Los considerando de la Carta Interamericana son una bofetada contra los derechistas, los propios políticos burgueses
Julián Rivas
Nuevamente en la Organización de Estados Americanos (OEA) surge el planteamiento de votar la aplicación a Venezuela de la Carta Democrática interamericana. Habría que ver si se aprueba la solicitud, con dos terceras partes de los votos, y luego si efectivamente se aplica.
Habría que ver si el planteamiento del señor Almagro, secretario general de la OEA, se ajusta a derecho y a la moral. No queda duda de que es una postura política frente a Venezuela, por mandato de Estados Unidos. Es decir, los mecanismos de acción o de practica punitiva contra Venezuela son de frágil sostenimiento a la luz del contenido de la propia Carta Interamericana. En todo caso, ya el país es objeto de una confabulación de Estados Unidos y sus aliados derechistas, en forma mecánica. En efecto, seguimos en lo mismo, política imperial mediante.
Estados Unidos va a seguir inventando, con la anuencia de sus aliados. Es decir, de aquellos gobiernos derechistas que están en el tapete. Y particularmente de la oligarquía colombiana que es la que está en la jugada.
Sin duda, seguir en la OEA es algo que sorprende. No hay alternativas, dicen algunos, porque las obligaciones se mantienen en caso de abandono, sin gozar de las prerrogativas que da la membresía a ese pavoso organismo. Sería dejar el campo libre al enemigo terrible.
Con el señor Almagro o como se llame, esta organización OEA es auditorio de los intereses de Estados Unidos. El mismo Estados Unidos que de acuerdo con los criterios esgrimidos por los derechistas, reúne méritos para que le apliquen la Carta Interamericana, o Carta Democrática. Washington hoy atemoriza a un importante segmente de su población, los latinos y negros, más los de origen asiático o de religión islámica. ¿De qué habla esta gente?
La Carta Democrática se aprobó el 11 de septiembre de 2001, curiosamente el mismo día en que ocurrieron los atentados contra las Torres Gemelas y otros lugares de Estados Unidos. Se dice que eso fue obra de los terroristas islámicos y se sospecha la colaboración de la CIA, agencia gringa. Así como en tan curiosa fecha se aprobó en Lima esta Carta, con asistencia de Colin Powell, Secretario de Estado gringo, con experiencia destructora en Irak, igualmente en otros eventos históricos, algún conflicto bélico le sirvió a Estados Unidos para amalgamar a los países de la región a sus intereses. La experiencia de la Segunda Guerra Mundial, tiene suficiente pruebas de ello.
En esta Carta Democrática se pone el acento en defender la democracia representativa. Vea la génesis, la democracia burguesa, tan al gusto de los gringos y los intelectuales rajaos.
Un solo ejemplo: Veamos el artículo 9, que habla de la eliminación de toda forma de discriminación, especialmente la discriminación de género, étnica y racial. Caramba, esta se le puede aplicar al Gobierno de Estados Unidos, incluso por la gestión de Obama. Lo de Trump es el colofón.
Los golpes de Estado en Honduras (contra Zelaya), o en Brasil (contra Dilma), o en Paraguay (contra Lugo), qué bien valieron la aplicación de la Carta Democrática. Lo mismo que los crímenes de guerra del dueto Uribe-Santos, con matanzas y desaparecidos, es otro dato para la aplicación de la Carta Democrática.
¿De qué hablamos entonces? Es que los Considerando de la Carta Democrática son una bofetada contra los derechistas, los propios políticos burgueses. Cuando vemos que en Estados Unidos (por no mirar a España) se le quita la vivienda a quien no puede pagar, en medio de una voraz crisis que afecta a los trabajadores, ¿de qué sirven los postulados de derechos económicos, sociales, de educación y ambiente?. Estos preámbulos se los lleva el viento.
Millones han perdido su vivienda, y siguen perdiendo. En Venezuela hay que destacar que se ha entregado vivienda bajo los principios del derecho ciudadanos. Que hay que corregir, bueno allá iremos.
Sorprende que todavía a estas alturas se mantenga la idea de que América Latina está dentro de la “esfera de influencia” de Estados Unidos. México perdió la mitad de su territorio a manos de los gringos. Nicaragua ha sido invadida por Estados Unidos. Hasta un pirata de nombre William Walker, gringo, no solamente invadió Nicaragua sino que también pretendió gobernar en Honduras y El Salvador. De Cuba ni hablar. Puerto Rico es para llorar. Todavía la isla de Borinquen es colonia bajo el eufemismo de Estado Libre Asociado. El señor Oscar López Rivera acaba de pasar 35 años en las cárceles de Estados Unidos, condenado como muchos otros a cadena perpetua, solo por reclamar derechos políticos, como es la independencia de su país, consagrada en las resoluciones de Naciones Unidas.
Panamá le fue amputada a Colombia por los Estados Unidos. Controlado por los gringos, el Canal de Panamá fue explotación económica de un territorio ajeno, por parte de los gringos. Una afrenta contra América Latina.
República Dominicana y Haití han sido pateados por los gringos. Guatemala fue un laboratorio biológico, antropológico y político. Lo que han hecho los gringos da pena. Pobres políticos latinoamericanos.
Quiere decir que los políticos derechista del siglo veintiuno son epígono del colonialismo ingles, gringo y anglosionista. Un debate en la OEA es oportuno para discutir todo, oiga bien: TODO. Que no quede nada por fuera. Que no quede ni para amarrar ni un gallo.
Venezuela es blanco de una guerra. Habrá tiempo para desentrañar las conexiones de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Europa e Israel, más Colombia, con los grupos de oposición supuestamente venezolanos. En Venezuela la gente tiene derecho a pensar lo que le de la gana, lo que no puede es ponerse al servicio de potencias extranjeras, que es lo que generalmente ha ocurrido en los últimos años.
Chávez dio indicios de lo que puede ser un buen Gobierno. La valoración de este principio de democracia participativa y protagónica, superior a la representación, es asunto de los venezolanos. Lo que es inaceptable es que unos antivenezolanos —empezando por este raro espécimen de pajarraco llamado Capriles Radonski, o un desorbitado Leopoldo López—, promuevan la intervención de una potencia extranjera contra Venezuela.
Los escenarios de ruptura democrática, en lo que respecta a Venezuela, son de dudosa veracidad. ¿Está usted seguro de que en Venezuela se rompió el orden constitucional y en Brasil, Honduras y Paraguay no? ¿Qué dicen del” carmonazo”? Son unos bribones a los que les gusta el doble rasero.
Para romper este circulo vicioso democrático burgués solamente hace falta aplicar los principios de democracia revolucionaria y la aplicación del buen Gobierno que preconizaba Hugo Chávez. Impulsar la democracia revolucionaria, despejando burocracia y falsos rojos. Más nada. ¡Viva el pueblo!