Compañías extranjeras que trabajan con Pdvsa han presionado para aumentar la seguridad a lo interno. Algunas se han visto forzadas a tomar acciones ante una oleada de vandalismo
Reuters
La zona petrolera del Lago de Maracaibo es constantemente surcada por “piratas”, malhechores armados en botes que toman por la fuerza equipos, bienes de consumo y otros materiales, además de computadoras y herramientas, que gracias a la crisis económica nacional se convierten en objetos codiciados para el robo y venta, según ha develado la periodista Alexandra Ulmer en un trabajo para Reuters.
La falta de vigilancia en la zona ha atraído a una variedad de bandas y agrupaciones delictivas que, junto a una mezcla de paramilitares colombianos, rebeldes de las Farc y traficantes de drogas, han hecho del Lago y de la frontera nacional lugares de “extrema intranquilidad”.
Américo de Grazia, legislador opositor perteneciente a la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional, asegura que varios de los trabajadores de la industria petrolera de la zona han migrado a la piratería. “Trabajadores contratados para ser perforadores terminan como bandidos que matan, roban y detienen a sus compañeros o roban equipos”.
El legislador comenta a Reuters que el lugar se ha convertido en una tierra de nadie donde se ha imposibilitado poner orden. Añade que sus intentos para debatir el tema en la AN han sido rechazados.
El mismo artículo destaca que las respuestas emitidas por el Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería y Pdvsa, principal empresa encargada de la explotación petrolera en el país, aunque no desconocen la problemática, son superficiales.
“La alta ocurrencia de eventos de inseguridad en los campos petroleros afecta la continuidad operacional en las actividades de generación y mantenimiento de la producción por hurtos y pérdidas de componentes de equipos y materiales”, reza el reporte anual del 2014 emitido por el Ministerio.
“No trabajaría ahora en el Lago de Maracaibo”, dijo a Ulmer un empleado retirado de Pdvsa. “Es muy peligroso”.
Otros flancos
Las exportaciones venezolanas han estado cayendo y estancándose durante la última década, de acuerdo con la U.S. Energy Information Administration. Los balances dados por el país al respecto, con frecuencia entran en conflicto con los publicados por agencias internacionales.
Por otro lado, Pdvsa asegura que ha apuntalado la producción en los últimos años gracias al crudo pesado del Orinoco.
No obstante, la región en la que Venezuela ha depositado sus esperanzas para incrementar la producción, también se ha convertido en blanco de saqueadores y bandidos.
Compañías petroleras extranjeras que trabajan en conjunto con Pdvsa en la Faja del Orinoco han presionado para que aumente la seguridad y algunas ya han introducido convoyes, cercas y vigilancia por propia iniciativa.
En el otro extremo del país, en Amuay, refinería ubicada en la península de Paraguaná, la seguridad fue duplicada en enero, pero los criminales aún entran en sus instalaciones, atemorizando a los trabajadores.
Otro tanto ocurre en Monagas, donde ya se han registrado varios hechos relacionados con el tema del vandalismo y otras irregularidades administrativas y de deficiencias estructurales.
“Intentamos aumentar la seguridad”, aseguró Eulogio del Pino, presidente de Pdvsa, a reporteros de Reuters durante un viaje al Orinoco en el mes de abril. Añadió que el problema es mucho más serio en Colombia, donde las guerrillas vuelan oleoductos con frecuencia.
Traducido y editado por Jacobo Villalobos