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Una oposición a la medida #Opinión #EnriqueMeléndez

Fueron utilizados, y quizás hoy estén como Judas, devolviendo las treinta monedas al sanedrín, sobre todo, de Diosdado Cabello

La parte más vergonzosa de la trama electoral que hemos visto el 6 de diciembre, es la de esa oposición que el gobierno hizo a su medida. Varios de ellos, yo estoy seguro, que asumieron esa postura, diferente a la actitud del pueblo, que vio en todo aquello un arreglo amarrado, por chantaje y extorsión.

Otros, como lo hizo ver adrede en un video, que rueda por las redes, Luis Parra, cuando en un baño se puso a contar unos euros, y se hace el descubierto con todo el cinismo del caso, por codicia. Fueron utilizados, y quizás hoy estén como Judas, devolviendo las treinta monedas al sanedrín, sobre todo, de Diosdado Cabello, que es quien maquina todas las jugadas en el terreno del oficialismo.

Porque todo lo demás era, lo que se dice vulgarmente, paja. Eso de que, si la oposición sacaba mayoría, entonces se hacía con la Asamblea Nacional, e íbamos enseguida para un referéndum revocatorio. Como decía Henry Falcón: ¡Fuera Maduro!

Eso no estaba sino en el campo de lo ilusorio, tomando en cuenta lo que ha sido el comportamiento de esta gente, que le sale al paso a todas las jugadas ¿No sucedió el hecho de que en el 2015, cuando se ganó aquella AN por mayoría absoluta, de inmediato, esta gente se movió, y nombró un TSJ de la forma más arbitraria, que se ha visto en nuestra trayectoria republicana, y que lo iba a transformar en un aparato de terror, para poder defenderse de aquel nuevo orden de situaciones, que se imponía a partir de allí?

Un organismo, que fue creado en tiempos de la República civil, llamado Comisión para la Reforma del Estado, no sirvió para nada»

Ellos mismos te lo dicen entre bastidores: malandro no entrega el poder por las buenas. Pero, también el oficialismo se movió en esos términos, y fue cuando vino con la estrategia de “los alacranes”.

Es aquí donde se observa que un organismo, que fue creado en tiempos de la República civil, llamado Comisión para la Reforma del Estado, no sirvió para nada. Pues para el momento en que este organismo actuaba nadie pensaba que íbamos a llegar a tal grado de desinstitucionalización del país.

Como si esa sentencia, que una vez lanzó el Libertador, de que nuestra sociedad iba a caer en manos de la multitud desenfrenada, no se refiriera solo a su tiempo, sino también que iba a estar presente en forma cíclica en esa trayectoria republicana nuestra.

Y es por eso que resulta una estupidez ese argumento, de que hay que participar en todos los procesos electorales, partiendo de la seguridad, de que la entrega del poder de la llamada coalición dominante está a la vuelta de la esquina. Es una estupidez, porque la conciencia de esta gente está regida por la anarquía; que no es que dice el Estado soy yo sino yo soy el Estado. Por lo que hace de las instituciones instrumentos, puestos al servicio de su proyecto de dominación política.

En Chile fue posible la transición hacia la democracia porque el Estado no había llegado a esos niveles de disolución institucional»

Porque esa es otra cosa, el concepto que tiene esta clase gobernante, que impera hoy en día en Venezuela, es que somos sus súbditos. Partiendo incluso de que estamos ante un sistema de gobierno, que se basa en una monarquía sin corona, y que fue lo que Páez le hizo ver a Bolívar, a propósito de la Constitución de Bolivia; donde se contemplaba la idea de una presidencia vitalicia y hereditaria.

¿No ha sido Nicolás Maduro el auténtico heredero de esa corona, que Chávez terminó imponiendo en la Constitución, para perpetuarse en el poder? Además, sobre la base de lo que venimos de decir: malandro no entrega el poder por las buenas.

En Chile fue posible la transición hacia la democracia porque el Estado no había llegado a esos niveles de disolución institucional, en el que estamos nosotros. Cuando hemos perdido la capacidad de asombro, que es lo que explica el hecho de que una AN haya aprobado la renovación del TSJ víspera de año nuevo, algunos de cuyos integrantes, hasta el momento de ser nombrados, eran diputados, y sin las credenciales suficientes, que se solicitan para asumir tan altas investiduras.

Y uno lo vio como una trastada más de esta gente, para entonces sólo expresar: ¿qué tal? Lo primero que le debe la humanidad al pueblo judío es el Estado con sus leyes; que vino a perfilar Moisés en el largo peregrinaje de dicho pueblo en busca de la tierra prometida. Una vez que se liberan del yugo egipcio, lo que se va a conocer como el estado de derecho, y decía el Libertador, que si existía algo más por debajo del caos primitivo, ese iba a ser nuestro estado de cosas.

A esta gente no les queda, sino mudarse a un sitio, donde nadie los conozca, y que su medio social los olvide para siempre»

He allí a lo que nosotros hemos llegado, y todo comienza desde el momento mismo que Chávez, con toda la soberbia del caso, expresó que juraba sobre “esa moribunda Constitución”. Y que vino a ser como una puñalada en el corazón de aquella clase media, que había puesto su confianza en él, y si hubiera sido más sensato, ni siquiera se hubiera tomado la molestia de prestar aquel juramento, si lo hacía ante algo que consideraba letra muerta: cosas de primitivismo político.

Por supuesto, si así se expresaba de la Constitución, qué se podría esperar que iba a ocurrir con respecto a la estructura estatal, y que es lo que estamos viendo: unas instituciones portátiles, y las que permiten, precisamente, escoger una oposición a la medida del régimen.

Con un discurso muy acartonado, con motivo del tema electoral, y muy poco convincente, si se toma en cuenta que nadie votó por esta gente, y que a esta hora el gobierno ha tenido que filtrar a los más conspicuos. Moviendo piezas de aquí y allá, para poderlos incluir en esta nueva AN, de modo que no se hable de que los dejó guindados.

Pues el destino de ahora en adelante de esta gente se perfila muy gris, y que ya se vio en sus recorridos por los circuitos, donde se lanzaron; cuando entonces la gente los corría de allí con chanzas.

No les quedaba más camino que promocionarse por las redes sociales, con alguno que otro afiche: a la chita callando ¿Sería por eso que no llamaron la atención de los electores? Lo cierto es que a esta gente no les queda, sino mudarse a un sitio, donde nadie los conozca, y que su medio social los olvide para siempre.

melendezo.enrique@gmail.com

EL AUTOR es escritor y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela y del Instituto de Estudios Superiores de América Latina, IHEAL – Universidad París III. Especializado en economía y política. Redactor del periódico La Razón.

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