Nosotros los venezolanos no tenemos fortunas con el vecino de la frontera occidental. Y menos con los españoles
Julián Rivas
En los últimos días se ha abierto el debate sobre la Constituyente. Lo curioso y lamentable es el injerencismo de gobiernos como el del señor Juan Manuel Santos. Una vez más sale a relucir la política del embudo: la ancho para mi y lo angosto para ti.
En cierto sentido, las afirmaciones de Santos e incluso de Mariano Rajoy demuestran que esta gente tiene poca memoria y nada de respeto a otras naciones con las que no comparten posturas políticas.
No hay recato en esta gente. La oligarquía colombiana es un cruce endogámico de familias. España es una monarquía. Ambos regímenes suman siglos de crímenes. Todavía España no ha pedido disculpas por las graves violaciones y crímenes en tiempos de la lucha por la independencia de Venezuela. Por no ir muy lejos. Sin embargo, niegan la Asamblea Constituyente venezolana.
El régimen de Madrid niega toda consulta o referéndum en Cataluña, País Vasco y otras regiones, recurriendo al Constitucional, es decir, su máximo tribunal. Pero en este momento niegan la soberanía de las instituciones venezolanas.
Cuando en 1965 Singapur fue expulsado de la Federación de Malasia, el líder de la pequeña isla o ciudad-Estado, Lee Kwan Yew, ofreció una rueda de prensa y lloró. A su manera Singapur superó obstáculos, comparte intercambio comercial con Malasia, ambos son miembros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN), pero, y es lo que vamos a resaltar, hay total discreción sobre los asuntos internos de cada país. los asuntos políticos y diplomáticos de un país no son temas de comentarios públicos por sus respectivos gobiernos.
Nosotros los venezolanos no tenemos fortunas con el vecino de la frontera occidental. Y menos con los españoles. Parece que doscientos años no son nada. Que pena. Y lo mas lamentable es que la oposición agrupada en la MUD cree sacar provecho de esta situación. Pobre gente.
En las ultimas semanas hemos recorrido Venezuela, una vez más. Y pareciera que el problema no es exclusivamente de producción. Se produce, y mucho. Se podría producir mucho más. Pero hay una fuga permanente de alimentos, minerales, madera y combustible hacia Colombia.
Quiere decir que nuestros problemas con Colombia están relacionados con graves fallas institucionales, que se expresan por la corrupción de funcionarios que permiten el contrabando y la actividad ilegal en nuestro país. Al mismo tiempo, se violentan todos los procedimientos de permisología y se distorsionan los reglamentos que en materia comercial existen.
Sin embargo, seria interesante que los candidatos a la Constituyente vayan tomando en serio el asunto de la corrupción. Hablan de todo y muy poco de la necesidad de que se aprueben mandatos ineludibles para el ejercicio de la función publica.
Aquí es donde la puerca va a to0rcer el rabo, y el señor Santos, que representa los intereses de una vieja oligarquía, irrespetuosa y antidemocrática, por supuesto que teme a los intentos que pueda hacer Venezuela para ordenar su economía y proteger sus intereses comerciales.
Caramba, qué bueno recordar a Francisco Mieres. Amigo y hombre convencido de los principios de justicia revolucionarias, Mieres siempre reclamaba la interpretación adecuada de la realidad económica. Decía que uno de los males de nuestra planificación era que se imponían criterios ingenieriles por encima de realidades económicas. Es decir, que no solamente bastaba hacer una edificación, sino que había que determinar su pertinencia.
Y pareciera que con relación a Colombia siguen imperando las buenas intenciones, y por el otro lado, en Bogotá, la oligarquía juega a la mala fe. Ya es tiempo de poner coto a esta situación. La Constituyente puede hacer un buen servicio a Venezuela si establece un marco general de negociaciones con los países vecinos.
Como hablamos de países vecinos, el caso no se remite exclusivamente a Colombia, sino también a Brasil, Trinidad, Guyana y las islas caribeñas, más otros países de la región. En la clásica interpretación de mercancías en tránsito obviamente que no es lo mismo compras locales que compras foráneas. Por ejemplo, no tiene ninguna gracia que un grupo de Capacho, o Maracaibo vaya al extremo oriental de Venezuela a comprar coco, o a los llanos de Maturín a comprar cueros, para luego eludir las leyes y que esos productos paren en Colombia.
En lo relativo a comercio y desarrollo la Organización de Naciones Unidas ha definido lo que es comercio de transito, propiedad intelectual, tributación aduanera y comercio electrónico. Entonces, ¿por qué no hay vigilancia? Por intereses, incluyendo los mafiosos. Lo cierto es que el señor Santos y su oligarquía colombiana medran de esta situación irregular. Si la Constituyente sirve para esto, entonces que venga.
Cualquier venezolano puede tener la diferencia que quiera con sus autoridades. Lo que suena absurdo es que ciertos sectores de oposición vean como normal, e incluso digno de elogio, cuanta irrespetuosa declaración formule el presidente de Colombia. Esta semana el señor santos dijo algo absurdo, y “El Nacional” lo reprodujo.
“El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo hoy que para encontrar una solución negociada a la crisis de Venezuela su homólogo Nicolás Maduro debe dar marcha atrás a su idea de convocar una asamblea nacional constituyente.
Para que haya una solución negociada en Venezuela es necesario que Maduro desmonte la Constituyente”, dijo Santos en un mensaje en su cuenta de Twitter». Fin de la cita.
Como vemos, no se puede.
Que pobre oposición tenemos. ¡Viva el pueblo! ¡Viva Venezuela!