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Saxo Bank: Venezuela está tan mal que su PIB es 2% menor al de 1970

Venezuela atraviesa problemas económicos severos, según el portal investing.com. En 2014 la producción interna caerá 2% y la inflación cerrará sobre 62,2%.

En un informe de Saxo Bank, un banco europeo especializado en comercio internacional, publicado en la web investing.com se explica que dado a que la exportación petrolera abarca más del 50% del producto interno bruto, no es una sorpresa que los mercados se mantengan en vilo sobre el país, cuya economía se ha visto severamente distorsionada a causa de experimentos de un socialismo basado en el control total del estado.

La retórica de la extrema izquierda de los últimos años del mandato de Chávez y del gobierno de su sucesor, Nicolás Maduro, apenas chirriaba cuando el barril de petróleo estaba sobre los cien dólares. Sin embargo, el nivel actual de los precios del petróleo son sólo el 48% de lo que el país necesita si quiere equilibrar sus balances este año, destaca el mismo documento.

Desde que comenzó la de los precios del petróleo en junio, el gobierno no ha logrado dar con las medidas económicas apropiadas, ya que hace frente a las dificultades que enfrenta la industria venezolana, producto de las distorsiones macroeconómicas de las que padece la economía venezolana.

La escasez de alimentos básicos en Venezuela ha llevado el hacer mercado o la compra a convertirse en un asunto de tener éxito, por encontrar lo que se busca, o fracasar en el intento tras muchas horas de cola.

«El nivel de inflación e incertidumbre de si las facturas podrán ser canceladas ha engomado la cadena de suministro, creando cuellos de botella que limitan la actividad comercial, y reducen aún más los ingresos de dinero al fisco», señala.

El resultado es que los recursos producto de la recaudación fiscal se estiran, por lo que «el país está cerca de ese punto de quiebre, en el que se avizora el default económico», muestra el documento. La rentabilidad de la deuda estatal de dos años se ha acelerado a partir de 9,234% en junio de este año, a unos sorprendentes 29,822% el viernes pasado.

El flujo limitado ha causado pánico -con razón- a los mercados. Venezuela debe cumplir con 28000 millones dólares de deuda en los próximos dos años. Mientras tanto, los pasivos siguen subiendo, en un momento en el que las reservas de divisas se redujeron a $ 20.5 mil millones en octubre de 2014, frente 21,3 mil millones dólares que había en septiembre de 2014. Se trata del nivel más bajo de divisas desde agosto de 2004, cuando eran $ 20.7 mil millones.

La escasez de alimentos básicos como carne, leche, jabón y papel higiénico se han convertido en una característica crónica de la vida cotidiana en este país, poseedor de la mayores reservas de crudo del mundo. La escasez afecta tanto a los pobres como a los ricos, informa el reporte de Saxo Bank.

Las dificultades habían estado burbujeando bajo la superficie desde hace algunos años, pero estaban enmascaradas cosméticamente por los altos ingresos del petróleo. Las expropiaciones de ciertas empresas y la importación de bienes y servicios ha dado lugar a la falta de competencia y de incentivos. Lo que ha ocasionado que la productividad disminuya, y que se haya recurrido a un mayor número de importaciones para cubrir el déficit.

Como el sistema de gobierno venezolano ha centralizado todo el control y tiene altos niveles de corrupción, empresarios allegados a funcionarios del Ejecutivo y algunos partidos aliados han logrado el acceso a dólares a 6,3 bolívares fuertes por un dólar, que luego venden en el mercado negro a una tasa cercana a los 100 bolívares por dólar.

Esto ha creado un aumento en la demanda de dólares y ha puesto mayor presión a la baja de las reservas internacionales como en el Banco Central de Venezuela, que ha luchado para evitar la fuga de divisas. En pocas palabras, Venezuela está siendo exprimida, lo demuestran la caída de las reserva y de las exportaciones.

La opinión de expertos

Vale la pena escuchar a los economistas de Harvard, Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart. El 16 de octubre, afirmaron que Venezuela ha sido manejada tan mal económicamente, que el Producto Interno Bruto per cápita es hoy 2% menor al de 1970, a pesar de haber pasado por una bonanza petrolera en la que los ingresos son 1000% mayores a los de esa época, dice el mismo documento.

Las agencias de calificación de todo el mundo dan evaluaciones negativas a la deuda nacional. Se pueden citar las calificaciones Caa1 que ha dado Moody’s, la CCC+ (riesgos sustanciales) que dio Standard & Poors y la B (muy especulativa), que le diera Fitch.

Al analizar con más profundidad el balance de cuentas nacional, se puede establecer que Chávez y Maduro han acumulado facturas pendientes de pago por 3,5 mil millones de dólares en productos farmacéuticos, 2 mil millones para la comida, y casi 4 millones adeudan a las compañías aéreas.

Venezuela acumula varios incumplimientos de deuda nacionales y, teniendo en cuenta que la economía está en una espiral negativa, es altamente probable un default y quizás una situación similar a la que atraviesa Argentina con los fondos buitres.

Recientemente Maduro ha fustigado a la agencia de noticias Reuters por atreverse a publicar artículos que criticaban a los problemas económicos de Venezuela. Sin embargo, no puede ignorar que se ha convertido en moda que los productos de primera necesidad se vendan en el mercado negro a precios muy superiores a los que el gobierno ha fijado como justos.

Los precios de los productos son tan bajos que las empresas y los productores no pueden obtener un beneficio. Esto significa que los agricultores cultivan menos alimentos, los fabricantes recortaron la producción y las tiendas tienen inventarios reducidos.

Los consumidores recurren más a menudo a la buhonería para conseguir los productos. Muchos consumidores están dispuestos a pagar lo que sea por los productos básicos, lo que implica la creación de otro agujero en la red de recaudación de ingresos del estado.

Maduro puede atacar a los Estados Unidos a y otros países latinoamericanos, como Colombia para librar una guerra económica en Venezuela. Sin embargo, el patriotismo es siempre el último refugio del sinvergüenza.