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La jugada de Víctor Álvarez

Por Enrique Meléndez

El investigador del Centro Internacional Miranda y Premio Nacional de Ciencia 2013 ha analizado la situación económica venezolana. No cree que el país viva “una crisis de gran envergadura” y entiende que la solución está al alcance del gobierno: basta con la unificación cambiaria y con sincerar el precio de la gasolina para corregir “la totalidad del déficit fiscal y los desequilibrios monetarios”. También asoma que es necesario “llegar a un entendimiento nacional con miras a un gobierno de unidad”.


El economista Víctor Álvarez no es de los que admite que estamos ante una crisis económica de gran envergadura, pero sí habla de la existencia de una gama de problemas: inflación, desabastecimiento, escasez, caída de la producción, acaparamiento y especulación que, a su juicio, han generado un clima de mucho malestar.

“Estoy convencido de que el gobierno tiene al alcance de la mano la posibilidad de tomar un conjunto de medidas que le permitirían corregir en el corto plazo buena parte de las distorsiones cambiarias, fiscales, monetarias y de precios que están provocando esta situación”, indica el también investigador del Centro Internacional Miranda y Premio Nacional de Ciencia 2013.

¿Estamos ante una crisis económica? ¿Está de acuerdo con el economista Felipe Pérez Martí, quien considera que es fácil salir de la misma?
— Más que una crisis económica de gran envergadura, el país a lo largo de este 2014 ha venido sufriendo una gama de problemas que se expresan en una ascendente inflación que aunada al desabastecimiento, la escasez, caída de la producción, acaparamiento y especulación, ha generado un clima de mucho malestar para la inmensa mayoría de la población.
Ahora, esos problemas se deben sobre todo a errores de política económica o a decisiones que están al alance de la mano pero que, lamentablemente, se han postergado una y otra vez agravando la problemática antes descrita. Estoy convencido de que el gobierno tiene al alcance de la mano la posibilidad de tomar un conjunto de medidas que le permitirían corregir en el corto plazo buena parte de las distorsiones cambiarias, fiscales, monetarias y de precios que están provocando esta situación.
El gobierno las tiene fácil, y esto porque posee esas medidas al alcance de las manos y no tendría que negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni con el Banco Mundial para agenciar recursos que le permitan corregir y superar la situación.

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“Hemos perdido espacio en los mercados internacionales”

Como ex presidente de la CVG, ¿usted avala esa información que señala que esta corporación está quebrada?
— Desde que yo estuve en la CVG, ya hace varios años atrás, le plantee al presidente Chávez que ese modelo de industrialización básica estaba agotado. Este es un modelo que ya tiene 40 años en marcha, y se hizo sobre la base de aquel viejo principio de las ventajas comparativas, donde los países tenían que insertarse en la economía global a partir del aprovechamiento de sus recursos.
Ese modelo de industrialización básica se montó sobre la base de explotar y de aprovechar las ventajas comparativas que Venezuela tenía en materia de potencial hidroeléctrico, en materia de abundancia de minerales y de una fuerza de trabajo barata. Eso fue lo que justificó que se desarrollara toda la industria siderúrgica, del aluminio, de la madera.
Hoy eso ha cambiado muchísimo. La revolución tecnológica ha hecho que aquel modelo, basado en el uso intensivo de energía, de materias primas y de fuerza abundante y barata, haya sido sustituido por un nuevo modelo, cada vez más intensivo en información y en conocimiento científico y tecnológico. Nosotros nos hemos retrasado, en ese sentido, y por eso hemos perdido espacio en los mercados internacionales.
A esto se agrega que, por las condiciones económicas del país, estas empresas han tenido que absorber a mucha gente y sus nóminas están sobresaturadas y no pueden ya ser cubiertas por los ingresos que tienen estas empresas. De modo que esto es lo que ha agravado la situación económica y financiera de esas empresas.

