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Educación anti-especulación

Una situación anormal, en economía o en el campo socio-político se nutre de la ignorancia


 

Julián Rivas

El estudio de los asuntos económico-sociales y de soberanía e independencia nacional se han convertido en un reto para Venezuela. No avanzaremos seriamente en la resolucioón de los problemas y el cumplimiento de nuevas metas nacionales mientras no garanticemos un cambio en las maneras de educar. Esto implica tanto el salón de clases, la televisión, el cine, difusión de libros y otros campos de la vida cotidiana.

Por lo demás, aquí podrán hacer foros, simposios, conferencias, pronunciamientos, congresillos, lo que sea, pero mientras no exista real voluntad política para desentrañar las causas de los grandes problemas del país, no habrá avances significativos. Otra cosa, los males de Venezuela son de sociedad. Y superar el actual orden social, requiere educación en revolución. Ahora, preguntamos, ¿se puede ser socialista sin declararse anticapitalista?. Pregunta abierta.

Los retos de gobierno sin participación popular no tienen garantía de efectivo cumplimiento. Para liberar y emancipar la educación es fundamental. Las leyes quedaran frías, o no se harán, y todo se remitirá a “la conciencia” de los interesados, que si para el caso se trata de Fedecámaras, ya usted verá. La especulación será la norma. El vivo siempre recurrirá a la mentira.

Tenemos una crisis de alimentos, por un lado, y un bachaqueo detestable por otro. Esto del bachaqueo, la escasez y la especulación es fuerte en productos industriales. Y los altos precios en caramelos, golosinas y tente en pie es asombroso. No hay correlación evidente entre costo de producción y precio de venta. Es un insulto.

La redoma de Petare es mala señal. A la vez una difícil situación delictiva que comporta el hampa común y la corrupción. En todos estos asuntos hace falta mejor educación.

Sobre estos asuntos los opositores perrorabiosos no opinan sin la autorización de Fedecámaras, que es parte del problema. Por lo demás, ni Capriles, ni los demás como el Chúo o Aveledo se han visto sembrando un palo de yuca. Solo plantean acabar con el comunismo.

Por estos días santos vemos algo peor, un obrero y su familia no pueden sentarse en un restaurante. Dejaría el salario, y es absurdo hablar de socialismo mientras la burguesía quiere excluir a los trabajadores. Un pescado en una orilla de playa es un insulto en precios. Ni piense en ir a Las Mercedes o La Candelaria. “La burguesía complicó hasta el extremo el acto de sentarse en una mesa para comer”, nos dice Xavier Domingo en “Cuando solo nos queda la comida”, título no muy válido para Venezuela.

Domingo nos recuerda las mofas de Groucho Marx sobre los restaurantes. Con la multiplicidad de platos, normas y sabiduría absurda, diferenciaron la comida en la mesa del pobre de la del rico. En Venezuela, los precios son de escándalo. Aquí provoca caerle a piedras a esos comederos que de paso no gustan pagar impuestos.

Ahora el transportista pretende aumentar el pasaje todos los días. Como la gasolina en Venezuela es la más barata del mundo, los transportistas tienen un curioso argumento para aumentar tarifas: “porque los cauchos están muy caros”. Carambas, ni que ese carro fuera de fórmula uno, al que le cambian cauchos a cada momento de las carreras. La Misión Transporte, muy buena, debe profundizarse.

Pero es válida la pregunta, ¿cómo un país con todas las condiciones para producir cauchos, no tiene cauchos?. ¿Qué intereses hay en eso?

Para rebatir al especulador, al monopolista y a quienes lo defienden hace falta argumentar. Para argumentar hace falta lógica. En materia de lógica hay que saber ver las diferencias, las contradicciones, lo opuesto. ¡Lucha de clases! Teoría y práctica. Educar al pueblo es necesario.

Una situación anormal, en economía o en el campo socio-político se nutre de la ignorancia. El objetivo a justificar puede valerse de la publicidad o el lobby político. Así Julio Borges quiere hacer negocios con las casas construidas por el Estado. Se apoya en las teoriçías burguesas de Hernando de Soto, asesor de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. Casualmente fuerza y represión fueron los elementos de uso diario en el liberalismo autoritario del Fujimorismo.

Otro equivocado es el diputado José Guerra. Él cree que tiene la solución para los problemas económicos de Venezuela. Y partiendo de formulaciones monetaristas muy dogmáticas, el sujeto hace ruido como carro viejo, al modo de lo advertido por el poeta Andrés Eloy. “La tecnocracia, no importa cual sea su ‘pureza’ sostiene y afina el continuun de dominación”, advierte Herbert Marcuse.

Oferta engañosa, el análisis a la moda. Es el mismo neoliberalismo perecista-calderista. Otro aspecto, los derechistas nunca han tenido voluntad política para la libre competencia, un planteamiento liberal. Así son ellos, para nada bueno. Vea, la Constitución de 1961, con pronunciamiento antimonopólico. El anticuado Código de Comercio condena la usura, la especulación. ¿Que hicieron? Favorecieron el crédito balón y altas tasas de intereses. Desapareció el crédito, no existió el “leasing” como figura de arrendamiento de vehículos y otros equipos.

