Porque en Guatemala no hay colaboracionistas, sino oposición, la cual entiende que la fuerza de la oposición está en calle. Sin calle no hay cambio político posible
Jesús Antonio Petit Da Costa
En Guatemala el pueblo en la calle forzó primero la renuncia de la Vicepresidenta y luego la del Presidente. ¿Qué motivó la movilización popular contra ellos, hasta hacerlos renunciar? El que ambos habían montado una red de corrupción para lucrar defraudando los impuestos aduaneros. Una nimiedad si la comparamos con el saqueo de Venezuela por la delincuencia organizada que detenta el poder desde hace 17 años. Por mucho menos los guatemaltecos hicieron lo que nosotros debíamos haber hecho hace tiempo y deberíamos hacer ahora sin más demora: repetir la gesta del 19 de abril, dos siglos después, con muchísima más razón. Comparemos las situaciones a título ilustrativo.
1.- Guatemala es un país soberano. Los renunciantes no eran títeres de otro país. En cambio, Venezuela perdió su soberanía ante Cuba por la traición a la patria de los que se constituyeron en gobierno títere desde entonces. Somos la vergüenza de América, el único país dominado por otro y, para mayor ignominia, por uno muchísimo más pobre. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, primer paso para rescatar la soberanía.
2.- Guatemala tiene una economía capitalista próspera con crecimiento sostenido del 4% anual. En cambio, Venezuela está en ruinas, inmersa en un colapso total, que ha traído empobrecimiento general, escasez, hiperinflación y depreciación imparable de la moneda, lo que afecta el salario real, todo ello a consecuencia del trasplante del modelo comunista cubano, el peor de todos los comunismos. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, primer paso restablecer la economía de mercado y evitar la hambruna con un estallido anárquico.
3.- En Guatemala los hospitales funcionan, hay médicos y medicinas, con las limitaciones de un país pobre. Aquí el sistema de salud está en el suelo, los médicos se van y las medicinas escasean, conformando un cuadro de crisis humanitaria. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, único modo de evitar que terminemos muriendo de mengua.
4.- En Guatemala hay democracia, porque los poderes públicos funcionan y protegen a los ciudadanos frente a los gobernantes. Aquí padecemos una tiranía en la cual los poderes públicos se confabulan hasta convertirse en azotes de los ciudadanos. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, primer paso para restablecer la democracia.
5.- En Guatemala hay justicia con la cual se combate la delincuencia, que ha aumentado por el narcotráfico, pero no porque el gobierno haya armado bandas paramilitares. Aquí los malandros mandan en la calle y en el gobierno. Estamos bajo la tiranía de la delincuencia organizada. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, único modo de acabar con el malandraje y ponerle fin a la tiranía de la delincuencia organizada.
6.- En Guatemala los renunciantes gozaban de legitimidad de origen: reunían los requisitos para el cargo y fueron electos en elecciones limpias. Aquí los gobernantes son ilegítimos de origen por el fraude electoral masivo y descarado, por la inelegibilidad de Maduro debido a su nacionalidad colombiana, lo que explica el ocultamiento de la partida de nacimiento, y por la inconstitucionalidad de la sucesión presidencial, lo que explica el ocultamiento del acta de defunción del difunto. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, primer paso para restablecer el imperio de la Constitución.
7.- En Guatemala los renunciantes se deslegitimaron (ilegalidad de ejercicio) por haber montado una red de corrupción aduanera. Es nada comparado con el saqueo super-mil-millonario de la renta petrolera, del patrimonio público y de las reservas nacionales que ha hecho la delincuencia organizada que nos gobierna desde hace 17 años, tanto que somos el único país petrolero en quiebra después del astronómico precio del petróleo jamás habido. Este solo hecho basta para permanecer en la calle hasta la renuncia de Maduro, primer paso para poner fin al saqueo y ajustar cuentas con los saqueadores.
8.- En Guatemala hay oposición, la que se ejerce en la calle, movilizando al pueblo. Aquí el rol de la oposición ha sido usurpado por los colaboracionistas, que le garantizan a los títeres la pasividad del pueblo adormeciéndolo para que sirva únicamente de comparsa electoral.
Conclusión: No hemos salido de Maduro por culpa de los colaboracionistas. Saldremos de Maduro si nos apartamos de los colaboracionistas, que son pavosos.