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Sin embargo, por la propia caída de los precios del petróleo y por la situación del déficit fiscal, hay algunos economistas que le recomendarían al gobierno acudir al FMI. ¿Qué piensa usted?
— No es necesario si el gobierno resuelve la distorsión fundamental que genera un régimen de cambio múltiple, donde la enorme brecha entre los extremos (dólar Cencoex a 6,30 y el paralelo que ya va por 127 bolívares) se convierte en un incentivo para la especulación, para la corrupción y la fuga de divisas.
Significa un enorme sacrificio fiscal, toda vez que el Estado venezolano es el principal perceptor del ingreso en divisas del país. De cada cien dólares que entran a Venezuela, 96 los pone el petróleo que pertenece al Estado, y es el Estado el que percibe esas divisas, y es el Estado el que vende la mayoría de esas divisas a un precio muy bajo, en comparación con lo que debería ser el tipo de cambio de equilibrio, o en comparación con lo que debería ser una tasa de cambio que refleje la verdadera productividad de la agricultura y de la industria.
El gobierno tiene allí en la unificación del régimen de cambio múltiple la posibilidad real de corregir buena parte del déficit fiscal en esa sola medida. Tiene la posibilidad real de erradicar el hecho de imprimir dinero sin respaldo, dinero sin soporte en la producción de bienes y servicios para financiar el déficit fiscal y en esa sola medida, de unificar la tasa de cambio a un nivel, se desalienta esa demanda artificial de divisas, porque a 6,30 todo el mundo quiere dólares para venderlos luego en el Sicad II o en el paralelo. Esa es la evidencia de que el gobierno puede generar un importante volumen de recursos sin tener que ir al FMI.

Cuando usted habla de unificación cambiaria, ¿eso podría traducirse como un desmantelamiento del control de cambio?
— No necesariamente. En una primera etapa, mientras se recuperan los precios del petróleo, mientras se recupera un nivel adecuado de divisas, las reservas de las que dispone el país pudieran predestinarse a los rubros prioritarios, con tal que se asegure la cobertura holgada de las necesidades básicas y esenciales de la población y del aparato productivo.
Lo que sí es que hay que ir pensando en flexibilizar ese rígido control de cambio que hace una década tuvo su sentido, tuvo sus razones, pero que hoy en día luce totalmente agotado. Los objetivos para los cuales inicialmente se justificó el control de cambio, que fue el de proteger las reservas internacionales ante la fuga que en ese momento había, las necesidades de proteger el poder de compra de la moneda nacional y el anclaje cambiario que se utilizó para contener las presiones inflacionarias, dejando un dólar congelado, y por esa vía abaratar las importaciones, o sea, ninguno de esos objetivos se cumplen hoy en día con motivo de la permanencia del control de cambio.
De hecho, las reservas internacionales están en un nivel muy crítico; la fuga de divisas no se detiene. Hay estimaciones oficiales que revelan que hay depósitos de origen venezolano que superan los 160 mil millones de dólares en la banca internacional, y el dólar barato de 6,30, que se le otorga a la mayoría de los agentes económicos para que importe los bienes esenciales, no termina de reflejarse en el precio de venta al público que pagan los trabajadores o los consumidores.
El precio de venta al público no se está calculando ya ni siquiera a 12, sino a 50 o 100 bolívares por dólar, de modo tal que no tiene ningún sentido seguir alimentando grandes sumas de ganancia a especuladores, a quienes se les da un dólar barato para que fijen un precio de venta al público y, sin embargo, ante la expectativa de que tarde o temprano van a ser migrados a Sicad I o a Sicad II, se anticipan a esa decisión y fijan el precio de venta al público a una tasa de cambio mayor.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″]“Esta caída de los precios del petróleo va a permitir reordenar y reorganizar el manejo de las finanzas públicas con mucha más sensatez”[/quote]

¿Está preparada Venezuela, como dicen los voceros oficiales, para una caída del barril de petróleo a 40 dólares?
— Es una exageración que el barril de petróleo pueda llegar a esos niveles, porque en la lógica del mercado petrolero internacional también esa caída y ese descenso tiene un piso. Por debajo de los 70 dólares el barril en los desarrollos de los nuevos petróleos de esquistos no sería rentables. La propia estrategia de los EEUU de hacerse en el mediano plazo autosuficiente, en lo que es la producción y el consumo de petróleo, se vería completamente trastocada y comprometida. La dinámica de los precios del petróleo también tiene un piso, del cual difícilmente descenderán.
El presupuesto del año 2015 fue calculado sobre la base de un precio de 60 dólares el barril, que resulta un escenario muy conservador, porque a final de cuentas era la manera como el gobierno podía activar un presupuesto paralelo; a medida que los precios del crudo subieran de ese tope se podría nutrir Fonden.
Recordemos que el Fonden se nutre de las reservas excedentarias que ya no las hay, pues estamos en un nivel crítico de reservas internacionales. El Fonden se nutría de las ganancias exorbitantes, por encima de los 80 dólares el barril. Ya el escenario va a ser por debajo de esa referencia y, en todo caso, por encima de 60.
De modo tal que nosotros estamos en una situación que permitiría retomar la sana práctica de formular un solo presupuesto, bien elaborado, con variables realmente creíbles, que se cumplan, efectivamente, en el curso de año siguiente, toda vez que el ejercicio de la formulación y ejecución del presupuesto también se ha desdibujado muchísimo y ha perdido mucha credibilidad, porque los supuestos en los que se asientan nunca se cumplen.
Siempre se subestima el precio del barril de petróleo, siempre se sobrestima la meta de crecimiento del PIB, siempre se subestima el nivel de inflación, que son variables claves. Esta caída de los precios del petróleo va a permitir reordenar y reorganizar el manejo de las finanzas públicas con mucha más sensatez, eliminando esa práctica del presupuesto paralelo que ya luce agotado, y ya no cuenta el torrente de recursos que antes permitían los altos precios del petróleo.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″]“He venido cuestionándole a la oposición su incoherencia en las exigencias que le hace al gobierno en materia de política económica”[/quote]

