Se imaginan ustedes a 3 millones de profesionales universitarios (visto que por lo menos el 80% de los venezolanos está contra Maduro) organizándose en celulas familiares
Jesús Antonio Petit Da Costa
Según las últimas encuestas Venezuela es, después de Haití, el país más pobre de América, con pobreza extrema del 70%, lo que explica que sólo el 11% de sus habitantes apoyen a Maduro, o sea, el 89% desea que salga ya del poder. Esto confirma lo que vengo diciendo desde hace tiempo: están dadas las condiciones objetivas y subjetivas para la rebelión popular. ¿Entonces por qué el pueblo no se ha rebelado y porqué Maduro y su narcotiranía siguen instalados en el poder? La respuesta es sencilla: porque falta una condición subjetiva que se llama liderazgo que organice y dirija al pueblo a la insurrección. Y, por este motivo, tenemos desmovilizado al Ejército Civil del 80% de los venezolanos. La clave está en alistarlo y movilizarlo para dar el contragolpe constitucional que ordena el artículo 333 de la Constitución.
Visto que los políticos han fracasado en darle este liderazgo en los veinte años de tiranía, recurro a la sociedad civil para que ella misma se organice y de su seno emerja el liderazgo que las circunstancias demandan para la liberación y bienestar de los venezolanos. Es el sentido de mi proposición de organizarnos como lo hicieron la resistencia clandestina francesa de los años 40 contra la ocupación alemana y, mejor aún, la resistencia civil venezolana de los años 50 contra la anterior tiranía, adaptándola a nuestra realidad actual.
Ambas resistencias se organizaron de arriba hacia abajo, bajo la dirección de un comando, que se iba renovando en la medida en que sus miembros caían en la lucha. En nuestro caso, sería al revés: de abajo hacia arriba, para mayor seguridad de sus miembros, en un proceso emergente del liderazgo. Tomemos el caso de los profesionales universitarios, incluyendo a los profesores universitarios, que están entre los mayores damnificados de la narcotiranía. Según las estadísticas oficiales son 4 millones. No creo que sean tantos, pero hagamos el cálculo tomándolas como base. Se imaginan ustedes a 3 millones de profesionales universitarios (visto que por lo menos el 80% de los venezolanos está contra Maduro) organizándose en células familiares (padres e hijos) unidas a los semejantes de la familia (hermanos, sobrinos, abuelos, nietos, cuñados, primos) formando así las redes familiares. Ahí tenemos el Ejército Civil con sus líderes, graduados en la lucha.
Si cada uno de los 3 millones de profesionales universitarios alista a su familia en su respectiva red familiar bajo su liderazgo tendremos el Ejército Civil con el cual ganar la batalla, la no participación o abstención masiva del 75% por lo menos en las elecciones parlamentarias, que dará inicio al contragolpe constitucional que pondrá cese a la usurpación.
Si los profesionales universitarios se deciden damos el contragolpe constitucional, echando a un lado a los políticos traidores.
petitdacosta@gmail.com 19-08-20