Desde mediados del siglo pasado hay abundantes análisis sobre los problemas económicos y sociales de Venezuela. No solamente desde la izquierda sino también desde posiciones derechistas. Vea usted, un hombre que puede ser reaccionario en líneas generales, como Arturo Uslar Pietri, tiene valiosos aportes en materia de educación. Sería mezquino no admitirlo. Entonces señor Guerra, quédese quieto.

También desde las universidades, academias, incluso desde empresas y por iniciativa propia han surgido libros que ayudan a comprender los problemas del país. Y se formularon propuestas todavía vigentes. Entonces, a quien crea que está descubriendo el agua tibia, hay que decirle: bájese de esa nube. Y esto es válido también para alguno de esos intelectuales o técnicos presuntamente izquierdista que sin comprender nuestra realidad llegan desde lejos a ofrecernos soluciones.

Y así, cualquier congreso o congresillo de la patria será ni fu ni fa mientras no advierta que hay que dar una férrea batalla contra la corrupción. Que el desconocimiento de las leyes no puede ser acto cotidiano en Venezuela. “Hay ciertamente una grave escasez de vivienda”, admitió Uslar. Sin embargo, acoto: Que el problema no es de casas y de subsidios, estériles y degradantes, sino de incorporación activa al trabajo y a la creación nacional de riquezas de todos los venezolanos en aptitud física para hacerlo. Esto requiere cambios profundos de orientación, de objetivos y de métodos en la educación y en la política económica”, dijo Uslar.

Uslar advirtió que en todo sistema político -ideológico, en Dinamarca o Alemania del Este, “la base del poder reside en el saber”. Algo de eso hay que diferenciar. El socialismo es para liberar, emancipar. Y tiene que producir para todos. Esa es la diferencia. Paulo Freire también destacaba la educación como salida y, cosa valiosa, la preconizaba como fuente para la liberación. Estudiemos a Paulo Freire en las escuelas. Revolucionario.

Hay lugares de Venezuela en los que la corrupción parece mal endémico. Sobre todo en fronteras. En Apure acaban de detener una funcionaria de control de precios, que hacia negocios. Una falsa roja. En ese flanco fronterizo occidental, por lo demás, fuerzas centrifugas, que responden a intereses foráneos, estimulan la extracción de recursos, dislocan la economía, debilitan la moneda y celebran la ausencia de instituciones estatales. Hay que educar.

Parte del asunto requiere mejorar los salarios de los educadores, ofrecerles beneficios sociales, estudios adicionales dentro y fuera del país. Esto es válido para el maestro de escuela hasta el profesor universitario. Y hay que reconocer méritos, no llevar a directivas de centros académicos a sujetos amnigites. Allí se cuelan los reaccionarios.

Por supuesto que se requiere escuchar a los estudiantes. Adolfo Herrera tenía la tesis reaccionaria de que los estudiantes nunca tenían razón ante un profesor, y eso es grave. Ahora tenemos el caso de los estudiantes de la Universidad de los Llanos. Protestan a Muerto Tieso, responsable administrativo al mas alto nivel. El Muerto está jubilado, viene de Copei, de la corriente más reaccionaria en Apure, la del Currito. Supo hacer carrera en revolución. El mismo que hace más de una década decía que no había que perder tiempo estudiando socialismo. Con razón esas universidades están en el esterero. ¿Quién lo protege?.

Es que los reaccionarios también se colearon en la revolución. De otra manera nuestros males serían menores. Por eso es que hay que dar un giro revolucionario. Los cambios se harán con el pueblo en revolución. La educación avanzará sin vacilaciones. Por eso es que uno se pregunta, ¿qué razones llevaron a echar para atrás una ley de educación universitaria aprobada hace varios años? Parte del asunto estriba en las vacilaciones. Mucho derechista infiltrado. Sin los principios de Uslar. Lamentable.

El debate debe ser en la calle, con el pueblo. Porque esa Asamblea Nacional derechista ya está anulada. ¿Qué se puede esperar de diputados que van al exterior a pedir la aplicación de la Carta Democrática contra su país, que celebran a Obama, o que dan la razón a Colombia oligárquica?

Los antivalores han tocado a amplios sectores. El problema es de sociedad y hay que ponerse en guardia. Desde San Fernando de Apure muchos van a bachaquear a Puerto Páez, donde al otro lado, en Puerto Carreño, hay toda una estructura de succión de bienes hechos o importados por Venezuela. El asunto agrede la soberanía nacional.

Hay que reivindicar a Venezuela, porque la siembra del desarraigo es cotidiana. Las telenovelas dan malos ejemplos. Los marcos de referencia mayameros estimulan la emigración de jóvenes. La educación no puede ir por el hombrillo.

El debate no sirve en las alfombras ni en cenáculos cerrados. Los asuntos de Venezuela hay que abordarlos abiertamente con las masas. No hay asunto vedado porque lo público no tiene limite. La democracia revolucionaria debe avanzar.

Todo se fundamenta en educación. Pongámonos de acuerdo para debatir. Viva la revolución. Derrotemos a los reaccionarios. Viva el pueblo.