Maduro exhibe una gran fuerza, pero en realidad no la tiene. Políticamente es muy débil, porque está divorciado de las grandes masas populares. Aparentemente es muy poderoso, pero en realidad no tiene nada de temible: Es un tigre de papel
Jesús Antonio Petit Da Costa
1.- Maduro es un tigre de papel
Los comunistas son un desastre como gobernantes, pero han sido maestros en la conspiración y en el derrocamiento de gobiernos democráticos. Por el contrario, los anticomunistas han sido generalmente buenos gobernantes pero unos perfectos inútiles para derrocar a las tiranías comunistas.
Lo vemos hoy en América. Están a punto de tomar el poder incluso en Estados Unidos valiéndose del resentimiento de los negros mientras desestabilizan a toda América Latina. En cambio, los anticomunistas, incluyendo a los estadounidenses, no han podido derrocar a las tiranías de Cuba (60 años) y Venezuela (22 años), el foco infeccioso del comunismo en el continente.
Hay que haber sido comunista como lo fue Rómulo Betancourt o haberlos tenido de aliado en la lucha clandestina contra una tiranía, como es mi caso, para comprender, asimilar y adaptar su estilo y estrategia.
Betancourt ha sido el único gobernante democrático que ha derrotado a una rebelión armada comunista combatiéndola como la combatiría un comunista»
No es por casualidad que Betancourt fue líder (junto con otros, desde luego) de la única rebelión cívico-militar victoriosa contra una tiranía militar en Venezuela desde la creación de la FAN por el General Gómez, creada precisamente para que fuera sostén de su tiranía sobre una población civil que desarmó.
Y Betancourt ha sido el único gobernante democrático que ha derrotado a una rebelión armada comunista combatiéndola como la combatiría un comunista: “dispare primero y averigüe después.” No hay mejor anti-comunista que el que pasó por esa escuela (“no hay peor cuña que la del mismo palo”) o los tuvo tan cerca en la lucha que los pudo estudiar a fondo.
¿Qué haría un líder comunista (de los de antes) si estuviera haciéndole oposición a Maduro y su banda y, siguiendo su ejemplo de estrategia exitosa, qué deberían hacer los aspirantes a la gloria de los libertadores?
Visto como un todo, debemos despreciarlo; pero, en cuanto a cada una de sus partes, debemos tomarlo muy en serio. El posee garras y dientes (mata y tortura)»
Lo primero: combatir el derrotismo, resumido en la frase: “Maduro está estabilizado, su narcotiranía no corre peligro”. ¿Cómo combatir este sentimiento que también existía en 1957 cuando muchos de los cuadros de la resistencia dudaban de la victoria?
Levantar la moral de lucha con un mensaje a repartir por todos los medios para ser leído, comentado y repetido en todas las células, grupos y redes ¿Cuál mensaje? Tomemos como guía a Mao, un maestro de la estrategia, que en una situación semejante de derrotismo definió así al enemigo aparentemente todo poderoso: es un tigre de papel.
Veamos cómo explicarlo adaptando sus palabras: “Cuando afirmamos que es un tigre de papel, estamos hablando en términos estratégicos. Visto como un todo, debemos despreciarlo; pero, en cuanto a cada una de sus partes, debemos tomarlo muy en serio. El posee garras y dientes (mata y tortura).
Los aspirantes a la gloria de los libertadores deben organizar y ejecutar. Es cuestión de organización y estrategia»
Para acabar con él hemos de hacerlo por partes. Si, por ejemplo, tiene diez dientes y en el primer golpe le arrancamos uno, le quedarán nueve; le arrancamos otro más y le quedarán ocho. Cuando le hayamos quitado todos los dientes, le quedarán todavía las garras. Siempre que procedamos paso a paso y de modo concienzudo, conseguiremos finalmente el éxito”. Es la estrategia de la guerra asimétrica: un golpe tras otro por los flancos. Toda rebelión contra una tiranía es una guerra asimétrica.
Completemos la idea: “En la actualidad, Maduro exhibe una gran fuerza, pero en realidad no la tiene. Políticamente es muy débil, porque está divorciado de las grandes masas populares y no agrada a nadie. Aparentemente es muy poderoso, pero en realidad no tiene nada de temible: Es un tigre de papel. Mirado por fuera parece un tigre, pero está hecho de papel y no aguanta un golpe de viento y lluvia”.
Efectivamente Maduro es un tigre de papel porque lo detesta el 85 % de los venezolanos que permanece en el país y los 5 millones de venezolanos que se han visto obligados a emigrar. Su situación es políticamente insostenible. Por ser un tigre de papel se puede derribar. El ventarrón de viento y lluvia para derribar el tigre de papel se llama contragolpe constitucional que los aspirantes a la gloria de los libertadores deben organizar y ejecutar. Es cuestión de organización y estrategia.
petitdacosta@gmail.com
EL AUTOR es abogado y magistrado jubilado. Profesor en la Universidad Central de Venezuela 1966-1996 en derecho mercantil y derecho laboral. Exprocurador general de la República. Expresidente de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela