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Me uno a los millones venezolanos que exigen su renuncia

Contigo estamos peor que antes. Hay escasez de goles. No hay producción de tiros al arco. No existe economía de juego


 

Jesús Silva R.

En buen momento decido destapar mis sentimientos con insoportable dolor y desencanto porque los últimos acontecimientos son escandalosos y abochornan a Venezuela a nivel mundial.

Algunos envidiosos de mi reputación bien ganada dijeron que yo tarde o temprano diría estas palabras y tal vez tuvieron la razón. Eso no me importa.

Es más, los sucesivos fracasos de los últimos meses me han hecho pensar que este caos sólo lo puede acomodar un poder extranjero.

No puedo callar frente a este desastre nacional. Que lo llamen salto de talanquera me resbala. Para mi el único villano es aquel que llegó a un cargo prometiendo hacer feliz a 30 millones de venezolanos pero hoy más bien nos hace llorar.

Ése jefe manda pero no lo obedecen. Sus órdenes no son claras y sospecho que nadie las entiende, ni siquiera él mismo. A veces pienso que tampoco lo respetan. El cargo le quedó grande. En otros países se ríen de nosotros.

Por amor a la Patria ese jefe debería renunciar pero él insiste en permanecer como sea y a cualquier precio. No se da cuenta que tiene el poder pero ya no tiene pueblo. Su equipo anda perdido y sin rumbo. Su equipo es vencido por otros con facilidad.

30 millones de venezolanos lloramos porque ese jefe ejercita el sectarismo y en su equipo siempre pone a los mismos de siempre pero ellos no dan buenos resultados. El jefe piensa que no hay otros venezolanos que puedan hacerlo mejor.

Propaganda, propaganda y más propaganda. Creen que con eso pueden tapar que Venezuela vive de derrota en derrota. Imposible callar que mientras todos los demás países de América Latina han logrado por lo menos una vez ir al mundial de fútbol, nuestra Vinotinto bajo el mando de Noel Chita San Vicente está muy lejos de esa meta.

Por ejemplo, su jugador favorito, Oswaldo Vizcarrondo es el defensor más lento de Suramérica y pieza clave en las derrotas ante Paraguay y Brasil en estas eliminatorias al mundial de fútbol; sin embargo Chita insiste en convocarlo al equipo en vez de otorgarle la jubilación inmediata como lo hizo con Arango (este último todavía era útil y podía dar un poco más).

Sólo me resta decir algo: Chita, por favor, renuncia ya.

No eres el adecuado para estar como jefe técnico de la selección venezolana de fútbol. Contigo jamás clasificaremos a una Copa Mundial de Fútbol. No hay defensa, no hay ataque. El equipo no tiene estrategia ni hambre de triunfo.

Contigo estamos peor que antes. Hay escasez de goles. No hay producción de tiros al arco. No existe economía de juego. Y lo peor es que cuando criticamos la barbaridad que estás haciendo con la Vinotinto, dices que no recibes apoyo y que el mundo entero conspira contra ti; además nunca falta un jalamecate o un fanático histérico (seguramente tarifado) que nos ataque y salga diciendo que nosotros no amamos a Venezuela. Pues basta de chantaje.

¿Acaso en nombre de tu amor a la Vinotinto le meten tantos goles?

Chita, tú no eres Venezuela. Y los jalamecates que justifican tu catástrofe deberían entenderlo. Venezuela somos nosotros 30 millones de venezolanos que lloramos por tu culpa. Resultados mediocres matan nobles promesas.

Como revolucionario hasta la muerte, puedo seguir hablando de fútbol y esta vez trasladarlo a la política.

Los chavistas críticos de a pie tenemos años siendo arqueros y tapando goles de la contrarrevolución. No sé si la crisis económica actual ha puesto nerviosos a muchos camaradas y ahora no entienden el sentido de nuestra labor?

Tengo certeza que la Revolución Bolivariana sigue siendo hoy la esperanza popular contra el capitalismo neoliberal y es esa certeza lo que nos motiva a miles de venezolanos a publicar preocupaciones, efectuar análisis y difundir propuestas frente la mala situación económica de Venezuela.

Es con el interés de corregir fallas, denunciar desviaciones y analizar problemas para proponer soluciones que el Che Guevara tanto defendió la validez de la crítica y autocrítica revolucionaria.

La revolución es como un equipo de fútbol, sobran los que se ofrecen para decir que todo marcha bien, esto es hacer papel fácil de delanteros en el campo, meter goles y recibir aplausos, muchos aplausos y tal vez otros beneficios.

Pero difícil es que muchos se ofrezcan para una tarea que nadie ve como importante y no genera elogios sino molestias, es decir, aquel que con su análisis y advertencia está previniendo los golpes de los enemigos contrarrevolucionarios. Ese camarada que es estudioso de los problemas políticos, económicos y sociales es en comparación con el equipo de fútbol: un arquero.

Por más goleadores que tenga un equipo, y por más goles que meta, éste equipo no podrá ganar torneos (elecciones) si al mismo tiempo le meten demasiados goles.

El crítico constructivo es el arquero que evita que al Chavismo le metan goles. Su tarea cae mal a muchos e inclusive provoca rabietas, calumnias absurdas e injustas por camaradas que no entienden la necesidades de tener un arquero.

Los bachaqueros, Dólar Today, gobierno de Guyana, Gobierno de Colombia, Obama, empresarios que no producen, burócratas que humillan al pueblo, dirigentes déspotas, entre otros diablos, le están metiendo goles a la Patria. No permitamos que nos ganen.

Cuando la derrota llega, los goleadores propagandistas nunca asumen su culpa. Incluso se pasan para el equipo contrario.

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com