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El injerencismo militarista en la vida política nacional

Es necesario recordarles que el veredicto dado por el pueblo venezolano es inapelable


Oscar Battaglini

El injerencismo militarista que ha sido una constante en la vida política nacional, para nadie es un secreto que bajo el régimen chavista alcanzó los más inusitados ribetes. Esto se debe (1) en primer término, a la extrema concepción militarista de un hombre como Hugo Chávez que además de las propias elementalidades y limitaciones culturales y formativas, adolecía de referentes político-ideológicos como no fueran el cuartel o lo estrictamente “cuartelario”. (2) Aunado al hecho de que siempre tuvo claro de que el único medio que podía proporcionarle estabilidad en el ejercicio del poder, era una fuerza militar sujeta a su control

II

Los vacíos que esto ha generado, se ha pretendido llenarlos convirtiendo al Chávez muerto en el “comandante eterno”, y mediante su presencia permanente en el canal de TV de la fuerza armada chavista, y el uso repetitivo de consignas como: “Chávez vive …”, etcétera, que los militares de esta parcialidad invocan y pronuncian como si se tratara de un rito mortuorio o religioso. Se trata, sin duda, de una intromisión permanente del elemento militar en la vida política del país, en una permanente, abierta y flagrante violación de la Constitución Nacional. Sin embargo para Padrino López y los militares bajo su mando, eso está plenamente justificado de acuerdo a la concepción impuesta por Chávez de que la fuerza armada chavista debía asumir la dirección política del poder y del Estado venezolano. La celebración del 4 d febrero por esta fuerza armada, llegó al extremo de hacerle una apología al golpe de estado como una opción de poner término al actual proceso político, y que ello les permita mantenerse en el poder, según la conseja esgrimida insistentemente durante mucho tiempo de que “el chavismo había llegado al poder para quedarse”. Se nota que están conscientes de que los resultados electorales del pasado 6D, los dejó sin piso político, y que están condenados a ser desplazados del poder en el corto plazo.

Este es el signo o la aspiración política más relevante de la actual situación política nacional. Para eso votó fundamentalmente la inmensa mayoría de la sociedad venezolana; convencida de que la expulsión definitiva del poder del chavismo-madurismo, constituye la condición básica para que se inicie en el país un proceso político de reintegración que contenga el deterioro progresivo en desarrollo, y abra los cauces que conduzcan a la superación radical del actual estado de cosas, en particular de los elementos más gravosos de esa situación, como es el caso del abastecimiento de los alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad, y la reducción significativa de la inflación que incrementa el empobrecimiento progresivo de los venezolanos.

Se requiere de mucha desfachatez, de una gran arrogancia y prepotencia militaristas para estando caído políticamente, para sabiéndose caído políticamente, continuar mostrándose ante la opinión pública como si los resultados electorales del pasado 6D, no hubieran tenido lugar. Esa actitud lleva a pensar que el militarismo chavista esté tentado a realizar algunos movimientos de resistencia al cambio planteado en el país como consecuencia de la determinante respuesta político-electoral dada por la mayoría del pueblo venezolano en esa fecha emblemática.

Por lo tanto, es necesario recordarles que: 1.- El veredicto dado por el pueblo venezolano es inapelable; y 2.- Lo mejor que pueden hacer es retirarse en paz y en disposición de rendir cuentas ante la justicia por haber destruido un país.