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Tácticas chavistas para la guerra psicológica y la represión

Están combinando las técnicas más refinadas de propaganda nazista y fascista para neutralizar a todos aquellos venezolanos percibidos como adversarios o simplemente indiferentes a su causa.

Humberto González Briceño

            El régimen chavista está empleando eficientes y perversas tácticas de propaganda y de guerra psicológica para avanzar en su propósito de atornillarse en el poder. A pesar de que esto ocurre las 24 horas del día los analistas, influencers y operadores políticos presuntamente alineados con la oposición no parecen reparar en ello y por el contrario hacen el papel de tontos útiles al servicio de las campañas mediáticas diseñadas por el G2 cubano y ejecutadas por los agentes del régimen.

            El ya desaparecido dirigente del chavismo Carlos Lanz Rodríguez, asesinado en extrañas circunstancias, durante varios años escribió artículos denunciando y explicando lo que desde su punto de vista sería la implementación de estrategias de guerra psicológica por parte del gobierno de los Estados Unidos contra el régimen chavista. A pesar de lo bien documentado de sus análisis Lanz nunca aportó pistas o pruebas de que los EEUU estarían utilizando a Venezuela como un teatro de operaciones para probar sus técnicas de guerra psicológica.

            Sin embargo, un minucioso examen de los escritos de Lanz sobre este tema, que se pueden encontrar en el portal Aporrea.org, permite encontrar similitudes en las técnicas denunciadas y las que hoy usa el régimen chavista para enfrentar a sus adversarios y someter por la fuerza a la población civil desarmada. Es como si alguien en el alto mando del régimen se hubiera dado a la tarea de recopilar estos artículos y organizarlos en forma de manual para servir de guía para los órganos represivos del Estado chavista.

            El objetivo fundamental de estas tácticas de guerra psicológica es desmovilizar y fracturar al adversario sujeto del ataque. Pero al mismo tiempo estas tácticas buscan mantener cohesionadas las fuerzas propias. Pero en ambos casos esto no se podría lograr apelando a un discurso o unos mensajes que respeten escrupulosamente la realidad o que sean tolerantes con el adversario.

            La piedra angular de estas tácticas de guerra psicológica que hoy emplea el chavismo en contra de los venezolanos es la mentira y la falsificación de la realidad. De esta forma se procede a negar verdades hasta hoy aceptadas por su valor histórico pero que ahora hay que destruir para imponer una nueva versión de la historia y de los hechos sin mayor sustentación que el enunciado mismo de la mentira.

            Así como el chavismo asegura que ganó las elecciones del 28 de julio, sin ser cierto, con el mismo desparpajo dice que en el caracazo fueron asesinadas más de 40 mil personas y que el río Guaire quedó teñido de rojo, abarrotado de cadáveres. Este tipo de invenciones es endosada a todo aquel que se oponga al chavismo para luego proceder a acusarle de ser peor que Hitler y Mussolini.

            Las redes sociales hoy están plagadas de millones de mensajes que contienen mentiras, falacias y tergiversaciones de la realidad que favorecen el discurso del régimen y que son eufemísticamente calificadas como posverdad. Esto mensajes tratan de satanizar a quienes se oponen al chavismo sin importar su rango o relevancia etiquetándolos como agentes de la extrema derecha, pero como la velocidad de las redes sociales no permite explicar o aclarar esta noción esas palabras pueden ser llenadas con cualquier significado tales como asesino, fascista, enemigo de la humanidad o simplemente un elemento sub humano cuya eliminación estaría plenamente justificada.

            El chavismo está combinando lo mejor, o lo peor, de las estrategias de guerra psicológica de los norteamericanos con las técnicas más refinadas de propaganda nazista y fascista para neutralizar por razones políticas a todos aquellos venezolanos percibidos como adversarios o simplemente indiferentes a su causa.

            El desarrollo de estas técnicas para el control social reconoce dos momentos claramente definidos. El primero es lo que podríamos denominar el linchamiento moral. En esta fase la propaganda trata de satanizar al adversario para presentarlo como un ser despreciable, un apátrida, que no merece el reconocimiento de sus derechos. La intensidad y la profusa repetición de estos mensajes buscan crear una actitud psicológica permisiva a otro tipo de ataque ya no de tipo psicológico sino físico.

            El segundo momento de este patrón es el linchamiento físico. Una vez que se ha logrado imponer en el grupo la idea de que la persona o las personas objeto del ataque son despreciables y desechables entonces se procede a su desaparición forzada, sin mayores requisitos legales, en operativos que pueden conducir a su tortura o asesinato. Pero como ya el linchamiento moral ha logrado su objetivo la agresión física, que bien podría ser calificada como terrorismo de Estado, en este caso es presentada como plenamente necesaria y justificada por los más altos intereses de la patria.

            Por eso el régimen chavista se jacta de tener más de 2 mil venezolanos desaparecidos los cuales son acusados de ser traidores a la patria cuando en realidad son adversarios y oponentes del PSUV. La confesión de tener en sus mazmorras esta cantidad de detenidos debería producir rabia e indignación, pero en realidad lo que hay es miedo, mucho miedo frente a un Estado que es capaz de asesinar inocentes para seguir en el poder.

            El miedo no es una reacción con balance negativo si este conduce a la preservación de la vida. Pero el miedo que se respira en Venezuela es de otro tipo. Es un miedo que lleva a la desmoralización y a la paralización ante la ausencia de estrategias concretas para la autodefensa y quizás lo más grave para el contraataque.

            El chavismo parece seguir con férrea disciplina el manual para la guerra psicológica y la represión. Su contraparte luce errática, sin plan, ni estrategia. Mientras esto siga así cada nuevo intento para sacar al chavismo del poder será más doloroso y letal que el anterior.

 @humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con maestría en Negociación y Conflicto en California State University.

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