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Petare cumple cuatros siglos #Opinión #DomingoAlbertoRangel

Petare y en general todos los conglomerados populares en las ciudades venezolanas –salvo pocas excepciones- son producto de invasiones a terrenos “de las afueras”, patrocinadas por los partidos de la democracia

Domingo Alberto Rangel

La parroquia de Petare arriba a sus 400 años y a pesar de los cambios ocurridos la celebración luce copia de cualquiera de las anteriores.

Entre cachitos y licor barato, recordando una canción de Joan Manuel Serrat, con la presencia del gobernador y del alcalde, aprovechando la vecindad del Carnaval, nuevamente se escucharon discursos manidos, de los cuales salvo por adaptaciones a los tiempos se pudiera decir que son piezas oratorias copiadas del populismo adeco y copeyano.

Mucho ditirambo se escucharon en vivo pero también en las radios y la televisión, recordando orgullosos que “Petare es el mayor barrio de Latinoamérica”.

Vaya locura como si esa colección de pobreza fuese motivo para presumir en vez de estar avergonzados.

Debo decir que Petare no es  motivo de orgullo y más bien es un desastre  cimentado durante los 40 años del puntofijismo»

Y la polarización estuvo invitada: unos señalando al gobierno como gran culpable… mientras que el oficialismo bolivariano se apegó al guión culpando a los gobernantes anteriores.

Gobiernos de los que pocos se acuerdan porque 20 años pesan aunque un tango famoso pretenda lo contrario.

A mí que me perdonen pero debo decir que Petare no es  motivo de orgullo y más bien es un desastre  cimentado durante los 40 años del puntofijismo, y engrandecido en los 20 del chavismo.

Una escena del crimen preparada para simular enfrentamiento, y los investigadores del CICPC negándose a firmar el acta porque una valiente galena forense gritaba “esto no es así”

Dos días antes del cuarto centenario de Petare, en uno de sus muchos barrios, la policía asesinó a sangre fría un joven cuyo delito era haber acompañado a otro compinche que en medio de una pelea de “champeta” asesinó al tío de uno de los policías que cual vaqueros yanquis desaforados, tomaron venganza con el primer bobo que agarraron.

Los detalles dan para escribir una novela que incluye al joven asesinado, arrodillado en medio de una redoma, con los policías ordenando armas en la mano a los vecinos “cierren las ventanas o no respondemos”, una escena del crimen preparada para simular enfrentamiento, y los investigadores del CICPC negándose a firmar el acta porque una valiente galena forense gritaba “esto no es así”.

En descargo de Petare señalo que pocos días antes, en Baruta, durante otra “champeta” que duraba los dos días del Carnaval hubo un enfrentamiento entre bandas rivales con un saldo de 4 muertos y 10 heridos.

Petare y en general todos los conglomerados populares en las ciudades venezolanas –salvo pocas excepciones- son producto de invasiones a terrenos “de las afueras”, patrocinadas por los partidos de la democracia»

Antes de volver a Petare doy fe que los barrios de Baruta no están tan densamente poblados como los de Petare a pesar de que ellos también son producto de la irresponsabilidad de concejales y alcaldes que en estos lares han permitido que invasiones que pudieron con el tiempo ser urbanismos se convirtieran en sitios inhóspitos de los que la gente si pudiera huiría.

Igualmente aclaro que esas fiestas “de champeta” donde se vende cerveza en las calles y no se deja descansar a los vecinos con el nivel del sonido ensordecedor, aparte de ser de importación colombiana y con logo del narco, están prohibidas por las ordenanzas municipales, metropolitanas y leyes nacionales.

Bien: Petare y en general todos los conglomerados populares en las ciudades venezolanas –salvo pocas excepciones- son producto de invasiones a terrenos “de las afueras”, patrocinadas por los partidos de la democracia, en tiempos en que el dueño de los terrenos permitía tan democrática invasión, “porque los gobiernos resarcían las pérdidas con préstamos nunca pagados”.

El Petare actual no tiene la culpa de que políticos de los que ya nadie recuerda sus nombres irresponsablemente permitieran que un terreno propicio para ser ocupado ‘dignamente’”

Invasiones en las que la demagogia politiquera de aquellos tiempos, a los que algunos buscando pescar en río revuelto, les dedican odas como si el objeto de tanta poesía no fuese la base del actual desastre, careció de voluntad para organizar los lotes de terreno entre las familias invasoras, y tiempo después concejales y alcaldes irresponsablemente permitieron, a cambio de votos, que donde pudo vivir dignamente una familia se metieran siete o más.

El Petare actual no tiene la culpa de que políticos de los que ya nadie recuerda sus nombres irresponsablemente permitieran que un terreno propicio para ser ocupado “dignamente”, se convirtiera en guarida de malandros que a pesar de ser una minoría, tienen acoquinada a la población decente que es la inmensa mayoría.

Uno de estos delincuentes asociado políticamente con el autojuramentado y supuesto interino se permitió retar al Presidente “a que lo fuese a buscar aquí” dando a entender que Petare para ellos no es Venezuela sino Somalia.

El dilema no es votar o no, es elegir un futuro digno o seguir con la guachafita y para ello quizás lo primero no sea lograr un CNE ‘equilibrado'»

De eso no es responsable Petare o cualquier otro sitio pero sí lo es por elegir lacras demagogas, incapaces hasta para aplicar las ordenanzas que ellos conciben.

El dilema no es votar o no, es elegir un futuro digno o seguir con la guachafita y para ello quizás lo primero no sea lograr un CNE “equilibrado”, sino un Poder Electoral apegado a la ley que salvo la cambien prohíbe militantes partidistas como rectores.

Esa sí sería una condición por la cual vale la pena luchar “hasta vencer”.

@DomingoAlbertoR

EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor y dirigente político. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.

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