El saber esotérico, la filosofía hermética, no son conocimientos impenetrables o misteriosos
Gustavo Luis Carrera
Los conocimientos esotéricos derivan de Hermes Trismegisto, una suerte de unión sincrética del dios egipcio Tot y del dios griego Hermes. Estas enseñanzas secretas acuerpan el saber hermético y todo el constructo esotérico. Allí se inserta un prestigioso libro —sabiduría y secreto simbólico—: “El Kybalión”.
FILOSOFÍA HERMÉTICA. Lleva este texto el subtítulo de: “Un estudio sobre la filosofía hermética del antiguo Egipto y de la antigua Grecia”; y en efecto es ese su sentido y propósito. Del autor, o de los autores, sólo se sabe que se refugian tras el seudónimo de: Tres Iniciados. Varias investigaciones en busca de una identificación han acabado en especulaciones: si es un saber oral milenario que se conservó de boca a oído, o si se relaciona con algunos destacados ocultistas del siglo XIX y de comienzos del XX, quienes pudieron reelaborar esos conocimientos tradicionales. De hecho, representa la filosofía hermética, denominación que se presta a confusión e inclusive a desconfianza. Pero, quien lee “El Kybalión” sin perjuicio y sin las gríngolas del temor a lo desconocido, advierte la natural conexión existente con diversos aspectos fundamentales de la filosofía y de la ética que manejamos normalmente.
EL EQUILIBRIO DE LAS ESFERAS. Nada sucede por casualidad. Causa y efecto son elementos básicos del proceso evolutivo. De igual manera el nivel de la estabilidad debe proceder de un estatus armónico. La mente puede ser transmutada, haciendo cambiar las condiciones del universo, porque el universo es mental: es el secreto de la “alquimia” y de la “magia” del saber vivir. Existe un ritmo permanente, que no escapa a lo que los hierofantes proclaman como necesaria estabilidad; mientas lo masculino y lo femenino, como principios mentales, son como esferas que se mueven separadamente, pero integradas; y solamente el equilibrio del todo es la vía de la superación humana.
LA ARMONÍA UNIVERSAL. “El Kybalión” se desarrolla en torno a los siete principios herméticos: mentalismo, correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa y efecto, género. “El Todo es Mente; el universo es mental; todo es mental”; “Como es arriba es abajo, y como es abajo es arriba”; “Nada descansa; todo se mueve; todo vibra”; “Todo es dual, todo tiene polos, su par de opuestos”; “Todo fluye afuera y adentro; todas las cosas suben y bajan; el ritmo compensa”; “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa”; “El género está en todo; todo tiene sus principios masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos”. El conocimiento y la penetración y la asimilación de estos siete principios conducen a la armonía universal, donde el individuo y la idea son una sola cosa integrada y fecunda: milagro de la mente y el mentalismo.
VÁLVULA: “El saber esotérico, la filosofía hermética, no son conocimientos impenetrables o misteriosos. En buena parte son campos de pensamiento encriptados, que fueron resguardados en secreto, para salvarlos de la censura y la persecución; pero, que suelen coincidir con la racionalidad e inclusive con la lógica científica”.
