EEUU celebra cada 4 años un reality show electoral donde republicanos y demócratas protagonizan una divertida competencia entre partidos burgueses
Jesús Silva R
“The Lesser Evil”, de eso me habló un gringo llamado Eric Draitser (analista político que vive en Nueva York) en una entrevista que le hice para la TV venezolana y qué significa.
Ver video: Ni Clinton, ni Trump, dice un gringo descontento.
En mi criterio Donald Trump ganó los tres debates contra Hillary Clinton pero más allá de eso, para ser Presidente de Estados Unidos necesita que su discurso provocador encienda la llama del resentimiento social en la clase trabajadora blanca de ese país para que vote por su oferta racista y ultranacionalista. Trump necesita un alto porcentaje de votación (casi un milagro).
Su frase “Make America great again” (hagamos a EEUU grande de nuevo) algo así como “especulamos pero damos empleo” simboliza el deseo de revancha de los trabajadores blancos que se sienten desatendidos por Obama y que ven en Hillary más de lo mismo.
Por su parte, la victoria de la señora Clinton radica en la probable abstención del 50% del electorado en general y que voten los mismos de siempre con porcentajes tradicionales porque logrando una votación respetable entre los trabajadores blancos y acaparando las minorías raciales (hecho seguro), su triunfo será inevitable.
Como observador de la política de EEUU, país donde conservo muchos amigos de izquierda, veo en Donald el representante de una burguesía emergente que tiene poder económico y busca ahora el poder político, mientras que Hillary es una pieza clave de la burocracia imperialista durante los últimos 8 años. En pocas palabras si Donald es un poder burgués, Hillary es el gran poder burgués y en ello radica su ventaja electoral.
En cuanto a ideologías, son superficiales las diferencias entre el ex dueño del certamen Miss Universo y la ex Primera Dama que dejó dejar pasar el desenfreno sexual de su marido (caso Bill Clinton vs Mónica Lewinsky) para mantener vivas sus aspiraciones presidenciales.
Por eso, el estadounidense que entrevisté rechaza a ambos candidatos. Sepa usted que él no es el único que opina así ya que la mitad de los ciudadanos estadounidenses decide tradicionalmente no votar, es decir, hay un 50% de abstención histórica que supera los cien millones de personas.
En la entrevista quise saber si el camarada Eric estaba ganado a usar la teoría de “The Lesser Evil”, dicho de otra manera, escoger el “mal menor” votando por el menos malo.
Con énfasis respondió “no” y explicó que votar por Donald o Hillary es como votar por un lado o el otro de las corporaciones gringas, de Wall Street y del imperialismo, entonces, por ahora, para el pueblo no sirve de nada su derecho al sufragio.
Eric y yo estamos de acuerdo, EEUU celebra cada 4 años un reality show electoral donde republicanos y demócratas protagonizan una divertida competencia entre partidos burgueses pero allí la clase trabajadora no tiene representación política ni nada que ganar, excepto promesas que no serán cumplidas.
Agrega mi amigo estadounidense, que con gusto apoyaría a pequeños partidos de izquierda en su país, no porque puedan ganar la presidencia, sino porque eso es un paso a favor de organizar a las bases populares para en el futuro oponerse al régimen capitalista, algo que hoy es lo único que puede favorecer al pueblo en la política elitesca de EEUU.
Por ahora, Trump y Clinton son la versión gringa de AD y Copei antes del chavismo, ambos son caricaturas como lo ha sido Obama, este último pasa a la historia como otro que recibió el Premio Nobel de la Paz sin merecerlo.
Mientras en EEUU se mantenga un régimen de dos partidos burgueses (al servicio de (grandes grupos de poder militar, industrial, bancario y comunicacional), el pueblo estadounidense no podrá avanzar hacia un nuevo modelo de igualdad social.
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