A llenar el vacío de liderazgo tanto en el gobierno como en la MUD, demostrado el 1S, haciéndose intérprete del cambio radical y profundo que pide la gente
Jesús Antonio Petit Da Costa
El 1S quedó confirmado que, existiendo todas las condiciones objetivas para la rebelión popular (cesión de la soberanía a Cuba, colapso económico, empobrecimiento general, crisis humanitaria, escasez de alimentos y medicinas, hiperinflación, inseguridad extrema, corrupción general, narcotiranía, deterioro de todos los servicios), está dada también la condición subjetiva fundamental: la gente quiere salir de Maduro ya, que se vaya y se lleve con él el sistema político-económico comunista que nos ha impuesto Cuba, de la cual es títere.
Igualmente comprobamos que, a pesar de estar dadas todas estas condiciones, no se ha producido la rebelión popular que desemboque en la toma del poder, porque existe un vacío de liderazgo. Si es verdad que los castrocomunistas están sin líder, ya que Maduro no lo es, tampoco los políticos de la MUD lo son.
Tanto Maduro como ellos son simplemente burócratas, unos políticos profesionales que gerencian sus partidos como negocios particulares. Podríamos llamarlos “apparatchik” (hombres del aparato) para usar la denominación que se le dio en el sistema soviético a las figuras sin brillo que controlan los partidos. Todos son “apparatchik”, sin la jerarquía de líderes que ninguno ha alcanzado.
Precisamente por esta circunstancia la crisis terminal del sistema político-social se ha prolongado demasiado sin tener desenlace. Un líder hubiera aprovechado la Toma de Caracas del 1S para emular el 19 de abril de 1810 ó el 21-23 de enero de 1958. Por no serlo estos “apparatchik” la degradaron a paseo multitudinario por las calles. Los observadores extranjeros deberán haber llegado a la conclusión que anticipamos nosotros: dieron la imagen de unos solemnes pendejos. Usando términos taurinos, no obstante tener la espada en la mano, el toro se les fue vivo a los corrales. Fue lo que pasó.
«cuando no hay liderazgo civil, como se demostró el 1S, se abre el espacio para el liderazgo militar. Lo enseña la historia de Venezuela y la universal. Obviaré la nuestra para referirme a la Francia ocupada por Alemania, como hoy Venezuela lo está por Cuba. De Gaulle suplió el vacío de liderazgo civil y pasó a la historia encabezando la liberación y reconstrucción de su patria»
Es la segunda vez que sucede. El 6D el pueblo les dio poder y mandato para salir de Maduro ya, eligiendo 116 diputados, que son mayoría calificada. Lo podían hacer, y aún pueden, aplicándole los Arts. 233, 333 y 350 de la Constitución:
1) Por ser títere de Cuba; 2) Por no ser venezolano por nacimiento y, en todo caso, tener doble nacionalidad; 3) Por haber roto el orden constitucional; 4) Por haber delegado la jefatura del gobierno en el general Padrino; y, 5) Por actuar inconstitucionalmente en estado de excepción a pesar de haberlo negado la AN.
Si fueran líderes habrían tomado esta decisión antes del 1S, de modo que la toma de Caracas habría servido para que el pueblo, en quien reside la soberanía, la hubiese hecho cumplir. Era el procedimiento constitucional ajustado a la situación. Prefirieron tomar a Caracas para hacer un cacerolazo. Lo más ridículo que se les ha podido ocurrir. Dejaron a la gente con las manos vacías. Ni revocatorio de votos, ni revocatorio de calle, ni nada de nada. Y Maduro allí en el poder, flotando en el aire, pero sin caer porque la MUD lo levita. No es que lo tumba. Es que no lo deja caer por efectos de la gravedad.
¿Porqué la MUD se comporta así? La respuesta es sencilla. Los colaboracionistas condicionan su estrategia. No todos son colaboracionistas. Hay quienes no lo son. Pero éstos se dejan dominar por los colaboracionistas ante la amenaza de quedar sin postulación ni cargo en las gobernaciones.
Al comenzar la carrera de derecho el recordado profesor Arístides Calvani nos habló del vacío. Comenzó por el jurídico y explicó cómo se llena. Y sobre el político insistió repetidas veces: “el vacío político es una tentación irresistible, siempre hay alguien que lo llena”.
Hago mías sus palabras, para advertir, visto que los no-colaboracionistas se han dejado dominar por los colaboracionistas, y cuando no hay liderazgo civil, como se demostró el 1S, se abre el espacio para el liderazgo militar. Lo enseña la historia de Venezuela y la universal. Obviaré la nuestra para referirme a la Francia ocupada por Alemania, como hoy Venezuela lo está por Cuba. De Gaulle suplió el vacío de liderazgo civil y pasó a la historia encabezando la liberación y reconstrucción de su patria.
La mesa está servida para el que se atreva, civil o militar, a llenar el vacío de liderazgo, haciéndose intérprete del cambio radical y profundo que anhela la gente.