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Farsantes, corruptos e inmorales

Farsantes, corruptos e inmorales

No se molestan por la destrucción de un país en nombre de una falsa y siniestra revolución redentora


José Rafael López Padrino

A raíz de la retirada de las fotografías del teniente coronel y de la versión protochavista del Libertador (entiéndase el Bolívar afroantillano) del recinto de la Asamblea Nacional, el fachochavismo en su empeño por minimizar su catastrófica derrota del 6D se ha empeñado en exaltar los sentimientos patrios al asociar perversamente la imagen falsificada del libertador (el Bolívar zambo) con la del Padre de la Patria y la del teniente coronel con los símbolos patrios.

Llama la atención entre muchas otras opiniones la reacción del ratificado ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, quien en forma iracunda y desvergonzada exigió “respeto para la Fuerza Armada Nacional, los símbolos patrios, así como a la memoria del libertador Simón Bolívar y del expresidente Hugo Chávez”.

En otras declaraciones el multisoleado gorila bolivariano afirmó en tono amenazante: “con estas acciones, de carácter fascista por cierto, han ofendido el honor militar y hay quienes no saben ni tienen idea de lo que significa el honor militar”.

Al margen de las infelices y provocadoras declaraciones del chafarote de Fuerte Tiuna, su ratificación como ministro de la Defensa desmiente su supuesto talante democrático durante las pasadas elecciones del 6D y ratifica su ADN autoritario y falaz propio de la pestilente bota militar.

La casta militar gobernante pretende secuestrar y tergiversar al Bolívar libertario por un falsificado Bolívar en procura de los intereses de su proyecto dominante y justificar así sus abusos, sus arbitrariedades, y sus atropellos. El fachochavismo pretende reconstruir nuestra historia, no para ajustarla a la verdad, sino a la falsa verdad de una bastarda revolución.

«¿Como puede Padrino López hablar de vilipendio a la institución armada?»

Así el Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, no nació en Caracas, sino en la costa, no de su madre criolla, sino de una negra esclava, no fue un republicano y humanista integral, sino socialista y su muerte no fue a causa de la tuberculosis, establecida según sus biógrafos y los testimonios médicos de la época, y ratificado por los hallazgos de la autopsia (tuberculosis en lóbulo superior del pulmón derecho) realizada por Alejandro Prospero Reverend en Santa Marta, Colombia (1830), sino que habría sido envenenado por la oligarquía colombiana.

No olvidemos que los regímenes nazi-fascistas del siglo pasado manipularon burdamente la historia con el propósito de fraguar guerras, perseguir grupos étnicos, políticos y religiosos o alimentar odios sociales a fin de consolidar sus aborrecibles proyectos totalitarios.

La retirada de la falaz imagen afroantillana del Libertador de la Asamblea Nacional no puede representar ninguna ofensa a la figura del Libertador. Esta absurda creación del “verdadero rostro” de Simón Bolívar fue el resultado de un demencial y necrófilo proyecto del teniente coronel que se inició con la profanación de los restos del Libertador, y terminó con la recreación de una imagen computarizada y tridimensional del rostro de un Bolívar “zambo”, con grandes similitudes a la del abyecto teniente coronel de Sabaneta.

Obviamente, no debe de sorprendernos que un fachogorila del calibre de Padrino López, autor de la resolución 8.610 dictada por el Ministerio del Poder Popular para la Defensa (uso de armas de fuego en manifestaciones de civiles) afirme públicamente que el retiro de las fotos del fallecido filibustero de Sabaneta constituyen una ofensa al honor militar.

Los venezolanos nos preguntamos ¿De cual honor e irrespeto a la institución armada habla este representante del gorilato bolivariano? Es un hecho público y notorio que la institución que él representa ha alcahueteado la sistemática violación de la Constitución Nacional por parte de una mafia milico-civilista que desgobierna al país, que la cúpula militar de la cual él es integrante ha contribuido a fomentar un culto a la personalidad de impronta necrofilia del teniente coronel, y ha sido tolerante y permisiva ante los grupos paramilitares al servicio del régimen. Además, han ayudado a cimentar la utopía fascista de una sociedad uniformada con una sola voz, al servicio de un caudillo insepulto.

¿Como puede Padrino López hablar de vilipendio a la institución armada? Si tanto él como sus acólitos se han transformado en el principal sostén de un gobierno con la mayor cantidad de delincuentes, especialmente ladrones y estafadores civiles y militares en toda nuestra historia republicana.

«Estos milicos se ofenden por la retirada de unos cuadros, que nunca debieron de haber estado en la Asamblea Nacional, pero no se molestan por la destrucción de un país»

Resulta risible que se sienta agraviado el gorilato bolivariano quien ha contribuido a consolidar un régimen antidemocrático que ejerce un profundo control social sobre la población, tarea fundamental de todo fascismo y que además «tutela con las armas» el descontento y conflictividad laboral y social mediante la militarización de los supermercados (colas), de las empresas (Siderúrgica, Pdvsa), y la detención de dirigentes populares, producto del fracaso de la ortodoxia neoliberal bolivariana maquillada con retórica revolucionaria.

Quienes hoy se sienten mancillados por la retirada de las fotos del ya fallecido comandante galáctico son los mismos que han permitido: el asalto al poder por parte de una logia de criminales y mafiosos, la narco-profesionalización de la Fuerza Armada Nacional (cartel de los soles), y el surgimiento de un verdadero Estado forajido al servicio de los intereses económicos de la logia milico bolivariana.

Paradojas de la vida, estos milicos se ofenden por la retirada de unos cuadros (unos falsificados y otros propio de un museo de estafadores), que nunca debieron de haber estado en la Asamblea Nacional, pero no se molestan por la destrucción de un país en nombre de una falsa y siniestra revolución redentora. Además, en nombre de su patrioterismo nauseabundo y ramplón acusan a todos quienes no comulgamos con su proyecto de desesperanza y muerte de fascistas.