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EDITORIAL: Habla el Presidente, no le crea

Tome nota y contraste las palabras con los hechos y notará un catálogo de mentiras

Dijo que a Chávez lo iban a embalsamar, que iba a contar las papeletas, que Capriles era un asesino y luego se sentó con él. También habló de guerra contra la corrupción y que atraparía a los peces gordos, dijo que había un golpe en marcha, luego que no, y otra vez que sí.

Se refirió a la guerra económica y habló de acaparadores, dijo que solucionaría la situación y mandó a vaciar los anaqueles para luego recular. Los anaqueles han permanecido vacíos desde entonces. Habló de diálogo y luego despotricó. Dijo que a Spear le habían asesinado sicarios, y fue el hampa común.

Acusó a Uribe a la ligera de estar tras el asesinato del periodista Jhonny González. Habla de la oligarquía, despotrica de ella, y le da recursos mil millonarios. Dice y dice que tiene pruebas de un golpe y nada que termina, aunque sea, de desmontarlo, promete que enrumbará la economía y el gabinete es el mismo que causó el desastre, juró que el dólar se mantendría a 6,30 y nadie puede conseguir uno a ese precio; tal vez si usted corre con suerte le asignen divisas a tasa Sicad II, casi ocho veces más caro.

Prometió que la lista de las empresas que desfalcaron al país sería pública y aún hoy nada. Dio su palabra y dijo que quería paz, pero el diálogo sin resultados lo delatan. Se ha hecho llamar presidente obrero y aumenta el pasaje 40%, los alimentos, subirá la tarifa eléctrica y apenas decreta un incremento de 30% del salario mínimo y las pensiones, una tontería en un país con una inflación de casi el 60%. Dice que hace la revolución y, ya usted ve, no.