¿Todavía sigue considerando que debería conformarse una cohabitación entre gobierno y oposición, sin los extremos, a los fines de plantearse un plan de ajuste económico? ¿Por qué no es acogida su tesis?
— Mira, yo he venido cuestionándole a la oposición, criticándole, su incoherencia en las demandas, en las exigencias que le hace al gobierno en materia de política económica. Destacados voceros de la oposición, hace meses apenas, planteaban la necesidad de sincerar la tasa de cambio, toda vez que la tasa del Cencoex de 6,30 estimulaba un alud de importaciones que estaban castigando a la agricultura y a la industria nacional, que no podía sobrevivir con ese deslave de importaciones baratas. Y exigían al gobierno sincerar la situación cambiaria.
Importantes voceros de la oposición también venían reclamando sincerar el precio de la gasolina, al considerarla la causa del derroche, a propósito de un subsidio al combustible que no favorece a los pobres que no tienen carro, que nunca van a una bomba de gasolina a llenar un tanque, sino que, sobre todo, favorece al que tiene vehículo, que va semanalmente a una bomba de gasolina y recibe dicho subsidio cada vez que llena el tanque de sesenta dólares, que si lo multiplicamos por 52 semanas que tiene el año, por cada vehículo se reciben 3 mil 120 dólares de subsidios que quien los debería recibir es el que está en una parada, esperando que llegue el autobús.
Si uno multiplica esos 3 mil 120 dólares por cuatro millones de vehículos que circulan en el territorio nacional, estamos hablando de un costo de oportunidades que se dejan de percibir de más de 12 mil millones de dólares.
Asimismo, la oposición le ha exigido al gobierno revisar la Ley de Precios Justos, revisar los precios controlados, porque muchos de esos precios se han quedado rezagados, incluso, por debajo de los costos de producción. O sea, con esos precios el productor no puede recuperar sus costos.
Pero una vez que el gobierno se dispone a unificar los distintos tipos de cambio, una vez que el gobierno ha dicho que va a convocar un debate para sincerar el precio de la gasolina o de los precios, en su conjunto, para actualizarlos y adecuarlos, entonces inmediatamente reacciona dando un bandazo de 180 grados y diciendo que el gobierno está preparando un paquetazo rojo, llamado a empobrecer más a la población.
De manera que un gobierno que ha mostrado muchas inseguridades, entonces termina cayendo en ese chantaje, termina siendo manipulado por ese discurso incoherente, contradictorio e insensato de la población y no termina entonces de tomar unas medidas que son absolutamente necesarias y que el país, a través de una campaña divulgativa y educativa, estaría en condiciones de entenderla y darle un amplio respaldo.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″]“He venido cuestionándole a la oposición su incoherencia en las exigencias que le hace al gobierno en materia de política económica”[/quote]

Porque en todo caso serían medidas que favorecerían a la población, y que sería falso que serían para empobrecer a la gente. En ese sentido, he venido planteando la necesidad de llegar a un entendimiento nacional con miras a un gobierno de unidad nacional, que debe convocar a otras fuerzas políticas que están llamadas a respaldar a estas medidas, y los primeros a ser convocados son los demás factores del Gran Polo Patriótico, que han sido hasta ahora excluidos del gobierno.
E incluso, llamar a los factores que forman parte de la MUD que tienen vocación democrática, y que no están apostando a una salida violenta o anticonstitucional, para que contribuyan a crear las condiciones necesarias para que el gobierno termine de tomar estas medidas.

¿Cuáles serían en concreto esas medidas para salir de esta crisis?
— Unificación cambiaria, sinceración del precio de la gasolina. Ya con esas dos medidas estaría corrigiendo la totalidad del déficit fiscal, como de los desequilibrios monetarios.