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La economía venezolana se encuentra paralizada en aproximadamente un 80 % de su capacidad
Oscar Battaglini
Bajo la dominación chavezmadurista, tanto la economía nacional como el régimen político democrático existente desde el 23 de enero de 1958, han experimentado un proceso de deterioro que los ha colocado al borde de la extinción. Veamos esta situación en sus rasgos más generales en cada uno de sus ámbitos específicos:
.- La economía:
La economía venezolana se encuentra paralizada en aproximadamente un 80 % de su capacidad. Esa es la situación: 1.- de la actividad petrolera, la cual ha retrocedido a los niveles de producción que teníamos a principio de los años treinta del siglo pasado.
Lo mismo ocurre con la producción de gasolina, no obstante, disponer el país de seis centros refinadores, estropeados por la incuria del régimen chávezmadurista, lo que nos ha condenado a importar combustibles, primero de Rusia y ahora de Irán.
Esta operación comercial que en la práctica ha funcionado como un paliativo esporádico que en nada contribuye a resolver la crónica y gravísima escasez de combustible que padece el país.
Las manufactureras se han reducido a menos de 2 mil, y corren el riesgo de reducirse aún más»
2.- De la actividad agropecuaria, que ante la carencia de los insumos necesarios y en las cantidades requeridas (semillas certificadas, fertilizantes, de químicos para el combate contra las enfermedades (hongos, parásitos e insectos nocivos, etc), del crédito suficiente y oportuno, de combustible. Se ha visto forzada a reducir considerablemente el número de hectáreas cultivables (de más de tres millones, a menos de un millón de hectáreas), y por ende su capacidad productiva, la cual en promedio es en estos momentos de menos de un 30 %.
Si a esta situación se le añaden los problemas que los productores del campo deben afrontar para trasladar sus productos a los centros de distribución y acopio, entonces nos haremos una idea más acabada de la extrema gravedad de la crisis por la que atraviesa el campo venezolano y su producción agropecuaria, y por consiguiente de la producción de alimentos a la que estamos expuestos todos los venezolanos.
3.- De la industria, tanto en su expresión minera (Guayana) como en su expresión manufacturera. Las primeras están todas apagadas (cero producción) y las segundas, de más de 12 mil que existían en el país antes de la llegada de chavismo al poder, se han reducido a menos de 2 mil, y corren el riesgo de reducirse aún más.
4.- En los rubros comercio nacional e internacional, la situación es muy similar a esta.
Completan ese cuadro catastrófico de nuestra economía, la quiebra de las finanzas públicas, y del crédito internacional, la hiperinflación, que al mismo tiempo que ha descoyuntado la estructura y la dinámica de nuestra economía, ha empobrecido acelerada y radicalmente a más del 96 % de nuestra población; por último, el Covid-19, que ha paralizado todavía más la actividad económica.
La militancia de un grupito (la nueva élite) está primero que las necesidades y los intereses del pueblo venezolano»
La política:
La dinámica político-institucional democrática del país, ha sido anulada completamente y reemplazada por el autoritarismo militarista que se ha instalado como un nuevo orden, ya no de manera solapada, como al comienzo, sino abiertamente y sin ningún rubor.
El picadero político en que se ha convertido el TSJ, es clara muestra de ello. Hoy vemos como el ejecutivo le ordena a la constituyente fraudulenta del Psuv, aprobar leyes, y mucho antes de que estas hayan sido analizadas para su aprobación (cosa que nunca se hizo) Maduro lo da como un hecho, por encima de las observaciones de gente acuciosa como Luis Brito García (al parecer el único ser pensante en esa entelequia autodenominada “revolución”).
Hoy vemos al Contralor, al Defensor del Pueblo, al presidente del TSJ, al Fiscal General de facto (todos fichas del Psuv) haciendo de corifeos y despotricando al unísono en contra de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en cerrada defensa del régimen militarista, y dejando de lado la función a la que se deben en tanto que funcionarios del Estado, porque la militancia de un grupito (la nueva élite) está primero que las necesidades y los intereses del pueblo venezolano.
He ahí que la realidad existente a este respecto, no sea la de una sociedad regida por un ordenamiento constitucional y un Estado de derecho, sino por la voluntad omnímoda del autócrata en el poder (como lo fue cuando Chávez vivía, y como lo sigue siendo en la actualidad).
El despojo del que ha sido objeto la sociedad civil de la soberanía popular (del voto libre), como fuente originaria del poder político»
Todo esto, tristemente, hace de la Constitución vigente, una mera formalidad a la cual, tanto el autócrata como el séquito palaciego invocan cada cierto tiempo en sus discursos para el público de galería, y recitan el viejo estribillo, mientras la violan: “dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada”, para darle visos de “legalidad” a sus desmanes en el ejercicio pervertido del poder.
