DEUTSCHE WELLE
El cierre de las fronteras a mediados de marzo fue un shock para muchos europeos. El hecho de poder viajar libremente por Europa sin tener que pasar por controles formaba parte del sentimiento de vida europeo y es un requisito para el mercado interior.
No obstante, a mediados de marzo, llegó a su fin: numerosos países, como Alemania, volvieron a cerrar las fronteras, para detener el avance del coronavirus SARS-CoV-2. Desde entonces, se volvieron a controlar los pasos fronterizos con Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Suiza y Austria. Si bien a muchas personas les fue negada la entrada al país, también hubo varias excepciones, por ejemplo, para conductores de camiones, personal médico y migrantes pendulares.
Algunas fronteras, como aquella entre Alemania y los Países Bajos, siguieron oficialmente abiertas. Pese a ello, la libre circulación ya no era posible, puesto que los turistas ya no encontraban alojamiento y los viajeros que retornaban debían permanecer en cuarentena.
Para algunos sectores económicos el cierre de fronteras tuvo consecuencias graves: así, por ejemplo, para los jornaleros agrícolas y el personal de sanidad polaco ya no fue posible viajar a Alemania.
Algunos todavía vacilan
Ahora Alemania quiere volver a abrir gradualmente las fronteras con algunos de sus vecinos. A partir de este sábado (16.05.2020) los controles para personas que viajen a Francia, Austria y Suiza ya solo se harán al azar. En cambio, se planea prescindir de todo tipo de controles en los pasos fronterizos con Luxemburgo. Con el Gobierno danés todavía se está negociando.
Según el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, el Gobierno federal quiere volver a alcanzar la libre circulación hasta mediados de junio. Puesto que los Estados federados germanos decretan las medidas de cuarentena, Seehofer recomienda a los gobiernos regionales levantar las restricciones para los viajeros comunitarios.
No obstante, el relajamiento no aplica para todos los países. Y no siempre es el Gobierno alemán el que vacila. Polonia, por ejemplo, pretende dejar cerradas las fronteras hasta el 12 de junio. Con Polonia y la República Checa todavía se están negociando relajamientos relacionados a los controles fronterizos y las medidas de cuarentena.
Ya desde el 4 de mayo, los ciudadanos polacos que trabajan y estudian en Alemania, así como en otros tres países de la UE, están exentos de cumplir la cuarentena. Sin embargo, esto no vale para el personal médico y sanitario. Y eso que los hospitales y los asilos lo necesita urgentemente.
En España e Italia, en cambio, no se espera un relajamiento pronto de los controles debido a los altos números de contagios en ambos países. España incluso endureció las medidas. El Gobierno decretó una cuarentena de dos semanas para todas las personas que entren al país a partir del 15 de mayo.
Comisión quiere revivir el turismo
Lars Schaade, vicepresidente del Instituto Robert Koch, opina que la reapertura de las fronteras se puede justificar si los países fronterizos tienen una situación epidemiológica parecida.
Todos los relajamientos planeados en torno al tránsito transfronterizo están sujetos a la condición de que el número de nuevas infecciones en la región o el país vecino no vuelva a aumentar claramente. De acuerdo con el Gobierno alemán, si el número de nuevos contagios rebasa los 50 por 100.000 habitantes en siete días, se volverán a introducir los controles.
Por su parte, la Comisión Europea quiere apoyar sobre todo al turismo, que en la UE representa casi el diez por ciento del rendimiento económico, pero que, debido a la pandemia, ha quedado prácticamente paralizado. La Comisión recomienda levantar de forma “gradual y tras previo acuerdo” los cierres y controles fronterizos en aquellos países colindantes donde el número de contagios sea igual de bajo.
Aumenta la presión
En Alemania, fue sobre todo el ministro presidente conservador del Land Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, y no la canciller, quien presionó por que se volvieran a abrir las fronteras. Entre otras cosas, el compañero de partido de Angela Merkel busca suceder a la canciller y ha usado la pandemia para definir su perfil político, diferenciándose tanto de Merkel como de los demás competidores.
Con información de Deutsche Welle