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¿Elecciones o elusiones? #LetrasAlMargen #GustavoLuisCarrera

El vasto -y variopinto- sector opositor, fragmentado (realmente atomizado), titubeó ante la posibilidad inteligente de seleccionar sus candidatos, unitariamente, a través de unas primarias

Gustavo Luis Carrera                 

     Se denomina elusión el acto de eludir; o sea: evitar, evadir, con astucia (o con torpeza). Es la forma común de escapar a una respuesta: se elude una pregunta; o de rehuir tomar una medida: se elude una acción. Viene a ser la manera habitual de escabullirse, de evadirse ante la necesidad imperiosa de contestar o de actuar. En este último sentido, es evidente la participación de la elusión en las anunciadas próximas elecciones.

      ELUSIÓN OFICIAL. Felonamente, presumiendo que la oposición no las haría, el oficialismo (gobierno y partido único), instrumentó unas aparentes primarias, o consultas públicas, por votación, para escoger sus candidatos para las próximas elecciones. Entraron, entonces, en contienda los grupos dominantes en la cima oficialista. Y el resultado fue muy simple: allí donde se impuso un escogido por un sector, el perdedor (adscrito al grupo alterno en el poder) fue premiado con un ministerio o con una embajada. Y todos tranquilos; cada uno en su perspectiva de beneficio abierto a su capacidad y su inventiva para lograr provecho. Los inconformes con estas decisiones predeterminadas tuvieron que callar y asumir  (o aparentar) la aceptación, a riesgo, sino, de expulsión de la filas del partido privilegiado. Es decir: se impuso el acto elusivo por encima de la esencia electoral.

      ELUSÓN OPOSITORA. De su parte el vasto -y variopinto- sector opositor, fragmentado (realmente atomizado), titubeó ante la posibilidad inteligente de seleccionar sus candidatos, unitariamente, a través de  unas primarias; y no tomó posición al respecto. Es decir, eludiendo la única vía sensata, indiscutible, para dicha escogencia. En vez de permitir que toda la multitud de aspirantes -que estaban en libertad de serlo- inscribieran sus candidaturas, y luego someterlas a un proceso de primarias selectivas, con el compromiso de apoyar colectivamente a quien resultase favorecido por la consulta pública regional, decidieron imponer candidaturas resultantes de un primitivo y grotesco reparto por partidos dominantes. Es decir, un forjamiento de candidaturas partidistas, divisionistas y propensas a una derrota anunciada frente al contrincante unívoco oficial. Así, la oposición cumplió, de su lado, con el papel elusivo frente a la sensatez electoral.

      EVASIÓN COLECTIVA. La conclusión se va haciendo evidente. Sobre todo si se piensa en lo que deberían ser unas elecciones libres, universales y transparentes. En los próximos comicios participarán quienes se vean representados o con perspectivas de serlo, a través de candidatos decididos por mandato autocrático. Y es el panorama general; honestamente evaluado: una evasión colectiva. El gobierno se representa a sí mismo, y punto; sin tener que dar cuentas a nadie (no hay organismo contralor y la opinión inconforme es una ficción); confiando en su capacidad para presionar y trasladar votantes, como ha hecho antes, con evidente éxito. Su elusión con respecto a lo que deberían ser unas justas y confiables elecciones es ostensible. De su lado, la oposición juega temerariamente a la multiplicidad candidatural, sin esforzarse, realmente en lograr una auténtica unidad. (Los diversos candidatos opositores declaran públicamente: «Estoy de acuerdo con la unidad, mientras el candidato sea yo; que soy el mejor»). Entonces, las cosas puestas en este nivel primario de lo que debía ser, y no es; de lo que corresponde hacer, y no se hizo; de lo que debía cumplirse  de acuerdo a  la lógica y a la inteligencia de los electores, y no se cumplió; evidencian lo señalado: la elusión es el índice identificador de un proceso electoral donde la dispersión hará más daño a la oposición que la abstención. La elusión desempeña su papel destructivo, para responsabilidad histórica de sus promotores.     

       VÁLVULA: «Eludir verdaderas primarias -libres y no manipuladas- en la selección de candidatos, es práctica acostumbrada en el sector oficial, dominado por un partido. No cumplir el sensato procedimiento de las primarias en la determinación de las candidaturas, de parte de la oposición, es un flagrante error funcional, de pésima impresión pública. Así, no es exagerado decir que las próximas elecciones -basadas en escogencias impositivas y no consensuadas- no pasan de ser evidentes y fatales elusiones».                                                                                                         glcarrerad@gmail.com

EL AUTOR es doctor en Letras y profesor titular jubilado de la Universidad Central de Venezuela, donde fue director y uno de los fundadores del Instituto de Investigaciones Literarias. Fue rector de la Universidad Nacional Abierta y desde 1998 es Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua. Entre sus distinciones como narrador, ensayista y crítico literario se destacan los premios del Concurso Anual de Cuentos de El Nacional (1963, 1968 y 1973); Premio Municipal de Prosa (1971) por La novela del petróleo en Venezuela; Premio Municipal de Narrativa (1978 y 1994) por Viaje inverso y Salomón, respectivamente; y Premio de Ensayo de la XI Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre (1995) por El signo secreto: para una poética de José Antonio Ramos Sucre. Nació en Cumaná, en 1933.

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