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¿Un 19 de Abril militar? #Opinión #JesúsPetitDaCosta

En Venezuela no se ha impuesto “una dictadura del proletariado” ni tampoco “una dictadura del partido comunista” (PSUV), sino una “dictadura del generalato”

Jesús Antonio Petit Da Costa

1.- Estamos bajo un comunismo atípico que los marxistas-leninistas ortodoxos llamarían “desviación cubana.” Aquí no se ha instaurado la “dictadura del proletariado” o de los trabajadores ajustada a la ortodoxia marxista. Tampoco la “dictadura de la burocracia del partido único” como se la practicó en la URSS y sus satélites y existe ahora en China, en las que esa burocracia es la clase dominante a la cual están subordinados los militares como su brazo armado (Ejército Rojo).

2.- Aquí existe un comunismo a la cubana, en el cual la clase dominante está integrada por los 2.000 generales que detentan el poder político y, al mismo tiempo, el poder económico apropiándose de los medios de producción: petróleo, minas, industrias, comercio y hasta casinos y bodegones. Son los dueños de Venezuela, sin haber invertido un centavo (como sí ocurre con la burguesía en el capitalismo) y sin producir plusvalía como fuerza de trabajo (como sí lo hacen los trabajadores o proletariado, prometidos beneficiarios del comunismo).

3.- El “castro-comunismo”, desviación teórico-práctica del marxismo-leninismo, ha asumido en Venezuela el modelo político de una “dictadura del generalato”, que no “una dictadura del proletariado” ni tampoco “una dictadura del partido comunista” (PSUV).  Y el “generalato” es apenas la cúpula de la FANB, los 2.000 generales, una minoría ínfima comparada con los 100.000 efectivos. Proporcionalmente se plantea en el seno de la FANB la misma relación que en el capitalismo: entre una minoría capitalista rica y la inmensa mayoría de trabajadores que vive de un salario.

4.- Pero hay una particularidad insólita en la “dictadura del generalato”: Venezuela es un Protectorado de Cuba. Significa que el poder real lo tiene Cuba, determinante para ascensos y negocios, siendo Maduro su representante que preside un gobierno títere. Esta realidad incide en el “generalato.”

5.- Al ser Venezuela un Protectorado de Cuba encontramos una estructura socio-política semejante a la que hubo cuando Venezuela fue colonia de España. Maduro ocupa el lugar de Emparam y el “generalato” el lugar de los criollos o “grandes cacaos” que eran la clase dominante de la época. Los generales son, pues, los “grandes cacaos” del castro-comunismo en Venezuela.

6.- En el generalato de la etapa semi-colonial que padecemos debe haber, como lo hubo entre los “grandes cacaos” del pasado colonial, diferencias muy marcadas entre ellos y con Cuba y, aún más, con el entorno social, diferencias y contradicciones que aflorarán llegadas las circunstancias.

7.- En 1810-1811 se dieron las circunstancias por la ocupación de España por Francia. En 2022 pudieran darse por la invasión de Rusia a Ucrania con efectos en América al alinearse Maduro con Rusia.

8.- Quedan sin duda generales patriotas y honestos. Son pocos, pero los hay. Lo prueba el número de altos oficiales que son presos políticos.

9.- Jugará también en su momento el resentimiento por la discriminación en los ascensos y en los negocios.  Recordemos la repercusión que tuvo la Guipuzcoana.

10.- Y los amantes del dinero, conscientes de que esta situación no se prolongará para siempre, han visto lo bien que le ha ido a los que han negociado a tiempo con Estados Unidos. Mejor le irá a quien de ñapa cobre las recompensas.

Una vez Truman dijo: “Nadie se imagina las grandes acciones que se han hecho por motivos nada nobles.” Una verdad que prueba la historia. Por este motivo nunca he descartado un 19 de abril militar, ni siquiera viendo la conducta de este generalato. Y menos lo descarto ahora después de lo sucedido con Alex Saab, que genera desconfianza total, ya que todos sienten en el cogote la respiración del enemigo. Pero tampoco lo doy por seguro porque no hay un movimiento político con la estrategia dirigida a este objetivo en lo militar.  Lo considero improbable pero no imposible. “Cosa veredes, Sancho, que harán fablar las piedras.”

petitdacosta@gmail.com  

EL AUTOR es abogado y magistrado jubilado. Profesor en la Universidad Central de Venezuela 1966-1996 en derecho mercantil y derecho laboral. Exprocurador general de la República. Expresidente de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela

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