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Carlos Oteyza: “Son tiempos de populismo autoritario”

Carlos Oteyza

Carlos Oteyza considera que Chávez «generó la expectativa de que podíamos vivir con el socialismo sin trabajar”


Carlos Díaz

Desde su oficina en la sede de Bolívar Films, en Caracas, y rodeado de cámaras de cine y retratos de grandes creadores del séptimo arte, el historiador y documentalista Carlos Oteyza conversa con “La Razón” para reflexionar acerca de la Venezuela que, en medio de la convulsión política, económica y social, parece enfrentarse a la realidad postpetrolera.

“En estos tres últimos años se develó con fuerza el fin de la Venezuela rentista”, sentencia el director de “CAP: 2 intentos” (2016), película que explora el impacto de los gobiernos del fallecido presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979 y 1989-1993). “Es el reflejo de dos momentos históricos, que no se parecen a los que vivimos hoy”, refiere.

Enfatiza que durante ambos períodos el venezolano no entendió qué significaba el rentismo petrolero. “La dirigencia no supo transmitir bien esto y el país tampoco quería oírlo después de la abundancia de recursos en los años 60, 70 y 80, y lo cual nos hizo perder la brújula de la realidad y de la relación trabajo-producción-consumo”, explica.

“Hasta hace tres años el fin de la era del rentismo estaba claro para los economistas y los dirigentes, aunque no para todo el país. Ahora sí lo sabemos, y estamos comprendiendo que no existe posibilidad de avanzar si se destruye el aparato productivo nacional”, señala.

Agrega que Marcos Pérez Jiménez, en la década de los 50, no era más inteligente que los demás dictadores de la región, pero sí contó con abundantes recursos petroleros que le facilitó emprender grandes obras de infraestructura. En este sentido, cabe destacar que Carlos Oteyza realizó en 2012 el documental “Tiempos de dictadura”, el cual aborda precisamente el quinquenio del general tachirense.

PETRÓLEO Y DEMOCRACIA

¿De qué manera el petróleo cambió al venezolano?

La abundancia petrolera construyó un venezolano con muchas expectativas, alto nivel de consumo y que se sentía sobrado, pero que vivía en un país sin piso real sustentable en el trabajo. Pensábamos que se estaba haciendo bien cuando construimos las mejores autopistas y no se hablaba que no era gracias al trabajo sino a la renta petrolera.

Al respecto, Carlos Oteyza piensa que el petróleo sí sembró durante la democracia, a diferencia de lo que aseveran hoy los dirigentes del chavismo quienes a diario aseguran que no se había hecho nada.

¿Qué lo ha motivado a documentar la historia del país?

Hice en Francia una maestría sobre historia. Mis primeros trabajos cinematográficos fueron documentales históricos, uno de los más conocidos fue “Miami nuestro”, que es una película sobre el comportamiento de los venezolanos a principios de los años 80 cuando la moda de ir a Miami se convirtió en una cotidianidad. Se compraba más barato afuera que lo producido en el país. Tardamos 3 años en el documental de Carlos Andrés Pérez y lo rodamos porque pensamos que era un momento histórico muy importante, tenemos que estudiar ambos períodos porque abordamos cómo un mandatario gobernó con dos modelos diferentes. Me llamó la atención que él haya comprendido la economía venezolana, que haya sido el presidente que distribuyó más la riqueza petrolera y que luego intentara medidas para evitar que esa misma economía petrolera nos arruinara.

¿Cuál es la diferencia entre CAP I y Chávez en cuanto al manejo de la riqueza petrolera?

Entre 2003 y 2009, Chávez incrementó el estatismo y la dependencia del Estado, y, a diferencia del primer gobierno de CAP, atacó duramente al sector privado. Chávez reforzó el Estado aunque manteniendo la propiedad privada y penalizó la producción porque generaba competencia política al Estado. Las políticas petroleras le han dado la posibilidad al Estado de dirigir los destinos del país. Ya desde el 2006, Chávez generó la expectativa de que podíamos vivir con el socialismo sin trabajar, y solo comprando en el exterior.