Algunos de los indicadores que dan cuenta de la grave alteración que ha experimentado la dinámica democrática, son, entre otras, las siguientes cuestiones:
1.- El despojo del que ha sido objeto la sociedad civil de la soberanía popular (del voto libre), como fuente originaria del poder político en una sociedad democrática.
2.- El desconocimiento del principio de la alternabilidad en el ejercicio del poder político.
3.- La conculcación de hecho de la autonomía de los poderes públicos y su conversión en simples y complacientes instrumentos al servicio del despotismo militarista.
4.- La ilegalización de los principales partidos políticos de oposición, así como la inhabilitación política de sus dirigentes fundamentales.
5.- La eliminación de hecho del derecho de contratación colectiva a los trabajadores, técnicos y profesionales del Estado.
El Arco Minero se realiza a espaldas del país nacional, sin ningún control de los organismos contralores»
6.- La persecución policial y el encarcelamiento de centenares de venezolanos (civiles y militares) por razones políticas. Como en el caso de las represalias tomadas en contra del dirigente sindical Rubén González, por poner un ejemplo.
7.- Las severas limitaciones impuestas a la libertad de expresión del pensamiento y el derecho a comunicar (censura y mordaza).
Frente a los problemas económicos y políticos aquí reseñados, el régimen dictatorial madurista, no ha dado ninguna señal, no ha mostrado ninguna disposición, ni ha hecho ningún intento político-administrativo, dirigido a procurar la solución o superación de los mismos.
En vez de esto, no sólo ha asumido una actitud impasible y negligente, sino que, en el ámbito económico ha derivado hacia actividades, nada transparentes, ilícitas y subterráneas, incluso en la explotación de bienes y recursos naturales de la nación, tal y como ha venido ocurriendo, por ejemplo, con el oro y otros minerales del Arco Minero de Guayana.
Actividades estas que se realizan a espaldas del país nacional, sin ningún control de los organismos contralores y sin que los beneficios que generan estos negociados entren en los circuitos financieros del BCV y del propio Estado, sino que con la anuencia de los militares bolivarianos, son manejados discrecionalmente, desconociendo la población cómo y de qué manera son invertidos los recursos de todos los venezolanos.
Es un instrumento ‘legal’, que les permita, por una parte, atraer y ‘legalizar’ capitales y beneficios, y por la otra, evadir controles»
Tomando en cuenta estas consideraciones resulta fácil explicarse el apoyo incondicional de la mafia rusa al régimen madurista.
A partir de esa información y de la relevancia que la “actividad económica subterránea”, ha venido alcanzando en los círculos del poder madurista, se comprende perfectamente la desesperación de Maduro y su séquito por aprobar en estos momentos la famosa ley antibloqueo.
Ella le viene como “anillo al dedo” en el interés que tienen estos círculos de disponer de un instrumento “legal”, que les permita, por una parte, atraer y “legalizar” capitales y beneficios, y por la otra, evadir controles (que es lo que siempre han hecho) y que al mismo tiempo les garantice la más absoluta confidencialidad, tal y como queda establecido en dicha “ley”.
En lo que se refiere a la “política subterránea”, es preciso señalar que su contenido y su forma es lo que ha caracterizado las políticas puestas en ejecución por Maduro. El mismo hecho de que su gestión gubernamental la haya realizado sobre la base del estado de excepción, así lo confirma; el cual con la aprobación puesta en vigencia de la “ley antibloqueo”, se ha fortalecido.
Lo expresado significa que Maduro ha hecho un ejercicio del poder (sobre todo después de las elecciones parlamentarias del 6/12/15, y del simulacro de elecciones presidenciales del 20/5/18), al margen de la Constitución y las leyes de la República.
Que han quebrado la economía nacional y han arruinado a los venezolanos»
Esto es al margen de un control constitucional y legal alguno, y significa que, desde los cenáculos de la anti-política y de la “política subterránea” es de donde han salido las políticas: 1.- Que han quebrado la economía nacional y han arruinado a los venezolanos; 2.- Que le han arrebatado todos sus derechos civiles y democráticos;
3.- La represión criminal que hemos conocido y padecido los últimos años; 4.- Que han destruido los sistemas de salud y educativo; 5.- Que han instaurado el militarismo y el abuso de poder como políticas de Estado; 6.- Que depauperaron la calidad de vida del venezolano; y 7.- El nuevo fraude electoral en marcha.
uido los sistemas de salud y educativo; 5.- Que han instaurado el militarismo y el abuso de poder como políticas de Estado; 6.- Que depauperaron la calidad de vida del venezolano; y 7.- El nuevo fraude electoral en marcha.
EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.
