Aquí el debate no es qué hacer con esa fulana Asamblea, sino qué hacer con Venezuela, con la revolución
Julián Rivas
Las organizaciones y partidos pragmáticos cuando apenas reciben una derrota se desmoronan. Es la lección histórica. Si no hay contenido, ideas, quienes integran esas organizaciones derrotadas las terminan abandonando. De eso esta llena la historia venezolana, latinoamericana, sobre todo desde mediados del siglo 20.
Uno de los elementos con que la historia podrá valorar la acción política de Hugo Chávez es que nunca pretendió crear un movimiento político con fines pragmáticos. Chávez fue identificando los códigos simbólicos de la izquierda, a lo largo de los años, y esbozó y puso en práctica un proyecto político que si bien tuvo un caudillo, también fue un movimiento de masas como pocas veces se había dado en Venezuela. En la Independencia y la Guerra Federal. Y los objetivos de la Independencia, principalmente ser un país realmente independiente, y de la Guerra Federal, igualdad y justicia, fueron asumidos por Chávez. Por eso es grande e irrepetible.
Por supuesto que un proyecto en marcha se ve acosado por enemigos. O por inconsecuencias y traiciones, aspectos en los que hay que escarbar muy bien, hacer valoraciones acertadas, para no caer en manipulaciones y supuestos juegos de lealtad que no van al fondo del asunto. ¿Para qué sirve el poder? Para emancipar al pueblo y tener patria.
Solo les digo algo: el poder no es para que sujetos como Rafael Isea se enriquezcan, salgan corriendo al norte y se conviertan en vulgares agentes de Estados Unidos. Estos días vi algo triste: Isea habría dicho que Chávez financió al partido Podemos de España. Pobre sujeto este Isea. Pero pregunto, acaso este sujeto no solamente fue ministro de Finanzas, también fue jefe de finanzas del partido. Para alarmarse.
Venezuela debe seguir el proceso de cambios. A la luz de hoy el cambio significa un giro revolucionario. Hay gente que se cree legataria de Chávez, caramba, y no se da cuenta que no es verdad. Con Chávez vivo difícilmente podrían haberse dado los resultados del pasado 6 de diciembre. Pero si hubieran ocurrido, el mismo Chávez habría sustituido la dirección política de inmediato. Como diría un cura, ipso facto. No lo dude.
Hace unos meses un amigo, observador del proceso político venezolano, nos escribió desde Europa. “Está claro que hay una crisis de liderazgo en el Movimiento Bolivariano”. Advertía que si quienes se creen dirigentes del proceso no dan muestras de relevo pueden ser tomados como que dan la espalda a la revolución y están apegados al poder, “ya que las elecciones dejaron claro que la gente aparte del desastre económico creado por las oligarquías y los errores de debilidad oficialistas, parece ser que no creen en el liderazgo actual”.
En Venezuela hay un fenómeno curioso. Como el proceso fue tomado por unos pocos, que excluyeron a muchos, ahora muchos de esos muchos se han labrado la independencia política. Son revolucionarios con independencia de ideas y acción, hasta más radicales. Piensan con cabeza propia pero con lo característico del hombre de izquierda, la pretensión de actuar colectivamente. Todavía no se han agrupado en un proyecto colectivo de articulación nacional, pero el germen esta ahí. Hay manifestaciones de cambio en el chavismo, mutaciones, que son expresión de la fuerza del chavismo, de su vivencia en hombres y mujeres de Venezuela. Es una reserva que expresa que el chavismo, un chavismo revolucionario, brota en pueblos y campos de Venezuela.
El chavismo está en el pueblo. Repito a lo Gallegos, pueblo que sufre y espera. Ojalá algunos sepan identificar este potencial revolucionario. Los derechistas no gozan de la confianza de las masas populares. Esa Asamblea Nacional en apenas meses está agotada. Aquí el debate no es qué hacer con esa fulana Asamblea, sino qué hacer con Venezuela, con la revolución. Independencia y justicia en revolución.
Los reaccionarios, los agentes de estados Unidos y Europa, de la oligarquía colombiana creen que pueden engullirse nuestro país. Están equivocados. Nuestro país no va a ser tutelado por nadie, ni por tirios ni troyanos. Bájense de esa nube. Venezuela no es Colombia, donde la oligarquía bogotana tiene un proyecto de dominación multipartidista. Esa élite es la “democracia” y la riqueza. El pueblo, los negros e indígenas, sobran.
Venezuela es pueblo. Poco significan Polar, Julio Borges o Henry Ramos, y otros aventureros, como esos hermanos Guanipa. Borges es pura ceja, recuerda al uruguayo Sanguinetti. Estos Guanipa, nada, procolombianos. Caramba, pero si parecen unas ranitas plataneras. Adecos, europeos, agentes de la CIA, a esos solamente hay que identificarlos. El reto es hacer revolución, producir y reivindicar a Chávez como lo que fue, un revolucionario. Es lo que mejor se puede hacer por Chávez. La revolución.
Educar al pueblo
Por supuesto que se requiere escuchar al pueblo. Un caso, los estudiantes. Adolfo Herrera tenía la tesis reaccionaria de que los estudiantes nunca tenían razón ante un profesor, y eso es grave. Analicemos el caso de los estudiantes de la Universidad de los Llanos. Protestaron a Muerto Tieso, responsable administrativo al más alto nivel. El Muerto está jubilado, viene de Copei, de la corriente más reaccionaria en Apure, la del Currito. Supo hacer carrera en revolución. El mismo que hace más de una década decía que no había que perder tiempo estudiando socialismo. Con razón esas universidades están en el esterero. ¿Quien protege a estos reaccionarios?
Es que los reaccionarios también se colearon en la revolución. De otra manera nuestros males serían menores. Por eso es que hay que dar un giro revolucionario. Los cambios se harán con el pueblo en revolución. La educación avanzará sin vacilaciones. Por eso es que uno se pregunta, ¿qué razones llevaron a echar para atrás una ley de educación universitaria aprobada hace varios años? Parte del asunto estriba en las vacilaciones. Mucho derechista infiltrado. Sin los principios de Uslar Pietri. Lamentable.
El debate debe ser en la calle, con el pueblo. Porque esa Asamblea Nacional derechista ya está anulada. ¿Qué se puede esperar de diputados que van al exterior a pedir la aplicación de la Carta Democrática contra su país, que celebran a Obama, o que dan la razón a Colombia oligárquica?
Los antivalores han tocado a amplios sectores. El problema es de sociedad y hay que ponerse en guardia. Desde San Fernando de Apure muchos van a bachaquear a Puerto Páez, donde al otro lado, en Puerto Carreño, hay toda una estructura de succión de bienes hechos importados por Venezuela. El asunto agrede la soberanía nacional.
Hay que reivindicar a Venezuela, porque la siembra del desarraigo es cotidiana. Las telenovelas dan malos ejemplos. Los marcos de referencia mayameros estimulan la emigración de jóvenes. La educación no puede ir por el hombrillo.
El debate no sirve en las alfombras ni en cenáculos cerrados. Los asuntos de Venezuela hay que abordarlos abiertamente con las masas. No hay asunto vedado porque lo público no tiene limite. La democracia revolucionaria debe avanzar.
Todo se fundamenta en educación. Pongámonos de acuerdo para debatir. Viva la revolución. Derrotemos a los reaccionarios. Viva el pueblo.