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La política azotada por la necedad

Ismael García

Ahora la oposición tiene un planteamiento incomprensible: Imponer la reconciliación


Julián Rivas

 

En el diario “El Mundo” de España publican una foto de Leopoldo López tras unos barrotes, con una franelita blanca percudida, una cruz de palo y al fondo un mapa de Venezuela. Barbudo el reo. Parece un frito, el preso que no tiene familia que le compre ni una afeitadora.

Al mismo tiempo llegaron a Venezuela los señores Walesa, Oscar Arias, y otros que se han dado a la moda de hacer turismo por la “libertad en Venezuela”. Leopoldo López anuncia que “en cuestión de horas cae la dictadura”. El diario “El Mundo” lo despliega. Sobra decir que de cumplirse su pronostico vendrá la larga noche del anglosionismo.

Leo el twitter de @Ismaelprogreso. Obvio, se trata del diputado Ismael García: Se remite a una declaración de Capriles Radonski, anglosionista: Vamos a recoger cuatro millones de firmas en un día y pa’ afuera Maduro. Caramba, Ismael, un poco de seriedad, por favor.

A veces Ismael me recuerda el tiempo borrascoso de la Princesa de Eboli, Ana Mendoza de la Cerda, esa bella mujer tuerca, bizca o con estrabismo, que con un parche en el ojo y grandes golas o alzacuellos aparece en cuadros famosos del siglos dieciséis. Calma, calma. Salvando las distancias, Ismael nos recuerda a Antonio Pérez, ex secretario de Felipe II, Rey de España, que por andar en intrigas y luchas de poder junto con la Princesa de Eboli, fue preso, huyó y luego se puso al servicio de los peores enemigos de España en su tiempo. El odio a Felipe II lo llevó a trances de ayudar a Francia y luego a Inglaterra, cuyos monarcas estaban en guerra con el rey español.

Cierto es que como dijo Marx, la historia se repite, una vez como tragedia y otra como comedia. Ismael fue jefe del comando Ayacucho, tuvo vara alta en el gobierno, y luego, por sus andanzas y encompinchamiento con el gordito Napolitano, fue desplazado del chavismo. En venganza se fue a la oposición. Su objetivo de acabar con el chavismo es algo obsesivo. Lo curioso es que la princesa de Eboli terminó recluida en el torreón de Pinto, luego en el castillo de Torremocha y finalmente en el Palacio ducal de Pastrana, mientras el gordito Napolitano paró la carrera en Miami, capital mundial del anticomunismo.

A Miami también fue a parar Blanco Muñoz, cabeza e’ Colchón, un intelectual rajao. Otro no tan intelectual, el que guardaba los reales pa’ los frascos también terminó en Miami.

Es curioso, cuanto intelectual rajao hay en Venezuela. Con calidad de exportación. Ahí está Gloria Cuenca. Que cosa tan necia eso de decir que no hay izquierda ni derecha, como escribió recientemente en “Últimas Noticias”. Lo mismo ocurre con el sujeto que se apropió de los 500 mil dólares en esmeraldas del Mono Jojoy. Ahora es anticomunista.

Pero en el campo de las necedades que inundan la política venezolana, como esos virus que cada cierto tiempo aparecen en el mundo, o como moda ideológica, ahora la oposición tiene un planteamiento incomprensible: Imponer la reconciliación. Esto es como que en una relación de pareja, ya fracturada, una de las partes venga y diga: te mataré y luego nos reconciliamos. No es cuento, aquí todos los días estos opositores anuncian que acabaran con chavismo, gobierno, instituciones. Hasta la señora Tintori, la mujer de Leopoldo, quiere imponer la reconciliación. Eso en Henry Ramos ya es una enfermedad. Un día dijo que quería un choque de poderes, antes de las elecciones, luego aseguró que nunca lo dijo, y ahora anuncia que el gobierno debe jubilarse. El vacío de poder carmonista, pues.

Es grave. Quien anuncia que va a cortar cabezas merece que se la corten primero. Para que respete. Luego no se vayan a quejar ante cuanto organismo de poder imperial existe en el mundo. Ni ante los expresidentes, aventureros o políticos ociosos que traen a Venezuela. Miren a Oscar Arias, por Dios. Su mayor mérito, además del Nobel, fue tumbar a Zelaya. ¿Qué puede decir Lech Walesa? Mire, Polonia no pudo tener peor gobernante que este señor. ¡Se cansa uno!

