marioneta para montar la Gran-Colombia comunista con presidente no-venezolano.
Ya que el Parlamento Civil no ha deliberado sobre esta delicada cuestión, ¿tendrá el Parlamento Militar la amabilidad de hacerlo subsanando así la omisión constitucional?