“Que nos dejen trabajar en paz” piden los narcochoros bolivarianos en su tradicional carta al Niño Jesús
O.E
“Querido Niño Jesús Bolivariano, ¿creías que te nos ibas a ir liso este año? ¿Ah?”. Así comienzan la tradicional y navideña carta, los narcomalandros robo-lucionarios, que se ganan el pan, ¡pum-pum!, con el sudor de sus Smith & Wesson, Kalashnikov, granadas fragmentarias, chuzos y otras armas de fuego, blancas, pero sobre todo, rojas, rojitas. A saber: corrupción, narco, extorsión, hurto, asesinatos, blanqueo de dinero negro, explotación de jineteras, tráfico de órganos, pedofilia, violaciones de DDHH, depredación del ambiente, secuestros express y no express. ¿Se nos habrá pasado alguna de sus fechorías? Tengo que averiguarlo.“Indulgencia plenaria para delitos de lesa humanidad” incluida en el “quiero que me traigas” del malandraje rojo, rojito
Primera exigencia del pliego hamponil, con aires de gaita maracucha y aguinaldos: “Para trabajar nosotros, paz, y paz de los sepulcros para nuestras víctimas. Eso es lo primero que te vamos a pedir este diciembre. No es justo, Niño Jesús. Jueces, jefes policiales, generalotes y altos magistrados, no agregan valor a nuestra pequeña, mediana y peso pesada industria. Pero ahora tenemos que ir ‘miti-miti’ con los ‘suciodichos’, quienes nos tiran trompetillas y estallan en carcajadas, cuando los tratamos de intimidar, guapos y apoyaos, con nuestras fotos —todas debidamente autografiadas— con el “Gigante Supremo”, el “Enano” más supremo todavía, con la esposa del supremo “Enano”, con el “Diosdedos”, con el negrito arrastrao y reilón y demás cuartobates del cuánto hay pa’ eso.
No nos vengas, Niño Jesús, con que vas a hablar con la camarado Deicy. Los narcopasaportes diplomáticos no sirven, ya, sino para rayarnos como quedó demostrado en el caso de los narcosobrinos, nuestros súper compinches y altospanas.
Este peculiar “quiero que me traigas”, concluye con pedimentos muy puntuales. Narcoparaísos fiscales más rocheleros; blanqueo de antecedentes penales, incluidas órdenes de captura de Interpol y de la DEA; indulgencia plenaria para delitos de lesa humanidad. Hasta puerta franca para sentarse a la diestra de Dios Padre, porque los bolimalandros, pretenden, como que si nada, que cuando estiren sus patas los dejen ir, directo, pa’ l Cielo.