¿Qué similitudes hay entre Chávez y CAP?

Los dos son líderes, a ambos les tocó un momento de la historia del país donde se elevaron las expectativas de la calidad de vida y consumo como nunca antes. CAP se jugó la vida por la democracia venezolana y Chávez, por su origen militar, estaba más cercano a los gobiernos militaristas en los cuales los partidos políticos, universidades y organizaciones sindicales tienen dependencia a través del líder. Chávez fue un populista que buscó la confrontación para mantenerse en el poder.

CARLOS OTEYZA: “VIVIMOS UN POPULISMO AUTORITARIO”

¿Qué opina de la convocatoria que realizó el Presidente Maduro de una Asamblea Nacional Constituyente?

Esas elecciones son retroceso en la democracia porque unos votos valen más que otros, al igual que los modelos comiciales de los regímenes fascistas de Europa en los años 30 y 40. En la Constituyente de 1999 cada voto valía lo mismo.

¿Nos acercamos a un país con una Constitución aprobada por el 20 % de la población?

A todas luces pareciera que se pudiera hacer eso es a través de una dictadura militar en donde las expresiones democráticas no podrían existir. El país no tiene por qué sacrificar su futuro en nombre de una minoría en el Gobierno. No debe ser así. Hay señales muy claras de que el venezolano quiere vivir en paz y en democracia, y que no queremos ser manejados por sectas políticas.

¿Cómo vio la consulta popular organizada por la MUD el 16 de julio?

Me atrevo a decir que la consulta popular del 16 de julio, y donde 7 millones de ciudadanos se pronunciaron, nunca había pasado en América Latina, y habría que ver si en el mundo entero. Fue un hecho original. Participé y voté en uno de los centros electorales de Altamira, a las 10:00 de la mañana, fueron apenas 5 minutos, y voté por los tres Sí.

¿Usted sufragó?

Voté con emoción ciudadana. Fue un hecho novedoso, valiente, con espíritu cívico y democrático, me hizo sentir a pesar de las críticas que uno mantiene contra los líderes políticos, que ese día hubo una hermosa reconciliación con el país y con ganas de convivir en paz.

¿Cómo analiza los hechos de violencia que ese día sucedieron en Catia?

La gran mayoría de los venezolanos no queremos la violencia. La violencia, expresada a través de los grupos paramilitares, ha tomado fuerza debido al deterioro económico.

MÁS DEPENDIENTES DEL ESTADO

¿Hoy estamos viviendo tiempos de dictadura?

Son tiempos de populismo autoritario; evidentemente tiene muchas características de la dictadura. Por ejemplo, te pueden meter preso, cerrar un canal de televisión o un periódico, pero también existen muchos otros que están abiertos. Todavía no podemos definir el régimen que estamos viviendo porque no es totalmente una dictadura clásica del Siglo XX, quizás la palabra para definirlo todavía porque, por ejemplo, existen periódicos como “La Razón”, también las redes sociales y la gente también manifiesta en las calles. Es más dramático no tener el término porque, además, es muy difícil explicar en el exterior por qué 7 millones y medio de venezolanos votaron contra el Gobierno el 16 de julio.

¿Peligra la libertad de expresión?

Bueno, Venevisión, Televen y Globovisión siguen callados. “La Razón” ha seguido con su línea plural y también “El Nacional”, pero el resto de los periódicos también han estado bastante callados.

¿Qué tan arraigado está el militarismo en la cultura política de los venezolanos?

