Miente al hablar del talante democrático de un régimen que por el contrario ha impuesto un Estado policial
José Rafael López Padrino
La comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno español (2004-2012), ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha dejado bien en claro las intenciones de la comisión de la cual él forma parte junto a Leonel Fernández y Martin Torrijos.
Los exmandatarios integran una comisión (impuesta por Unasur) que, lejos mediar en la búsqueda de una solución a la crisis venezolana, intenta imponer un diálogo forzoso auspiciado por el régimen de Maduro en condiciones por demás desventajosas para la disidencia política.
El antiguo gobernante del Partido Socialista Obrero Español (Psoe) hoy asume una posición complaciente y servil frente al régimen del ungido Maduro, muy distante de aquella que le ganó el respeto y admiración como estadista progresista en España.
Rodríguez Zapatero miente al hablar del talante democrático de un régimen que por el contrario ha impuesto un Estado policial, ha institucionalizado la represión, la criminalización de la protesta social y sindical, la tortura y los ajusticiamiento extrajudiciales.
«Durante los gobiernos de Zapatero, la Venezuela del insepulto comandante galáctico fue el primer país receptor de armamento español (fuera de los países de la Alianza Atlántica)»
Rodríguez Zapatero falseó la realidad al no hablar sobre el secuestro institucional que han sufrido el poder judicial y electoral por parte de un gobierno despótico. Engañó al omitir el ambiente de “corrupción, pobreza y violencia” que viven los venezolanos
Rodríguez Zapatero tima a los representantes de la OEA cuando afirma la imparcialidad de su iniciativa de mediación en el caso Venezolano, que según él se basa en “principios y convicciones muy firmes” cuando en realidad busca ganar tiempo a fin de que el régimen monárquico de Maduro se oxigene. No olvidemos que su comparecencia ante la OEA fue atendiendo a una invitación de Delcy Rodríguez y Bernardo Álvarez soldadesca que ha negado en forma reiterada la existencia de una crisis humanitaria, política y económica en el país.
Rodríguez Zapatero se contradice al aseverar que defiende la democracia, el Estado de derecho, la separación de poderes y el pluralismo, pero actúa como emisario político de un régimen autoritario, antidemocrático, e intolerante frente a la disidencia.
El expresidente de la Moncloa en su laudatorio discurso ante la OEA encubrió premeditadamente la escasez de alimentos y medicinas, la inflación, la existencia de grupos paramilitares del oficialismo, la militarización de la sociedad, y la crisis médico-asistencial. Recordemos que sus vinculaciones con el fachochavismo son de vieja data.
Durante sus gobiernos, la Venezuela del insepulto comandante galáctico fue el primer país receptor de armamento español (fuera de los países de la Alianza Atlántica). Venezuela recibió barcos de guerra de alta tecnología (Navantia), equipos de comunicaciones y antimotines por un valor aproximado de 567 millones de euros.
«En la sala de plenarias de las OEA, Zapatero fue vocero de los fantasmas de Mussolini, de Hitler, no el de los desposeídos que algún momento dijo defender»
Rodríguez Zapatero en su intervención ante los miembros de la OEA desechó sin el menor escrúpulo el anhelo de la mayoría de los venezolanos de realizar un referéndum revocatorio (RR) así como omitió la política obstruccionista del CNE para su realización. Obviamente el RR no forma parte de la agenda de Rodríguez Zapatero, quien busca desesperadamente darle un segundo aire al moribundo proyecto chatarra bolivariano.
Con su nauseabunda actitud ruin el antiguo dirigente del PSOE depone su otrora ventisca socialista -si alguna vez las tuvo- y se ha arrodillado ante un régimen que ha provocado la ruptura del Estado de derecho. Que recurre al terror de las bayonetas y de sus tarifados armados ante la carencia de apoyo popular.
Finalmente, a pesar de la ya acostumbrada compra de voluntades (Gaston Browne, Ralph Gonsalves, Timothy Harris) y del show del asalariado español ante el Consejo Permanente de la OEA, la diplomacia bolivariana sufrió un doble revés el pasado 23 de Junio, perdió la votación para cancelar la sesión de la OEA ese día (20 votos en su contra) y fue aceptada con beneplácito la propuesta de conformar un “grupo de amigos” (Colombia, México, Costa Rica, Chile, Argentina) que se sume a los esfuerzos de la comisión impuesta por UNASUR, a lo cual se había opuesto expresamente Delcy Rodríguez.
En la sala de plenarias de las OEA, Zapatero fue vocero de los fantasmas de Mussolini, de Hitler, no el de los desposeídos que algún momento dijo defender.