Otro debate es mejor

Lo bueno de todo lo que pasa por estos días es que los jóvenes de ahora pueden darse cuenta de lo malévolos que son estos adecos, copeyanos y similares. También pierde fuerza la idea de “estado comunal” controlado desde arriba. El tiempo lo aclara todo. El objetivo es democracia revolucionaria. Que el pueblo construya. El pueblo es revolucionario. Se trata de poder comunal, poder de la comuna, poder del pueblo. Eso sí.

En efecto hay que expandir el capital. Y los trabajadores deben aparecer. Por eso el viraje tiene que tener sus limites. Poder para el pueblo es necesario. Está muy sobrecargada de empresarios con rabo de Fedecámaras el proceso por estos días. Hablan por demás. No repitamos experiencias como las de Angola y otras que en nombre de lo productivo cayeron en el extractivismo. De paso, en Perú la minería solamente ha servido para robustecer oligarquías.

Se pueden aprender de otras experiencias. Asunto técnico. Asia Oriental ha avanzado mucho en agricultura porque extrajo lecciones de las viejas economías de plantaciones que establecieron los ingleses y otros colonialistas en el siglo XIX. Indonesia es país del trópico, como Venezuela. Está en la lista de los mayores productores de cacao en el mundo. Otro dato, un ejemplo que sorprenderá a muchos. Myanmar es el primer productor mundial de frijoles, y está en el trópico. ¿Cómo lo hizo? Con planes e investigación.

Por cierto, Indonesia es el mayor productor de contraenchapados del mundo. El potencial maderero del oriente venezolano puede revisar esta experiencia. Lo absurdo es exportar madera sin procesar, sin valor agregado. Aunque sea palillos de diente se puede vender, o palillos para pinchos, o para comer al estilo asiático. Tanto uso que tiene la madera: muebles, equipos deportivos, hasta para souvenirs con fines turísticos. Se pueden usar como cajas de chocolates, de botellas de ron.

La producción agrícola requiere soporte financiero, apoyo técnico y agua. Un dato, el estado Sucre produce un cacao de fama mundial. Se puede multiplicar la producción de cacao. Los cambios climáticos deben ser tomados en cuenta. La sequía ha afectado a los productores de la Península de Paria, no solamente en cuanto a cacao; la producción de naranjas y otros frutales está afectada. Se requiere inversión para garantizar agua permanente en los campos. Una opción es construir embalses en ríos de corto trayecto en el este de Sucre y norte de Monagas.

Por lo demás, insistimos en que el desarrollo del estuario del río San Juan debería estar entre las prioridades. Con planificación y financiamiento esa región es un polo de desarrollo. De manera complementaria el puerto de Carúpano debe ser un puerto de entrada a Suramérica.

Hay que aprovechar la ubicación extraordinaria de Venezuela. Exportar para ganar, y a la vez proteger productos locales, como el coco, el cuero, la pesca, evitando el contrabando.

Igual se requiere aumentar la producción de acero. A la vez, hay que frenar tendencias históricas muy malas, como la costumbre adeca-copeyana de utilizar las empresas básicas para nutrir proyectos de monopolios de mercado interno. Así creían “ayudar” a las burguesías locales. Es vieja la corrupción gerencial y la imposición de cotas productivas que han afectado las empresas de Guayana, entre ellas la siderúrgica. Esto viene de adecos y copeyanos, con respaldo de la vieja CTV y el nuevo sindicalismo, que de nuevo no tuvo nada.

Cierto es que a Sidor, nuestra principal industria del acero, le cortaron la investigación y desarrollo de nuevos productos, como aceros especiales. Otros productos, como el alambrón y derivados de trefilería, se lo dejaron a los monopolistas internos. Venezuela, que tiene una capacidad de producción de acero solamente superada por Brasil en América del Sur, tiene una sola empresa productora de láminas galvanizadas, que actúa como un monopolio. Así son los adecos, favorecedores de la burguesía comercial. Mire, si aquí se sacaran las cuentas de lo que le deben las burguesías internas a la Siderúrgica del Orinoco, buena parte de Fedecámaras pararía en los tribunales. Hasta los muertos, y más de un vivo.

Lamentable que el debate en Venezuela sobre los asuntos económicos pretenda ser monopolizado por pícaros, llámense Borges, Capriles o Falcón, con el apoyo de los medios de comunicación de la burguesía. Falcón se convirtió en adalid de la empresa privada, creyendo que así es moderno. Cuál es el empeño del gobernador de Lara para quitarle tierras a los campesinos y entregarlas a la burguesía. Pero ahí están los necios: la misma prensa difunde inmediatamente cuanto desatino se le ocurra a Julio Borges. Tras Borges, ante las cámaras, Pizarro, Stalin, Matta. Caramba, son tantos. De eso se ha nutrido la MUD. ¿Progreso con Ismael? Son ganas de echar a perder la gente. Ja.