El militarismo está más arraigado en Venezuela que en otros países de América Latina, aunque no tenemos esa referencia tan dura como en Chile, Brasil y Argentina en donde sufrieron dictaduras militares muy sangrientas. La presencia de los militares se mantuvo hasta en los gobiernos venezolanos que fueron más democráticos, inclusive fueron quienes derrotaron la guerrilla durante los años 60. Se agrega también el culto a Bolívar y también, a lo largo de la historia democrática, de la compra de armas de guerra sofisticadas para la Fuerza Armada. Si el país va a cambiar, también tiene que cambiar la Fuerza Armada.

¿Qué opina del socialismo del cual habló Chávez y de las misiones sociales?

Chávez acuñó el término cuando comenzó la abundancia petrolera. Generalmente era un término que se asociaba con economías fracasadas, pero él logro asociarla con abundancia y mejoramiento de la calidad de vida, por tanto, generó expectativas. Eso fue una realidad y recordemos que durante los primeros años de su gobierno, y cuando el precio del petróleo estaba bajo, no mencionó el socialismo. Las misiones sociales hicieron más dependientes a los venezolanos, los volvió esclavos del Estado y no los liberó. Asimismo, condicionaron el favor político y lo que ha hecho es limitar al ciudadano.

¿Cómo le ha impactado la imagen de venezolanos comiendo de la basura?

Eso es parte de la tragedia que estamos viviendo, de venezolanos perdiendo kilos de peso corporal, que han enfermado y que han perdido hasta la vida durante estos años. El Gobierno se ha defendido ante esto con su aparato de propaganda: si en algo ha sido exitoso el Gobierno es con la perseverancia de su discurso único en el cual han invertido buena cantidad de dinero. Los gobiernos anteriores no le paraban a VTV, a diferencia del actual Gobierno que ha invertido muchos recursos para hacer de este canal una de las plataformas difusoras de su discurso único y el cual sí es creíble en buena parte de la población.

¿Ese aparato propagandístico ha tenido fuerza a través de las producciones cinematográficas realizadas por la Villa del Cine?

No ha tenido fuerza porque, generalmente, la propaganda y el cine no se llevan bien. Me refiero a la publicidad que difunden a través de la televisión y la radio y la cual tiene un lenguaje visual muy interesante porque combina lo popular con los elementos de la publicidad. Se observa que hay una inversión muy grande y con personas que hacen cine y publicidad, es decir, el Gobierno no ha tenido problemas en usar para sus fines políticos la publicidad que los venezolanos nos acostumbramos a ver durante 60 años.


El país que nos espera

 ¿Qué opiniones ha generado la película “CAP 2 intentos”?

Muchos amigos me llamaron y me expresaron que salieron de las salas de cine muy confrontados con lo que habían visto, con sentimientos de tristeza por el país que pudimos haber sido y no fue, de la oportunidad que perdimos y de la repetición de la historia. También me ha agradado la gran cantidad de gente joven que ha visto la película y que ha servido para hablar de este tema en las universidades, y esto ha generado mucha discusión sobre a dónde vamos. Ha sido un incentivo para repensar el país.

¿Tuvo la oportunidad de conocerlo?

Sí, pero luego que fue presidente, en el año 1998 aproximadamente.

¿En cuáles nuevos proyectos se encuentra trabajando?

Estamos en nuevos proyectos pero no podemos contarlos.

¿Qué país nos espera en los próximos años?

Todos queremos volver a elevar nuestra calidad de vida pero ello se logrará a costa de trabajo e inventiva. Me llama la atención que los venezolanos en el exterior la están pasando mal pero también muchos están siendo exitosos, y ello se ha debido, principalmente, a la educación que obtuvieron aquí. Los venezolanos están bien preparados, pero sobreestimamos el gentilicio y tampoco entendimos la realidad de vivir en un país petrolero.

¿Hacia dónde deben dirigirse los cambios que el país necesita?

Debemos también cambiar esa relación que tenemos con el Estado venezolano de no pagar impuestos, ni servicios públicos, de una gasolina casi regalada, todo eso nos hace más dependientes y, en este sentido, creo que ya hay en el país un ambiente de conciencia de que esto se debe revertir.