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La guerra económica existe

La ausencia de agua mineral en los comercios es un ejemplo del sabotaje empresarial y desestabilizador monopólico.


Julián Rivas

Los opositores abordan la guerra económica como un asunto irreal, supuesto, incluso como una excusa del gobierno ante las colas. “La guerra económica según el gobierno”, alegan en sus noticieros, irresponsablemente, increíble. ¡Qué infelices estos opositores! Por eso es que la oposición va a ser derrotada ineluctablemente en las elecciones parlamentarias. El pueblo les pasará la factura completica.

Los economistas perrorabiosos en Venezuela son caraduras. Desde Emeterio Gómez hasta los más recientes, llámese José Guerra o García Banchs, fallan y luego no se excusan. Si los aprendices de brujo, que son los economistas burgueses, como decía Galbraith, fueran regidos por los códigos de los médicos, ya los economistas farsantes habrían sido enjuiciados por malas predicciones.

El otro día Guerra señaló que el economista Marrero fue un estudiante de 10 puntos. Guerra se graduó con 12 puntos, según afirman en la UCV. De la mano de Douglas Bravo pasó a las del sionismo internacional, caprilistas. Le creció la familia, justificaría Galbraith. Quiere ser diputado por Valle-Coche. Va a ganar el día de San Gatán.

El capitalismo es como una religión. Existen cosas inexplicables para los economistas burgueses y todos los apologetas del capital. Cuestión de fe podría decirse. Por eso es que se despliega la guerra económica y los economistas, los columnistas y articulistas burgueses son tan osados, o arrastrados, que dicen que eso no existe.

En la economía venezolana y latinoamericana en general predominan los monopolios. Les voy a poner un ejemplo de las perversiones que por mucho tiempo son vistas  como naturales en la economía. Venezuela es el sexto o séptimo país del mundo en recursos hídricos, especialmente el agua dulce. Entonces, ¿cómo es posible que hoy en los anaqueles de panaderías de Venezuela no se consiga agua mineral, o en todo caso agua tratada para consumo humano?

Aquí es donde la puerca tuerce el rabo. El mundo real es distinto al mundo ideal con que los economistas burgueses quieren seguir engañando a la humanidad. Hay que desenmascararlos para la emancipación.

Recuerdo a Patarata, un portugués que llegó en los años 70 al estado Apure. Es el padre del famoso pan de Achaguas. Murió hace poco. Fuimos amigos. Un amigo común le decía que estaba preocupado. Cuarenta años en Venezuela, no había aprendido español y se le había olvidado el portugués. Él con su gorra del Ché Guevara y el negocio lleno de montones de billetes por causa del pan.

“Vamos a montar una planta de agua mineral en Guachara, asociémonos”, decía Patarata. “Pero, Patarata, tú te has enriquecido con el pan”, ripostaba el amigo. “No, el agua es mejor negocio”, sostenía Patarata. “Bueno, por el agua hoy se hacen guerras en el mundo”, comentaba el amigo.

Lo cuento por lo que veo hoy. Hasta con el agua hay guerra económica. ¿Cuál es la excusa para que no haya agua en los comercios? Agua abunda en Apure. ¿Ustedes se imaginan que no se ofrezca gasolina en Venezuela, que la produce el Estado? Fin de mundo. Pero, ¿qué alegan los monopolios de la Polar y Coca Cola para explicar por qué no hay agua en los anaqueles de los comercios?

Este es el capitalismo y la clase de burguesía parasitaria que abunda en América Latina, muy articulada al capital transnacional gringo. Coca Cola Femsa, amarrada al ex presidente Fox, está entre las corporaciones que puja para que en México se privatice el agua. Este es el capitalismo monopolista. No hay otro. Y es el mismo modelo que promueve la oposición venezolana, uribista y progringa.

Mi sugerencia es que el agua en Venezuela sea comercializada  por el propio pueblo. Esta tierra de gracia corresponde a las mayorías populares. Es una buena manera de sacar de pobres a muchos compatriotas, de dar poder a las comunidades.

Recuerdo el agua de los lados de Caripito, en la vía hacia Casanay. El agua de La Pepita, qué maravilla, hasta se puede vender en Europa, en el Medio Oriente. Agua es lo que abunda en el Turimiquire, entre Sucre y Monagas. Estos días hemos caminado por esos lados de Oriente y cotejamos que el agua de esas montañas es una maravilla, con calidad de exportación.

Pero por un inexplicable proceso (a no ser que jurunguemos la lucha de clases con las obras de Marx, Swezzi y Baran) los monopolios de Polar y Coca Cola han ofrecido la idea de que son los únicos que pueden vender agua de calidad en Venezuela. Eso debe acabarse y esta es la coyuntura.

Esa idea de la libre concurrencia en el mercado, con la que lamentablemente se ha apuntalado toda esa parafernalia burguesa-capitalista de la libre iniciativa individual, es pura palabrería.

Turroni, un viejo economista, nos advierte que en el capitalismo abundan los casos en los que el valor social es inferior al valor privado. Triste la práctica de la burguesía monopólica. Eso pasa con el agua. Coca Cola y Polar son los machos. ¿Dónde está escrito eso?

¿Qué ciencia tiene envasar agua, que abunda en Venezuela? Sólo hay que conseguir el envase. Por estas cosas es que la MUD y Fedecámaras se van a llevar una derrota catastrófica.

Venezuela no va a quebrar. Nuestro país es un país emergente. Poderoso. No tenemos ninguna pretensión excepcionalista al decir eso. Nosotros los venezolanos vamos a construir una nueva economía, popular, que aspira a hacer viable el ideal socialista. Se equivocan los opositores perrorabiosos que juegan a la guerra económica.

Vean que nuestras autoridades han impulsado un plan de vigencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en el cual participan miembros y no miembros de este organismo. También están captando inversiones para desarrollar nuevos espacios de la economía. La Faja Petrolífera del Orinoco es un ejemplo. Y el agua una oportunidad. De eso se trata. A Venezuela no la para nadie, y menos los agentes de Washington.

¡Gringos, go home!