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Ely Méndez dejó huella en 120 canciones de Billo’s #Crónica

Queda en nuestros corazones con ese sello de alegría a la que invitaba cada vez que salía al escenario a encender la fiesta  de su voz, a registrar el pesar de los pesares, y ese aluvión de ritmos de los que estamos y seguiremos inolvidablemente hechos

Vicente Paúl Blanco Muñoz

Sí, Ely se fue pasito tun tun a cantar y bailar un poco más pa’ allá. Bastante festejó y gozó aquí y allí. Ahora lo convocó su Dios a un toque en la eternidad.

Y se marchó sin pesar por los días de los días para reunirse en los espacios con sus amigos del alma, Cheo García, Memo Morales, Rafa Galindo, Manolo Monterrey, Elsy Sánchez, Felipe Pirela, Rafael Escalona y con su maestro Billo Frómeta, quien ya le tenía preparado el recibimiento y la noticia de la continuación de la Billo Caracas Boy’s en aquella dimensión en la que cuentan ahora con un coro de luceros fulgurantes y sonoros.

Se marchó Ely pasito a pasito, sin algarabías, con la sola preocupación de una realidad  que en sus 75 años no llegó a suponerla. Una dura situación capaz de quitar la canción e imponer el dolor. Y sin embargo, la necesidad y obligación de mantenerse en pie y andar, porque su orquesta no podía irse al silencio en ninguna de sus horas.

Esta convicción la adquiere desde aquellos tiempos en que deja su Grupo Canaima de los años sesenta para comenzar la nueva década con Billo. Y desde entonces, de julio de 1971, cuando cuenta con 24 años de su nacimiento en Barquisimeto-Lara en 1945 a este 5 de febrero fue su actuar en el cultivo del bailar y gozar con Billo. Una actuación que se seguirá ampliando  por aquí y por allá. Entre los hombres y los dioses. Las orquídeas y las espinas.

Eli estuvo casado con Emilia y con ella tuvo cinco hijos: Elibert, Eliana, Elisa, Carolina y Valentín. Y sumó 50 años en el bolero y en acercamiento pasito tun tun a otros temas.  Es el saludo a María o al Nuevo Circo y sus toreros. La otra forma de la alegría. Y todavía en el toque del 24 de diciembre pasado, en la ‘Casa Presidencial’, estuvo actuando con normalidad, pero refiriendo algunas molestias en su respiración. Y es así como lo toma la pandemia para sacarlo de esta parte del juego de la vida.

Se va así, el último bolerista de la música tropical nacida en nuestros lares y con las voces e inspiración de nuestro sentir y padecer. Y en su morral, preparado con esmero y delicadeza lleva copia de más de 120 temas grabados con la orquesta, incluyendo su participación en muchos mosaicos, esa creación de Billo que deja tanta huella.

Sí, Elio Méndez García, se nos fue hoy por los caminos definitivos pero sabemos que nunca se apartará de su sentir musical, el amor, la amistad y la entrega. Su plan no es descansar en paz sino permanecer en el cantar para ayudar en la construcción de un mundo de justicia, belleza y alegría.

Porque los Ely Méndez tienen la misión de agentes que plantean desde el gozar de los muchachos hasta el gozar de las eternidades donde ya se halla el Maestro Billo y muchos de sus alumnos construyendo el porvenir en el que el mundo tendrá que aprender a gozar y bailar, amar y adorar la vida.

Sin duda que la música marca un ritmo y el alma misma de un territorio y de su gente. Y el maestro Billo nunca cesó de encontrar a los mejores y los más decididos cantores de esos boleros que han surcado nuestras vidas desde y para siempre.

Ely fue uno de los más pródigos componentes de esa mágica orquesta que se movía en torno a la vitalidad y la dedicación de Billo y sus acompañantes. Llenó los escenarios con una voz inolvidable que seguirá resonando en el corazón de los de antes, los de ahora y los de mañana.

En nuestra humana constitución está bordada la pasión por la música que engalana nuestros días, le pone sentimiento a nuestros pesares y nos acompaña a la hora de las nostalgias y nuestras más hermosas memorias. Y es por ello que, a pesar del viaje cantor de Elí a otras dimensiones, aquí en esta tierra que lo escuchó, lo celebró, lo bailó y lo coreó, jamás se marchará.

Queda en nuestros corazones con ese sello de alegría a la que invitaba cada vez que salía al escenario a encender la fiesta  de su voz, a registrar el pesar de los pesares, y ese aluvión de ritmos de los que estamos y seguiremos inolvidablemente hechos. Saludamos al Maestro Elí y brindamos por su encuentro festivo con el otro inmenso Maestro llamado Billo, en la certeza de que lo seguimos y seguiremos escuchando hoy y siempre.

Estas son palabras pronunciadas por Vicente Paul Blanco Muñoz en homenaje a Elí Méndez6 de febrero 2021

https://embusteria.blogspot.com/2021/02/ely-mendez-se-fue-pasito-tun-tun.html

Dejamos aquí videos del sentido, amoroso y fraterno Homenaje que le rindiera la Orquesta Billos Caracas Boys a Elí Méndez, en el Cementerio del Este, a la hora que se llevó su pasito tun tun a otras dimensiones